El Tribunal Supremo ha sentenciado que la muerte de un conductor que iba ebrio no excluye a la aseguradora del pago de la indemnización contemplada en el seguro de accidentes personales suscrito por el fallecido.

De esta forma, el alto tribunal ha condenado a Mapfre al pago de una indemnización de 120.500 euros a los padres de un conductor que en 2002 falleció en un accidente de tráfico ocurrido en Galicia y en cuyo cadáver el forense detectó una concentración de alcohol en sangre de 2,23 gramos por litro.