Juan Echanove, María Galiana, Antonia San Juan y un largo etcétera de gente del mundo de la política o el espectáculo, son algunos de los clientes habituales de Zumolandia, un local situado en la calle Viera y Clavijo nº 18 especializada en sandwiches y zumos y batidos naturales muy saludables.

César Santana dirige este local que acaba de cumplir 41 años y que se ha recuperado de una época en la que estuvo a punto de cerrar. Vuelve a su esplendor gracias a la ayuda del chef José Rojano del restaurante del Hotel Santa Catalina, que se ha asociado con él para dar un nuevo impulso al negocio. El cocinero vasco vivía justo en el piso de arriba del bar y desayunaba allí. "El restaurante ha mejorado un montón", señala, "y a César Santana lo conoce toda la ciudad, se ha renovado después de 41 años". Para ilustrar la fama internacional de Zumolandia este prestigioso chef vasco recuerda una curiosa anécdota de un chico llamado Carlos que tenía cáncer de páncreas y que fue a tratarse a una clínica especializada en EE.UU. "Los médicos le preguntaban, ¿viene de Gran Canaria?, pues lo que tienen que hacer para curarte es tomar un zumo de cactus de higos rojos en Zumolandia todos los días".

En este punto, César añade que él siempre recomienda a los clientes que, cuando tengan las defensas bajas, vayan a tomarse los zumos que prepara con cariño y destaca su bebida estrella hecha de tunos con guayabos y adelanta que en breve va a incorporar el de aloe vera. El barman tiene una teoría de por qué gusta tanto el local a los famosos. "Aquí, cuando viene una persona que todo el mundo conoce, yo nunca le pido autógrafo, ni le pido que se haga una foto conmigo para luego colgarla en el local, no lo agobio", aclara. "Y como verás, dentro no tengo la foto de nadie posando conmigo", añade.

Lo cierto es que todos los actores, bailarines, cantantes, directores, técnicos, etc., que van al teatro Cuyás para actuar con sus compañías acaban tomando algo en su local, aunque él destaca la presencia de una persona como Antonia San Juan "que nunca falla cuando viene a Las Palmas", o también Juan Echanove que en su primera visita al local escribió un twitter destacando las excelencias de sus zumos y sus sandwiches. Sin embargo, Santana recuerda que la gran mayoría vienen por el boca a boca de otros famosos que ya han estado allí anteriormente.

De padres a hijos

"Yo disfruto con esto una barbaridad y lo que hago se lo transmito a todo el que viene. Esto es salud", aclara. "Nunca me aprovecho de la fama de nadie. A todos los clientes los trato por igual, es un negocio que todo el mundo conoce porque vienen los hijos, los nietos, etc.".

César Santana muestra risueño uno de esos vídeos colgados en youtube en los que se doblan a los actores originales de las series norteamericanas, aunque con voces canarias y con un argumento totalmente disparatado. En concreto muestra uno de la serie Dinastía en el que tras una discusión que acaba en las manos entre los protagonistas, uno de ellos confiesa que se va a relajar al "Zumolandia de la calle Viera y Clavijo".

El barman subraya que Juan Echanove podría desayunar perfectamente en su hotel, "pero que prefiere tomarse su sandwich con berro y su zumito de papaya con plátano y naranja". Y es que, al igual que él, la gente se queda con un buen recuerdo que luego se lo transmite a los demás. "Yo creo que hacerme una foto o pedir un autógrafo no está bien, ya que tienes que conformarte con que esa persona venga a tu local. Te quedas solamente con la parte buena de toda esta gente", dice y recomienda el sandwich de nueces con queso y los zumos de fruta de temporada.

Zumolandia fue la primera zumería que se abrió en Las Palmas de Gran Canaria hace ya 41 años. Luego hubo otra en Mesa y López, y otra posteriormente en Schamann. "Ahora tengo una carta abierta. Lo nuevo son las ensaladas, las hamburguesas, con productos de primera calidad, que empezaré a servir en breve".

En la pared cuelga un cuadro de la calle Viera y Clavijo de 1905, cuando había un circo antes que el cine y ahora teatro Cuyás. "Esto antes de ser Zumolandia era una horchatería que estuvo abierto desde el año 1931", recuerda. Los niños pequeños son sus primeros clientes y subraya que " tienes que respetar al cliente por mucho que lo conozcas".