El presidente de Francia, el socialista François Hollande, llamó ayer a los franceses, en un discurso a la nación, a ser "implacables con el racismo y el antisemitismo" y aseguró que los terroristas abatidos "no tienen nada que ver" con la religión islámica. Hollande calificó la trágica toma de rehenes en el supermercado judío Hyper Cacher de "acto antisemita espantoso".

En referencia a la crisis abierta el miércoles por el ataque a Charlie Hebdo, Hollande proclamó: "Nuestro país ha sido atacado tres días seguidos y ha hecho frente".

El líder socialista calificó a los tres yihadistas responsables de los atentados de estos días de "iluminados" y pidió no crear "amalgamas" entre los musulmanes y los fanáticos violentos.

El presidente francés recordó que numerosos jefes de Estado y de Gobierno le han manifestado su solidaridad y estarán en la manifestación de mañana, domingo, en París, a la que invitó a unirse a todos los franceses. Líderes como Merkel, Cameron, Renzi o Rajoy han anunciado su asistencia.

Esta manifestación ha roto la frágil unidad política conseguida en los primeros momentos que siguieron a los atentados, ya que parte de los convocantes -en particular partidos y sindicatos de izquierda- se han negado a que en la llamada a manifestarse participe el Frente Nacional de Marine Le Pen. Hollande intentó mitigar esta fractura insistiendo en que el llamamiento es a todos los ciudadanos.