Michel Odent tiene muy claro que "el parto es amor y lo ideal es dejar que madre e hijo disfruten de este sentimiento desde el primer momento, sin intervención alguna de instrumental ni medicinas". Este obstetra francés es un reputado y reconocido experto en la defensa del parto natural, alejando este proceso de la artificialidad que supone hacerlo en el interior de un quirófano clínico.

Este doctor en medicina de origen francés explica sus teorías del parto natural en el marco de las I Jornada Nacimiento y Salud Perinatal en el contexto científico de 2013, que lleva a cabo la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria desde ayer en la Facultad de Ciencias de la Salud.

El amor, según el doctor, es la emoción que mueve a muchas personas para traer niños al mundo, afirma desde el primer momento. Por ello, hay que hacer que los mismos se encuentren con él nada más nacer. Y no hay nada "menos amoroso que el interior de un quirófano, higiénico sí, pero la actitud es de rapidez, seriedad, nada que ver con un ambiente ideado por una madre en el que da a luz un hijo con dolor, sí pero también con mucho sentimiento".

Odent destaca un dato del proceso del parto, sobre a la importancia del cordón umbilical. No está de acuerdo con la actual prisa que hay en muchos hospitales e incluso por parte de muchas comadronas, de cortar este enlace entre la madre y el niño. "Hay que esperar para cortar el cordón, en el interior del mismo se acumula una sangre que puede ser vital para la salud del menor. Son 40 milímetros de fluido en el que se acumulan células madre, nutrientes, y múltiples sustancias beneficiosas para el futuro desarrollo del niño".

La rapidez en este proceso está provocando algunos casos de tétanos neonatal', enfermedad que puede producir el fallecimiento del recién nacido. Michel Odent afirma que "si se mantiene el cordón más tiempo, puede erradicarse para siempre esta patología. Existe la vacuna que se le suministra a la madre durante el embarazo para controlar este riesgo, pero científicamente se ha demostrado que se desconocen los efectos secundarios que ésta vacunación puede acarrearle al bebé en el futuro".

A raíz de esta cuestión, el médico explica lo que se conoce como el nacimiento Lotus, la práctica de dejar el cordón sin cortar, dejando el bebé unido a la placenta hasta que se desprenda de manera natural, que se realiza en algunos puntos de Australia. Y que Odent conoce aunque considera que puede ser algo extremo, aunque sí beneficioso para el bebé, en su justa medida.

Odent explica que dentro del ambiente hospitalario los profesionales defienden lo que él denomina "paradigma de ayudar", que se impone sobre los deseos de la madre. Sin embargo, el obstetra francés aboga por "el paradigma de proteger" a la madre y al bebé de interferencias ajenas a la interrelación que ambos crean desde que se inicia el parto. Un proceso de amor pleno entre ambos seres y que culmina en el momento que el recién nacido reposa sobre el vientre de la mamá.

Sus claves son "proteger y observar". Las mujeres llevan siglos dando a luz en lugares inhóspitos, remotos sin que hayan sufrido daño alguno, y se ha perdido la naturalidad del proceso de parir. Por ello, este defensor del parto natural aboga por retomar el hábito de "sentarnos en un rincón y dejar que todo siga su curso, y sólo intervenir si fuese necesario. Lo que en muchas ocasiones no lo es".

Rememora una anécdota durante un parto en el Reino Unido, en el que le pidieron que acudiera al domicilio de una pareja que iba a dar a luz, "estuve todo el tiempo sentado en un rincón mirando, sin hacer nada. La comadrona y la madre hicieron todo el trabajo, yo sólo me limité a estar allí".

El obstetra dice que "desde que la ciencia ha desembocado en la toma de conciencia ecológica, muchos se preguntan qué podemos hacer para dejar de destruir el planeta. Unos han puesto todas sus esperanzas en la tecnología, otros confían en el humanismo ecológico. Yo sostengo que lo prioritario debería ser la génesis de un ser diferente, de un ser humano ecológico, con una actitud positiva hacia la vida."

Este médico experto en nacimientos destaca que "no hay que perturbar la fisiología, y hay que dejar que todo se desarrolle según el curso natural de la vida, si es preciso hacer que intervenga la medicina se utiliza. Más que hablar de humanizar me gusta emplear la palabra 'mamiferizar'. Somos mamíferos y de esta manera se naturaliza el parto. Más que controlarlo hay que guiar a las gestantes hacia la conclusión de un fin, que es traer un niño al mundo".

La idea del parto natural se relanza después que Ina May Gaski, matrona de Estados Unidos, fundara The Farm en 1971, un centro donde han nacido unos 3.000 bebés, todos acompañados de parteras especializadas, con mínima intervención y cuyas cifras de mortalidad son muy bajas, si se las relaciona con otros centros con másmedios.

Hoy habrá una mesa coloquio y debate con Sergio Sánchez, de Canarias Biomédica; la psicóloga Cristina Silvente; Inma Marcos, matrona; Sergio Fernández, pediatra del Materno; Luisa Gutiérrez, ginecóloga del Materno; Serra Majem, catedrático de la ULPGC; José Paricio, pediatra; y Olga Soldado, matrona del servicio de asistencia domiciliaria del Materno Infantil.