¿Cuándo y cómo comenzó el proyecto de Leo Peluquero's

Surgió hace cinco años. Media Report Producciones apostó por hacer una ficción canaria de humor cuando las primeras webseries estaban empezando. En aquel entonces intentábamos ser pioneros aunque ahora sea muy normal. Conseguimos una financiación y me encargaron crear la serie. Sabíamos que queríamos hacerlo a una sola cámara, al estilo de Camera Café, que en aquella época estaba de moda y se nos ocurrió la idea de montar una peluquería loca de barrio. Hacemos un pequeño homenaje desde el humor y muy exagerado a lo que somos, que va más allá de una pella de gofio y una romería: somos lo que vivimos en nuestros barrios y casas. Así, creamos unos personajes muy disparatados y los pusimos a convivir juntos. Después, por cosas del destino y la crisis, se paró todo y la serie quedó en un cajón, nadie se atrevía a sacarla. Y ahora gracias a la provincia y la opinión de Tenerife, que han apostado por el producto, hemos encontrado un lugar donde enseñarla y estamos muy ilusionados. Queremos abrirnos perfiles en todas las redes sociales para que el contacto con el espectador sea directo. Hay 60 capítulos grabados, de cinco minutos de duración media, que se ven rápidamente y de forma agradable. Una cosa buena de la serie, aunque está mal que lo diga yo, es que el casting está muy bien hecho y se le coge cariño a los personajes rápido.

Algunos de los actores han ganado popularidad en estos 5 años, como el protagonista Lamberto Guerra o Alicia Rodríguez.

Exacto. Por ejemplo con Lamberto lo que nos pasó es que, antes de que él participara en la serie de éxito La Revoltosa interpretando al homosexual Falín, nosotros ya lo habíamos escogido para un personaje que se parece mucho, Leo. Lo más bonito que tiene esta serie es que había una ilusión tremenda. Todo el mundo cobró su sueldo pero realmente lo que nos movía era la ilusión de sacar un proyecto de ficción adelante. Fuimos como una pequeña familia. Tenemos un grupo de Whatsapp de gente feliz porque por fin va a verse su trabajo.

Tenían claro el uso del formato de Camera CameraCafé

Tiene sus pro y sus contra. Lo bueno es que es más barato de producción porque tiene menos edición. Por otro lado, tiene un punto de cámara espía que para internet creo que está muy bien; es como si pusiéramos una cámara detrás del espejo de una peluquería, donde la gente se mira, se retoca, se peina... Aunque se eliminan costes, es un reto porque interpretativamente obliga a crear secuencias largas.

Son casi sketches

Sí, la forma de dirigirlo era muy teatral. Yo vengo del mundo del teatro y me sentía cómodo pero había que organizarlo todo como un plano secuencia con mucho dinamismo. El decorado tiene una gran perspectiva hacia atrás: se ve la calle al fondo, hay una puerta a un lado y un lavacabezas a otro. Yo iba colocando a los actores para que siempre hubiera acción. Así, íbamos aprendiendo porque era algo nuevo para todos. Lo malo es que muchas veces sentíamos la necesidad de mover la cámara pero esas eran las reglas del juego.

¿Por qué una peluquería y no un bar o una asociación?

He crecido en el barrio La Candelaria de La Cuesta y hay muchas peluquerías allí. Es como la película francesa El marido de la peluquera. Me acuerdo de ir de pequeño a acompañar a mi madre a la peluquería del barrio, no a las modernas impersonales de ahora donde no conoces al que te corta el pelo. Mi madre se pegaba allí el día hablando de uno, de otro, sus problemas... Así, la peluquería se convierte en un centro de reunión del barrio y lo sigue siendo. Huíamos del bar porque nos parecía un universo más trillado. La peluquería era lo que necesitábamos porque de lo que va la serie es del barrio, el de Santa Marta, que se llama así por una canción de mi infancia. Tenemos desde Fefi, la mujer que se queda viuda , quiere vivir la vida y comienza a salir con hombres más jóvenes, hasta Angustias, una cliente hipocondriaca obsesionada con las terapias alternativas y la comida sana. Todos estos personajes son fáciles de reconocer diariamente.

