"Hay salida" es la máxima de la magistrada del Juzgado de Violencia de Género nº 2 de Las Palmas de Gran Canaria, Auxiliadora Díaz Velázquez. Esta es la afirmación de la jueza en la ponencia que ayer relató dentro de las jornadas Mujer, Salud y Calidad de Vida. La magistrada señaló que "sí que hay una nueva y mejor vida para las víctimas de esta violencia, se las puede ayudar y mostrarles que no han de soportar su rol por más tiempo".

Díaz Velázquez se mostró contundente en sus conclusiones, dentro de estas jornadas que lleva a cabo el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, junto al Cabildo insular y la ULPGC, este mes de noviembre, con motivo el próximo 25, del Día Mundial contra la Violencia de Género.

La jueza se muestra partidaria de que se instaure dentro de los juzgados de guardia, la figura del juez contra estos delitos de violencia contra la mujer. "Uno de los grandes problemas para las víctimas es que han de repetir su historia no sólo ante la policía, el juez de guardia, sino luego cuando llega a nuestra competencia, lo que provoca en ocasiones que se eche atrás en su intención de denunciar". Hace, por lo tanto, hincapié en que es vital que la víctima sienta que se la escucha desde el primer momento.

Otra de las mejoras que puede evitar demoras en la atención a las mujeres perjudicadas por este delito, llega gracias al nuevo anteproyecto de Ley de Enjuiciamiento Criminal, en su artículo 570, que sirve para que la denuncia a la pareja en primera instancia se ha de mantener de forma obligada hasta el final, evitando que la víctima se retracte. Ahora, por el artículo 416 de la actual ley, si una denunciante decide no declarar o acudir al juicio, el acusado, al no haber declaración ratificada de la mujer, sale absuelto del delito.

Además, esta experta en delitos de violencia de género, afirma que "pocas veces las mujeres que la padecen son conscientes de su entorno, y no ven que este afecta sobre todo a los menores". La jueza añade que "una de sus frases más repetidas es el niño no se entera, pero es un grave error. Lo que comporta que los menores crezcan en un ambiente de tensión constante, con explosiones cada vez más asiduas de violencia, y con frecuencia se convierten en repetidores de lo que han vivido".

La magistrada Díaz, sin embargo, se muestra convencida que se puede ayudar y hacer salir a estas mujeres de la violencia cíclica en la que viven día a día, pero con la ayuda de todas las instancias, desde que se pone la primera denuncia hasta el final del proceso judicial que las aleja del maltratador.