¿Cuáles son las prácticas más comunes que se están detectando respecto al uso inadecuado de las tecnologías por los jóvenes?

El fenómeno más extendido y que más afecta por la gravedad de las consecuencias, por el número de veces que se da y por lo difícil que es prevenirlo es el ciberbullying, no sólo aquí sino en todo el mundo. Pero hay un fenómeno emergente, que cada vez preocupa más, aparte del ciberacoso sexual a menores, que es la práctica de sexting.

¿En qué consiste?

En producir imágenes íntimas de personas menores que, aparte de constituir un delito de pornografía infantil, pueden suponer que haya otros problemas, es decir, si esas imágenes íntimas llegan a mano de un extorsionador, tenemos un problema de extorsión, de chantaje en base a esas imágenes.

¿Cuál es el perfil del sexting?

Muchas veces esto ocurre con las exparejas, sobre todo en chicas adolescentes. Lo estamos viendo con demasiada frecuencia y eso nos preocupa, porque el sexting puede derivar en ciberviolencia de género. Por otro lado, si esas imágenes salen a la luz se produce un daño de la intimidad, del derecho de la propia imagen de esa persona.

¿Cuáles son las principales consecuencias del sexting?

Por desgracia, puede ocurrir y esto ha provocado en varias ocasiones suicidios, que cuando salen a la luz pública, la que en principio es protagonista de las imágenes pero víctima a su vez, se revictimiza porque le hacen ciberbullying, la incriminan en el entorno cercano. Eso realmente ha llegado a matar a chavales en diversos países, no han podido soportar esa presión del entorno que la ha martirizado de alguna manera. El sexting y lo que conlleva es un problema emergente y acuciante.

¿Las redes sociales han elevado la comisión de delitos por parte de los menores?

Si, y nos preocupa mucho. Es fácil cometer un delito de amenazas por internet, no hay más que escribir un mensaje, y es fácil coaccionar, dañar la imagen de otra persona. A veces son delitos contra la intimidad y el honor, a veces delitos de daños porque acceden a correos electrónicos, equipos y páginas web indebidas, o revelación de secretos, distribución de pornografía infantil... Y esto lo lleva a cabo los menores, en muchas ocasiones, sin darse cuenta, o a veces de forma intencionada, están al otro lado de la ley. Estamos trabajando sobre todo en prevención, y esto requiere llegar a los chavales del último ciclo de Primaria y sobre todo de Secundaria.