Más de doce años después de la muerte del eremita Manfred Gnädinger, un escultor alemán asentado en la Costa da Morte (La Coruña) que no pudo sobrevivir a la tristeza que le causó la marea negra del Prestige, el Museo de Man, apelativo por el que este anacoreta era conocido, verá la luz durante 2015.

El autor y su obra situaron en el mundo la localidad de Camelle. Por ello la puesta en valor y recuperación de su legado también lo es, por extensión, de un entorno que este singular artista convirtió en su hogar y en su espontáneo proyecto museístico. Man, un hombre enjuto, con melena desordenada y barba luenga que pintó en las rocas, escul-pió originales creaciones y murió el 28 de diciembre de 2002, era un "atractivo" turístico de esta zona.