¿Qué carencias observa en Gran Canaria en cuanto a emprendeduría y gestión cultural?

Son dos campos distintos. En la emprendeduría, aunque el Gobierno central se encuentra con la Ley de Emprendedores, constatamos que falta un servicio global en el que la persona que tenga una idea pueda comprobar si es un posible negocio y cómo organizarlo para que sea viable. En cuanto al sector cultural hay un diagnóstico concreto, hay una presencia directa del sector público con ofertas y subvenciones. La crisis se ha cebado con el sector cultural y hace que haya que cambiar el modelo de gestión y darle un enfoque orientado al cliente.

¿A qué nos referimos en concreto cuando hablamos de gestión cultural?

Se vincula normalmente a la gestión pública de la cultura. El sector cultural desde un punto de vista institucional aglutina muchos micro sectores. Por un lado está la industria cultural de artes escénicas, edición de libros, cine... y por otro lo creativo como la moda y la arquitectura. Para que una idea de este tipo sea viable tiene que estar hecha a medida del emprendedor y tener en cuenta las necesidades del cliente.

En este taller se utilizará el método canvas. ¿Qué es esto?

Los canvas o lienzos son herramientas para crear modelos de negocio. En el taller usaremos dos. Uno intenta trabajar el perfil del emprendedor y formar su negocio. Este lienzo conecta con las necesidades del cliente. El segundo lienzo intenta ver qué recursos necesitamos, qué inversión... Los canvas son una herramienta básica en Estados Unidos para crear modelos de negocio viables en el tiempo.

¿Cómo puede una emprendedor partir desde cero con su idea sin tener conocimientos sobre empresa?

Si su idea de negocio parte de la experiencia personal, el servicio lo controlará perfectamente. Identificar una necesidad es lo más difícil. Si mi propuesta-valor es una obra de teatro, cubrirá necesidades de ocio de un público determinado. Tenemos que comunicarnos con ese cliente y diferenciarnos del mercado. Si se nos presenta una necesidad muy específica, puede ser necesario contratar a un especialista. A veces no todo es contratar, también se pueden buscar socios que aporten conocimientos. Tenemos poca cultura societaria y pensamos siempre en pedir prestado o en contratar en vez de sumar esfuerzos.

En las empresas españolas, ¿cómo cree que se aplica la inversión en I+D?

Creo que se presta atención al I+D pero hay que plantear a las administraciones cómo desarrollar este I+D. Las Universidades tenían monopolizado este recurso. Ha faltado la transmisión de este conocimiento a la sociedad civil y su explotación económica. Hay ganas, pero los mecanismos no son todo lo accesibles que debieran.

A menudo se habla de modelos empresariales ya obsoletos.

Ahora hay un nuevo escenario económico donde no hay crédito ni financiación. Hay que crear modelos con una mínima inversión pero ricos en conocimiento. También abundan estructuras públicas que la administración no tiene recursos para gestionar; la entidad privada puede trabajar en ellos. En la cultura hay que poner el ojo en el cliente. Es un error crear un producto cultural a nuestro gusto y que él se lo trague. Antes las subvenciones permitían crear productos que no se necesitaban.

A la hora de fidelizar clientes, ¿los cambios de rumbo de una empresa pueden hacerle perder a sus seguidores?

Nos llenamos la boca con las nuevas tecnologías, pero quizá no se les da el uso apropiado para mantener la relación con los clientes. Un emprendedor debe conocer al máximo a su público. No siempre se crece incorporando nuevos clientes, normalmente una buena gestión en estas relaciones mejora en un 45% los beneficios con sus mismos fieles. Las tecnologías nos permiten la interacción y diversificar. Esto debe incorporarse al producto o servicio.

¿Cómo puede una pequeña empresa diferenciarse de las grandes superficies?

Competir con grandes multinacionales es el sueño de todos, pero pasa muy pocas veces. Nuestra propuesta es segmentar, siempre existe un grupo de clientes que no está satisfecho con lo que compra y que puede encontrar algo mejor. Si encontramos ese grupo no nos puede asustar nada. La competencia es un elemento positivo porque nos ofrece información y nos impulsa a que nuestro producto o servicio esté actualizado.

¿Por qué se hace hincapié en que los jóvenes emprendan?

La juventud está muy bien formada, pero faltó que se orientara a la emprendeduría. También se puede intraemprender, emprender para una persona que lo hizo en su tiempo y nos necesita. El joven hoy tiene las herramientas necesarias para hacerlo.

Y respecto a las personas de mediana edad que se encuentran en paro, ¿cómo se le puede animar a crear su proyecto?

Estas personas tienen un bagaje, seguro que en las empresas en las que han estado han hecho cosas que no le gustaban. Sus conocimientos deben ponerse en valor, pero necesitan una adaptación y reconducir su visión para afrontar el vértigo de lo desconocido.

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