El que fuera catedrático de Biología Vegetal de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y director del Banco Español de Algas (BEA) y del Centro de Biotecnología Marina, Guillermo García-Blairsy Reina (1958-2012), fue objeto ayer de un homenaje póstumo en la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad grancanaria con ocasión de la presentación del libro sobre su persona y trayectoria académica y científica: Guillermo García-Blairsy Reina. Un científico visionario, del que es autor su padre, Cristóbal García Blairsy.

En el volumen, de 348 páginas editado por Pelayo, S.L., participan una pléyade de coautores y colaboradores que contribuyen con sus artículos a glosar y descifrar la personalidad y trayectoria del que fuera impulsor y fundador del que después se convertiría en Banco Español de Algas, con sede en el puerto de Taliarte (Telde), cuyo germen fue un laboratorio en el que García-Blairsy Reina inició su aventura junto a sus colaboradores décadas atrás.

Por esa razón, el rector de la ULPGC, José Regidor, destacó ayer el "legado" del exprofesor y científico de la Universidad grancanaria que fue, dijo, el que contribuyó incluso antes de que se creara la institución académica a su "marca distintiva, el área marina".

"El 14 de febrero de 1958 presencié cómo asomaba su cabeza a este mundo. Era un cráneo húmedo con unos mechones negros, después su cara y su cuerpo de un color violáceo oscuro. Me quedé tan sorprendido", narra su padre en el Epígrafe 1 del libro, dedicado a la primera etapa del investigador (1958-1980), sus estudios y la natación, "que recordé una historia que le oí a mi madre sobre un caso de mutación mendeliana. Después vino lo de su nombre", un asunto que originó no ciertas diatribas paternas, hasta que "un día, yendo por Triana, en un escaparate vi un tomo de las Aventuras de Guillermo, de Richmal Crompton. ¡Eureka!. Mi héroe favorito".

Así, con el nacimiento y la elección del nombre que llevaría por vida, comenzó la trayectoria de un ser singular, que merece como destacaron ayer familiares, colegas y amigos, junto a algunos de sus profesores y mentores, un libro para que se conozca al detalle su historia y para que perdure en la memoria su legado.

Visionario, rebelde, tortuoso, obsesivo con sus ideas hasta el final... fueron algunas de las definiciones que alcanzaron a pronunciar y en la que coincidieron las personas que ayer asistieron a la presentación del libro dedicado al investigador en la sala de grado de la Facultad de Ciencias del Mar.

Su hijo Guillermo, su esposa Carolina, sus compañeros del Banco Español de Algas y de la propia Facultad, alumnos y personas que le conocieron y trataron llenaron la sala y siguieron las intervenciones de algunos de los que participaron en la elaboración de este libro que recoge reseñas biográficas y periodísticas, y que el padre Cristóbal García Blairsy comenzó a gestar hace más de un año, después de la prematura desaparición de su hijo en el mes de noviembre de 2012.

La presentación del libro contó con la presencia y participación de los catedráticos de la ULPGC Ángel Luque Escalona y Maximiano Trapero; de Juan Luis Gómez Pinchetti, investigador del Banco Español de Algas; así como del catedrático emérito de la Universidad de La Laguna, Wolfredo Wilpret de la Torre, junto al propio padre del investigador y el rector Regidor.

El objetivo de esta obra coral es el relato biográfico junto a la intención de mantener viva la memoria de García-Blairsy Reina, "para trasmitírsela a sus hijos y descendientes y ofrecérsela a sus familiares, amigos y colegas y personas interesadas en conocer a Guillermo y su obra", según señala el autor.

Un relato separado en dos grandes aspectos: de un lado, el dibujo de la biografía del científico que se traza también ayudada por las anécdotas que describen su personalidad. De otro, la composición del proceso de formación que siguió el investigador. Además, el libro incluye un estudio detallado de su genealogía junto a escritos del propio científico, como su testamento y una lección producto de su saber titulada Agronomía marina, ¿Realidad, utopía, necesidad?.

Entre el público, Antonio Morales, alcalde de Agüimes, Juan Marrero Portugués, Lizardo Martel y Gonzalo Pérez Melián, junto a profesores como Antonio Núñez, Alonso Hernández, director del Iocag, Javier Arístegui, compañeros y amigos de García-Blairsy Reina, que siguieron las intervenciones de algunos de los coautores del libro.

Como Ángel Luque, que dirigió su tesis doctoral y fue su mentor en el período de 1983 a 1987, que hace historia de aquellos años en dos de los capítulos (epígrafes) del libro. "Hace año y medio me llamó Cristóbal y me dijo que necesitaba para esta obra que escribiera la parte relativa a la tesis de Guillermo", explicó. Un discípulo que se reveló como "un gran conversador, tan buen conversador que hasta resultaba peligroso, con el que se hablaba horas y horas".

La amistad con el científico y el seguimiento al texto elaborado y coordinado por Cristóbal García Blairsy sobre su hijo hicieron partícipe del proyecto a Maximiano Trapero, según explicó ayer el catedrático de la ULPGC. "Un libro familiar, en el que el protagonista es el hijo; el autor el padre, la foto de la portada escogida por su madre y el editor un sobrino nieto de éste, José Asimakopoulos". "Pese a ser su ópera prima", señaló del trabajo de este último, "demuestra su oficio y arte, con un libro bien hecho y bello".

De todas sus páginas se extrae, en su opinión, que el protagonista fue "una inteligencia superior" y poseía "una agudeza especial" para ver las cosas. "Es un libro que mereció ser escrito, que debió ser escrito", afirmó Trapero, quien añadió que "me ha enseñado mucho. Yo, que fui amigo de Guillermo, me vine a enterar por este libro de la trascendencia de su obra científica" y de que en la Universidad grancanaria se hace investigación de relevancia internacional. Trapero se encargó de revisar los textos y de "tratar de corregir" los originales que le entregaba el autor, propios o de los coautores.

Por su parte, Wolfredo Wilpret expresó su interés al comprobar "cómo desde un solar, en tan poco tiempo, se pueden hacer cosas tan importantes". Se refería el catedrático emérito de la Universidad de La Laguna a los comienzos del Banco Español de Algas en el primigenio laboratorio en el que trabajaron García-Blairsy Reina y sus compañeros. "Guillermo representa un personaje inédito en la historia de Canarias", afirmó, calificando el libro de "un documento interesante" que puede ser ejemplo para la juventud para demostrar que es posible conseguir los objetivos que uno se proponga.

"Guillermo me cautivó desde el principio", dijo recordando la primera vez que se tropezó "con aquel muchacho esbelto de ojos claros, que tenía feeling, como dirían los cubanos".

Precisamente uno de sus compañeros en aquellos primeros años del BEA, Juan Luis Gómez Pinchetti, hizo un recorrido con imágenes de los años transcurridos desde entonces. "Guillermo era un maniático de las fotografías. Pensaba que era importante que se tuvieran imágenes y así nos hicimos con un archivo importante". "Acérrimo defensor de la Facultad de Ciencias del Mar, su mayor éxito fue el diseño del futuro BEA".