¿Se basan en personas reales?

No todos. La tele es lo que me gusta, a lo que me dedico, mi mundo. Entre los referentes de personajes de series y películas y los reales, se mezclan y sale este combinado.

Y más habiendo vivido lo de la peluquería.

Cuando uno empieza a escribir, tiene que hacerlo sobre aquello que conoce, ya lo decía García Márquez. Era mi primera serie y yo no me veo creando una ficción de reyes, por eso empecé a por mi entorno.

Hacer humor es complicado.

Sí, es lo más complicado. Me da mucha rabia cuando a los actores se les dan los premios por trabajos dramáticos y nunca por los cómicos, que a veces son más complicados. La tragedia es más universal porque todos sentimos el dolor por la pérdida en general. En cambio, no todos nos reímos de las mismas cosas, incluso dentro de España se divide geográficamente. Nosotros hemos intentado hacer un humor canario, que es muy socarrón, de tirar pullitas. Creo que la serie no es de carcajada rápida sino simpática, que se atreve con el léxico y los temas. Por ejemplo, tenemos a una chica transexual que acaba de salir de la prostitución.

¿Cómo se inspiraron?

Fue gracias a Edgar y Fede, los guionistas, que eran a quienes se les ocurrían estas locuras junto conmigo, que les guiaba un poco. Es una serie muy disparatada pero como la realidad siempre supera a la ficción no nos pareció excesivo. Este país, en el que últimamente se habla tanto de corrupción, tiene la tradición del Lazarillo del Tormes y es por algo: somos ese pícaro. De eso hay mucho en esta serie. Los que somos de clase media baja deseamos que nos llegue una oportunidad y los personajes de la serie también y lo intentan con trapiches y buscándose la vida pero siempre les sale mal, no como a los Bárcenas.

¿Santa Marta puede estar en cualquier lugar de Canarias?

Sí, no quisimos ponerlo en ningún sitio porque la serie está pensada para todo el Archipiélago y tiene actores de las dos provincias. Estamos en contra de los pleitos entre las Islas, que nos parecen una tontería porque tenemos que estar unidos. Vamos a sacar a actores con mucho talento y eso me tiene contento. Muchas veces nos obsesionamos en Canarias con mirar al de fuera, donde hay gente con talento pero también ineptos. Hay actores en La que se avecina que no son tan bueno como algunos de los que tenemos nosotros. Y no pasa nada. Me encantaría que contrataran a los actores para otras cosas después de haberlos visto en la serie.

Háblenos de Leo, el protagonista interpretado por Guerra.

Leo está muy mimado por una tradición machista en la que antes las madres obligaban a las chicas a limpiar, cocinar, cuidar y buscarse un marido pero a los chicos nada. Leo es un niño grande, egoísta, con un ego tremendo, malcriado y homosexual. No creo que esto último sea lo que lo delimite. Está en su personalidad que le gusten los hombres, cosa que su madre no sabe, pero creo que es más un caprichoso que se cree un artista y es un vago. Cuando vimos a Lamberto en el casting supimos que era Leo porque tiene esa cosa de niño pequeño. Su hermana Puri, que interpreta Alicia Rodríguez, es la que lo hace todo en la peluquería. Puri la pobre tiene que aguantar a su ex pareja, un cubano golfo, tiene que criar a su hijo adolescente y tirar del negocio. Lo bueno es que tiene un carácter fuerte, no se lamenta.

¿Cómo cree que recibirá la sociedad canaria la serie?

Es una incógnita. Me gustaría que la recibieran con cariño y que entiendan que es un trabajo hecho con mucho amor, esfuerzo y talento. Me encantaría que fuera un bombazo que la gente se la pasara y llegara más allá. Por lo menos que se vea, que se hable de ella y que tenga repercusión. Si le dan una oportunidad, se van a enganchar.

¿Qué es lo que más le enorgullece de la serie?

Haberlo sacado adelante gracias a Media Report y Pilar Guerrero la productora jefa; haber trabajado con tanto talento y tan bien; y haber encontrado a los actores perfectos para los personajes que imaginé.