Convertir el pensamiento en un sistema de identificación de personas, prácticamente imposible de falsificar, es uno de los objetivos de la nueva línea de trabajo emprendida por los investigadores Carlos Travieso y Jesús Alonso, de la División de Procesado Digital de Señales del Instituto Universitario para el Desarrollo y la Innovación en las Comunicaciones (Idetic) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

Los científicos están innovando el mundo de la alta seguridad a través de la fusión de dos campos en los que tienen una amplia trayectoria investigadora: la biometría (reconocimiento de personas por rasgos físicos o del comportamiento) y el procesado de señales biológicas.

"En la División de Procesado Digital de Señales del Idetic llevamos muchos años trabajando en dos líneas, en biometría que es reconocer personas por rasgos físicos o del comportamiento; y el procesado de señales biológicas como electrocardiogramas, la voz, electroencefalogramas... Lo que hemos hecho es unir las dos líneas para ver la posibilidad de reconocer personas pero aprovechando unas técnicas basadas en el procesado de señales biológicas como es el caso de las ondas eléctricas cerebrales, el electroencefalograma (EEG)", indicaron Alonso y Travieso.

Los investigadores, junto a los doctorandos Marcos del Pozo y Jaime Ticay, del Idetic, han emprendido el estudio de las particularidades del electroencefalograma de las personas frente a diferentes acciones cotidianas, con el fin de detectar las diferencias, y cuantificarlas para poderlas distinguir.

Patrón

"Hemos visto una oportunidad muy novedosa de aplicar el uso del encefalograma en el reconocimiento de personas, y en este estudio estamos verificando que el sistema permite reconocer al individuo, incluso realizando diferentes actividades, da igual que la persona esté pensando, esté relajada..., en distintas situaciones, y en todas ellas cada individuo muestra un patrón que nos permite diferenciarlos".

Estos avances tienen como campo de aplicación sistemas biométricos de alta seguridad. "Es un campo bastante colaborativo. Las personas tienen que ponerse un casco con sensores en la cabeza para captar la señal que te permita sacar el patrón de esa persona, y las puedes identificar por su pensamiento. Se está trabajando en aplicaciones muy particularizadas a lo que son sistemas de muy alta seguridad, como es el acceso a recintos muy particulares como sistemas de inteligencia, a cajas de alto valor en determinadas entidades bancarias....".

La ventaja que tiene frente a los sistemas actuales es su nivel de eficacia. "Se trata de un sistema biométrico colaborativo, pero casi imposible de suplantar, ya que no es un reconocimiento facial o una huella dactilar que se puede copiar", afirmaron los doctores Travieso y Alonso. . "Dentro de la fisiología humana, muchas de las biometrías para la identificación son externas, como es el caso del reconocimiento facial, una huella dactilar... diferentes particularidades externas que hoy por hoy están expuestas a la suplantación. Sin embargo, las señales del electroencefalograma no se pueden falsificar porque son señales biológicas internas", subrayaron.

El profesor Alonso apuntó que dicha investigación es posible gracias a los avances que han promovido la industria de los videojuegos, y que han permitido abaratar los costes de la tecnología necesaria para su desarrollo.

"Las señales del electroencefalograma cada vez empiezan a ser más comunes en los interfaces hombre-máquina, sobre todo con el auge de los sistemas de videojuegos. Esta industria ha hecho proliferar las interfaces que permiten mover la pantalla con el pensamiento, y estamos viendo que, este tipo de señales, cada vez tiene más interés".

Travieso puso como ejemplo los sistemas diseñados para personas con problemas de movilidad, como es el caso del científico Stephen Hawking, capaces de mover y manejar su silla con el pensamiento. "De hecho, el casco que nosotros utilizamos es un diseño desarrollado para videojuegos, que permiten mover una bola con la mente. Son movimientos básicos generalizados, como mover la silla de rueda hacia delante, hacia atrás o hacia un lado".

Con dicha tecnología, desarrollada para actividades generalizadas, los investigadores de la ULPGC han emprendido un camino novedoso, que es el de, a partir de esas ondas cerebrales, ver las particularidades de cada una de ellas para identificar a una persona concreta, algo que en la actualidad carece prácticamente de investigación. "Se está apostando por desarrollar ese tipo de señales, sobre todo para las empresas de videojuegos, desarrollar interfaces muy baratas que abren la posibilidad de que pequeñas y medianas empresas desarrollen productos a través de ese tipo de señales. Nosotros proponemos, de forma novedosa, no sólo mover cosas, sino identificar a la persona".

El sistema además es muy fácil, de utilizar, sólo hay que contar con el casco inalámbrico, para captar las señales, que luego, vía online, se procesan en el ordenador. "Si quieres abrir, por ejemplo una caja fuerte, te pones el casco, generas el pensamiento y se abre la caja fuerte. Se trata de conexiones inalámbricas como una WiFi, y tiene el valor añadido que al ser una biometría biológicamente interna, es muy difícil de falsificar", apuntó Jesús Alonso.

Para que sea eficaz, es necesario tener la biometría específica de cada individuo, lo cual consiste en tener una muestra indubitada (de autenticidad garantizada). Cuando alguien quiere darse de alta en un sistema de estos, dice quien es y registra su señal, que queda almacenada de forma que, cuando quiera acceder, se identifica, la máquina capta la señal y la compara con el patrón que está guardado, y el sistema confirma si la persona es quien dice ser.

"Es como cuando entras en tu cuenta de correo electrónico, tu te la creas y la validas, cuando vuelves a entrar dices quien eres y tu contraseña. En este caso, es exactamente lo mismo, previamente entrenado el sistema, dices quien eres, te pones el casco y verificas con la contraseña si eres o no".

Si bien la investigación de IdeTic está en un estado incipiente, "todos los indicios apuntan a la posibilidad de aplicar esto en un futuro cercano", concretaron los responsables de la línea de estudio.

De momento han logrado descifrar las características que identifican al sujeto, "hablamos de señales en el dominio espectral", y han encontrado qué rasgos diferencia a una persona de otra. "Ya hemos avanzado en la identificación de patrones, un estudio cualitativo, y la siguiente fase será el estudio cuantitativo, sacar medidas, y acercarnos más a un producto. Ya se han hecho los primeros experimentos y los resultados son bastante buenos" apuntaron Jesús Alonso y Carlos Travieso sobre el citado proyecto que se enmarca dentro de la tesis doctoral de Marcos del Pozo que dirigen ambos.

El siguiente paso será desarrollar programas que automaticen ese tipo de calculo de similitud. "Aquí se abre un campo de estudio muy grande porque hay muchos experimentos que quedan por hacer, como ver similitudes entre gemelos, con diferentes tipos de actividades. Se abre un campo muy grande. A la larga podríamos ver si alguien te condiciona a tener ese pensamiento, si te están obligando a pensar en abrir una caja, por ejemplo", concluyeron.