La Dirección Gerencia del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín ha interpuesto una denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía para que se investigue la aparición de informes clínicos de unos 300 pacientes del Servicio de Cardiología del citado centro en un contenedor de basura en el barrio capitalino de El Fondillo. El hecho, que recogía ayer LA PROVINCIA/DLP, ha motivado la apertura, por parte de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, de una investigación interna a fin de depurar responsabilidades.

El director gerente del Negrín, José Miguel Sánchez Hernández, hizo constar en la denuncia policial que, tras tener conocimiento durante la mañana del viernes, 31 de octubre, "de la aparición de copias de diversa documentación clínica depositada en carpetas-archivadores junto a un container de basura urbana en El Fondillo", se llevó a cabo una primera comprobación en la que no detectó "ninguna quiebra en la seguridad de los archivos de Historias Clínicas custodiadas por el hospital, ni falta de documentación tampoco", y hace hincapié en que el centro hospitalario dispone de un manual de uso de la historia clínica en el que se recogen las normas de manejo, custodia y destrucción de documentos.

Sánchez señala en el escrito presentado en la Comisaría de Policía que el Negrín no ha autorizado el uso de los documentos clínicos y que "se desconoce quién pudo sacar del hospital las copias" de la citada documentación.

En un comunicado hecho público por la Dirección Gerencia del Negrín se pone de manifiesto que de las actuaciones realizadas hasta el momento por el hospital se ha constatado que la documentación encontrada "no obedece a un sistema de expurgo de expedientes clínicos" realizado por los sistemas normalizados del Centro. "El Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín cumple la normativa vigente, tanto nacional como autonómica, de custodia, manejo y destrucción la documentación clínica, con el objetivo de garantizar la custodia de datos de carácter personal de los pacientes".

Destrucción

El hospital tiene contratada, con una empresa autorizada al efecto, la destrucción de documentación clínica, en los casos que están establecidos en su normativa. Dicha empresa se ocupa de su recogida y destrucción, así como de la certificación de que se ha realizado según los protocolos establecidos.

"Los hechos sucedidos no tienen nada que ver con dicha empresa", indica la Gerencia, al tiempo que califica el hallazgo de documentación clínica de pacientes como "un hecho grave", por lo que ha iniciado una investigación "para saber qué ha ocurrido, y se tomarán las medidas oportunas".

Los documentos hallados en la basura por un vecino del barrio capitalino de El Fondillo, contienen datos personales de al menos 300 pacientes del Hospital Negrín, desde sus nombres, direcciones y números de teléfonos hasta pruebas diagnósticas en diferentes formatos, tanto en papel como digital.

Dicha documentación se distribuye en seis archivadores, y contienen, concretamente, expedientes médicos del Servicio de Cardiología del Negrín fechados entre los años 2000 y 2009. En los papeles se pueden leer la filiación de cada paciente, su fecha de nacimiento, el diagnóstico médico, las fechas de ingreso y de alta hospitalaria, las pruebas realizadas durante la hospitalización así como los resultados de las mismas y su evolución.

La información pertenece a pacientes de diferentes municipios de Gran Canaria, como Santa María de Guía, Gáldar, Arucas, Santa Brígida, Moya, Teror, Telde y San Bartolomé de Tirajana, entre otros, aunque la mayor parte de ellos pertenecen a residentes en la capital. También existen expedientes de pacientes de Lanzarote, concretamente de Arrecife.

Otra de las características de estos archivos, perfectamente ordenados, es que existe un equilibrio entre el número de hombres y mujeres que aparecen en los mismos; y que la mayoría de los usuarios son mayores de 50 años, aunque hay casos de menores de 30 años, todos ellos aquejados de trastornos cardiovasculares.

La mayoría de los pacientes también tienen en común que habían sufrido arritmias y taquicardias, por los que se les realizaron estudios electrofisiológicos, y una ablación con radiofrecuencia.

La legislación española es muy restrictiva a la hora de proteger los datos de los pacientes, de forma que nadie, fuera del equipo médico puede tener acceso a los mismos sin una autorización específica del propio hospital que los custodia. En este caso, el Hospital Negrín ha confirmado en la denuncia interpuesta que dicha autorización no se ha llevado a cabo.