¿Cuáles han sido los avances más importantes contra el cáncer en los últimos meses?
Le vamos ganando la batalla en algunos aspectos y vamos recuperando cada vez más pacientes. Pero nuestra lucha en estos momentos es hacer el diagnóstico lo antes posible, y que el paciente sobreviva el máximo tiempo posible con buena calidad de vida.
Tras un tratamiento muy agresivo, ¿el paciente puede llevar luego una vida normal?
En algunos casos sí, y en otros le prolongamos la calidad de vida. Todos queremos morir con el menor sufrimiento posible y para eso están las unidades de cuidados paliativos que son una buena arma para cuidarnos y acompañarnos en el momento final de nuestra vida. Nosotros estamos debatiendo aquí las novedades de tratar el cáncer en las situaciones más límites, y ahora hay nuevos medicamentos y novedades quirúrgicas en casos que antes estaban descartados.
¿Cómo analizan los médicos el caso de un paciente con un cáncer en un estado avanzado?
En esos casos siempre hay varias disciplinas médicas que trabajan juntas: los oncólogos, los cirujanos y los médicos. Hay un planteamiento desde un comité de tumores que analiza el caso y decide el mejor tratamiento. Se tiene en cuenta muchos factores desde distintos profesionales. A veces, el egoísmo de querer tener a un padre hasta el último momento nos hace perder la idea de que está sufriendo porque también hay situaciones que no tienen salida.
¿Cuál debería ser la actitud de la familia en estos casos?
Comprender que siempre es mejor tres días con buena calidad de vida que veinte con una mala. A veces forzamos una prolongación inadecuada y entonces sí que hay un enorme coste sanitario.
