Son las protagonistas de la foto más polémica de las Fallas. María Jesús Ramírez y Amparo Albiach, pareja en la vida real y falleras de la comisión Huerto San Valero-Av. de la Plata, se besan en la portada de la revista digital EGF and the City. En esta entrevista con responden al alimón y creen que el mundo fallero no es tan conservador como se piensa.

-¿Cómo surgió la idea de la portada?

-Todo empezó en una cena con los propietarios de EGF, que son amigos nuestros. No son valencianos, pero sabían que éramos falleras y nos preguntaron: ¿os atreveríais a dar más visibilidad a vuestro amor con el traje de valenciana?

-¿Os costó mucho tomar la decisión?

-No, demasiado. Sí que nos planteamos la manera correcta de hacerlo, que no fuera frívola, sino con el respeto que la fiesta fallera merece.

-¿Tiene algún componente de protesta?

-Protesta no, pero sí de normalización de nuestra sexualidad en las fiestas más tradicionales. De algo que todo el mundo conoce casos o tiene amigos, pero que no suele tener visibilidad.

-¿Creéis que el universo fallero es machista o antigay?

-Las tradiciones son las tradiciones. Algún principio puede entrar en confrontación, sobre todo con la religión, pero el mundo fallero es como cualquier otro, ni más ni menos.

-¿Qué reacciones os han llegado tras la publicación?

-La mayoría son positivas, la gente está encantada. Creemos que no hay por qué escandalizarse. La foto es bonita, tiene un punto picante porque estamos a puntos de darnos el beso. En nuestra falla nos dicen "¡guapas!" y "olé". Es cierto que también hay personas a las que no ha gustado y lo consideran una provocación. Lo cierto es que lo hicimos con todo nuestro cariño. Suponíamos que generaría expectación, pero no hasta este punto.

-¿Os habéis sentido rechazadas alguna vez?

-Jamás. Podemos decir con la boca bien grande. En ninguna de las fallas a las que hemos pertenecido nadie nos ha hecho el más mínimo reproche. De hecho, una de nosotras (María Jesús) ha sido fallera mayor de su comisión. Eso nos anima a hacernos más visibles y sentirnos más orgullosas. Valencia y sus fallas no son tan cerradas como se piensa.

-Si una fallera declara que es lesbiana, ¿creéis que podría llegar a formar parte de la Corte de Honor o ser fallera mayor de Valencia?

-No creemos que sea posible. Si por una foto hay quien se echa las manos a la cabeza, en la elección de la corte seguro que no tendría el voto de los jurados más conservadores. Pero, al menos, nosotras hemos abierto una puerta.