El Arsenal Militar de Las Palmas de Gran Canaria se erige sobre las ruinas del Castillo de Santa Catalina, sobre lo que fuera un proyecto de muelle frutero, desde la década de los 40. Construida entre 1943 y 1949, la Base Naval de la capital grancanaria se fraguó con motivo de la continuada presencia de buques bélicos en el puerto de la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial: "Se estableció que era necesario que en el Archipiélago hubiese una base naval", señaló el capitán de navío Diego Carlier, también conservador del Museo Naval, "este puerto es el cuarto o quinto de España y un puerto necesita ser defendido, por lo que debe tener cerca una base naval que le proporcione apoyo logístico de forma permanente".

La Base Naval se extiende a lo largo de un muelle en forma de L, que culmina en una dársena militar que preside el mar: "Un arsenal es un depósito de armas que, en el caso de la Marina, son sus buques de guerra", explicó el alférez de navío Carlos Feito, "su misión es proporcionar apoyo logístico y suministro a los buques que se encuentren en Canarias, así como a aquellos que se encuentren en tránsito o efectuando operaciones en la zona". En 1948 quedó constituido de forma oficial el Arsenal de Las Palmas sobre el muelle Nuestra Señora del Pino. "El puerto es muy importante para la isla de Gran Canaria, donde el 80% del comercio llega por mar", explica, "la ciudad ha ido ganando terreno al mar para ganar capacidad portuaria".

Salpicado por edificios administrativos que ofrecen múltiples servicios como apoyo sanitario, cuarteles para tropas o servicios de intendería, el corazón del Arsenal Militar es la Plaza de Armas, presidida por la bandera nacional, que permanece izada desde la puesta de sol hasta su ocaso, junto a jardines adornados con diferentes piezas navales, dos pantalanes para submarinos y hasta un helipuerto.

Museo

El Arsenal Militar alberga también el popular Museo Naval, filial del Museo Naval de Madrid, cuyo recorrido por sus siete salas de distinto tamaño relata la historia de la implantación de la Armada Española en Canarias. Con fondos procedentes de buques e instalaciones navales radicadas en Canarias, el museo aloja desde hélices de babor de un buque que prestó servicio en la zona marítima de Canarias hasta telémetros con los que fueron capaces de hundir barcos en misiones pasadas.

En la sala Malaspina se exhiben brújulas, telégrafos de máquina, relojes de bitácora, sextantes, cartas que narran la historia cartográfica de la Armada en Canarias y una de sus principales reliquias: un torpedo alemán preinteligente y con cabeza sónida, utilizado en la Segunda Guerra Mundial. Por otro lado, la sala Manuel Lois dedicada a la Infantería Marina o la sala Almirante Ferrándiz que alberga las distintas banderás históricas nacionales. A lo largo del pasillo Alcalá Galiano, destacan los óleos de los más importantes Almirantes de la Zona Marítima destinados en Canarias, pergeñados por reconocidos retratistas isleños.

Después de sendos recorridos por el Museo Naval y el resto de la base, la visita culminó en un circuito por el buque de acción marítimo Rayo, que participó en la Operación Atlanta contra la piratería en las costas de Somalia. La jornada de ayer finalizó por la noche con la segunda conferencia Jorge Juan y Ulloa: las noticias secretas de América, a cargo del capitán de navío D. José María Blanco Núñez.