París inaugura hoy su Philharmonie, monumental construcción de Jean Nouvel, proeza acústica llamada a colocar la música clásica, rock, pop y electrónica en el corazón de sus habitantes, que dedicará su primer concierto a las 17 víctimas de los atentados que acaban de conmocionar a Francia.

El evento es el fruto de una hazaña casi imposible, que tuvo que afrontar un sinfín de obstáculos financieros, políticos, arquitectónicos y técnicos antes de hacer realidad el sueño del compositor francés Pierre Boulez (1925), padre de la vecina Cité de la Musique, convertida ahora en Philharmonie 2.

Tras varios aplazamientos, para terminar a tiempo la mayor sala de conciertos de música clásica de París, ubicada en el noreste de la ciudad y con capacidad para 2.400 personas, los equipos trabajan desde hace meses las 24 horas del día.