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Entrevista. Arquitectos españoles candidatos al Premio Mies van der Rohe

Nieto y Sobejano: "El Castillo de la Luz es el destino más apropiado para la Fundación Chirino"

"La candidatura al premio es un reconocimiento múltiple, a un equipo y a la propia ciudad"

Los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano. LA PROVINCIA / DLP

Han sido muchos los años que han dedicado a la rehabilitación del Castillo de La Luz, ¿qué ha significado para ustedes este reconocimiento a su trabajo?

Es un reconocimiento múltiple, a un equipo, a un cliente, a la propia ciudad de Las Palmas que decidió llevar a cabo un proyecto como este. Es también el reconocimiento a un trabajo paciente, que efectivamente ha exigido una dedicación larga en el tiempo.

En este edificio hemos podido observar que se ha llevado una idea inicial hasta el final de la intervención y eso se lee en cada decisión del proyecto. ¿Cómo ha sido ese proceso?

El proyecto surge de una idea elemental que guía todo el proceso: lo único que debíamos hacer es "vaciar" el espacio interior del castillo y recuperar la experiencia, por primera vez en cinco siglos, de los muros y recintos que se fueron construyendo y ocultando a lo largo del tiempo. Por supuesto, a partir de esa idea, el proyecto cobra vida y el propio proceso es el que nos lleva a comprender el problema a lo largo de la actividad misma de irlo desarrollando y construyendo.

Uno de los grandes logros del edificio ha sido la consecución de un espacio de silencio alrededor del castillo, situado en un entorno tan heterogéneo. ¿Cuáles han sido las decisiones proyectuales para conseguir este objetivo?

La historia del Castillo de La Luz es la historia de sus recintos. Un primer torreón de mediados del siglo XV, un segundo recinto amurallado hasta hoy desconocido, que apareció durante la obra, un tercer cerramiento de muros que constituyen la imagen exterior que ahora vemos. Nuestra intervención exterior forma parte de este proceso: añadimos un último recinto exterior que protege visual y físicamente el monumento y que permite definir un entorno cercano al castillo protegido y silencioso.

Los que seguimos la trayectoria de su estudio creemos que ésta es una de las mejores obras de arquitectura que se ha realizado en Canarias. ¿Es también una de las mejores obras de su despacho?

Creemos que sí, tal vez porque nos ha permitido disfrutar de un trabajo meticuloso, en relación con la historia, con el lugar, construido en distintas fases, la última de las cuales albergará la obra y la Fundación del gran artista canario Martin Chirino.

Algunos canarios con los que he hablado consideran que la intervención del entorno del castillo debería abarcar mucho más espacio, tal vez todo el parque y parte de esa franja residual que quedó tras el trazado de la autovía y las viviendas de la Isleta. ¿Han pensado ustedes en esta posibilidad?

El Castillo de La Luz es un monumento histórico de enorme valor en el centro de la ciudad y, sin embargo, para muchos es relativamente desconocido. El parque que años atrás se proyectó no es el entorno más apropiado para valorar el castillo. Estamos de acuerdo con la propuesta de mejorar la cualidad de los espacios públicos que lo rodean abarcando la zona que usted sugiere.

¿Qué supone para ustedes trabajar actualmente en el proyecto museográfico para que el Castillo de La Luz albergue la Fundación Martín Chirino?

Sinceramente pensamos que hubiera sido difícil encontrar un destino más apropiado al Castillo de La Luz. Martín Chirino es uno de los más prominentes artistas españoles contemporáneos, nacido en Las Palmas y según él mismo nos contó muy cerca del propio castillo. Su obra escultórica establece un diálogo muy intenso con los espacios y materiales de nuestro proyecto. Supone la oportunidad de establecer una vinculación entre las artes pláticas y la arquitectura en la que siempre hemos estado muy interesados.

En este edificio confluyen tres vectores fundamentales: la historia, la arqueología y la arquitectura, ¿cómo han gestionado estas tres disciplinas?

Intervenir en un edificio histórico nos obliga a tomar postura ante su transformación en el espacio y en el tiempo. Nuestro criterio se ha basado en la recuperación de los restos arqueológicos, la restauración de elementos originales y la inclusión cuidadosa de nuevas arquitecturas que establezcan un diálogo o conversación con lo existente. Nos hemos referido en otras ocasiones a nuestro trabajo como un equilibrio entre memoria e invención y si bien este es un leitmotiv común a muchos de nuestros proyectos, ha sido probablemente en el Castillo de La Luz donde han confluido de un modo más claro los tres factores a los que alude.

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