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Entrevista. Actriz.

Bárbara Santa-Cruz: "Como actriz tengo ganas de descontrolar, de explotar"

"Con Almodóvar hice un personaje pequeñito, pero me crecieron los dientes hasta los tobillos", apunta la artista

La actriz Bárbara Santa-Cruz. BEATRIZ OLIVARES

Fue la novia de Gorka Otxoa en Pagafantas (Borja Cobeaga, 2009). Intervino también en Los amantes pasajeros (Pedro Almodóvar, 2013). Y su actuación en 3 bodas de más (Javier Ruiz Caldera) le supuso optar como mejor actriz de reparto al Premio Feroz de la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE), que celebraron su primera edición el año pasado. El galardón terminó llevándoselo la Terele Pávez de Las brujas de Zugarramurdi (Álex de la Iglesia), pero en aquella misma gala Bárbara Santa-Cruz subió dos veces al escenario para compartir el reconocimiento de sendos trabajos en los que también participaba, Ilusión, de Daniel Castro, y la ya mencionada comedia de Ruiz Caldera. Además, la actriz madrileña colaboraba también en la presentación de la ceremonia, cuya presentación corría a cargo de su colega Alexandra Jiménez. En la gala de hoy domingo se invierten los papeles.

¿De dónde le viene el gusto por la farándula?

Probablemente, de mi madre, que era modelo y hacía mucha publicidad. Quizá se despertó algo en mí cuando me llevaba a los rodajes con ella. Aunque nunca pretendió que yo fuera una especie de Marisol, al contrario. De hecho, cuando le dije que quería ser actriz, ella, que conocía la parte dura de la profesión, intentó disuadirme por todos los medios; pero nada, al final la cabra tira al monte.

Con el tiempo, porque primero terminó con matrícula Comunicación Audiovisual.

Estudié Comunicación Audiovisual porque me gusta mucho la fotografía, pero mi trabajo como actriz se ha desarrollado de una manera natural: de jovencita ya hacía mis pinitos en grupos de teatro, cortometrajes... Y casi sin darme cuenta, estamos en 2015 y voy a presentar una gala en Las Ventas.

No podrá desvelar el contenido de la gala, pero quizá sí decir si será muy distinta de la primera.

Yo creo que la mayor similitud que tendrá con la del año pasado es el espíritu Feroz, que, básicamente, consiste en reírnos un poco de nosotros mismos. Sin ofender a nadie, por supuesto, pero sí reírnos un poco de la profesión en un tono gamberro e incluso salvaje. Los Feroz intentan alejarse del academicismo, son una fiesta.

¿De quién es la autoría de la gala?

La escribe y la dirige Eva Merseguer, que es buenísima y le encantan las galas [Merseguer, codirectora y guionista junto a Andreu Buenafuente del documental El culo del mundo, tiene una amplia formación y experiencia en este campo]. Me está contagiando mucho su entusiasmo, porque, claro, yo no sé nada de esto. Intentaré no equivocarme, no caerme por culpa de los tacones. Espero que los Feroz no sean el final de mi carrera.

Lo comprobaremos. Antes podemos hablar un poco de todo. Por ejemplo, tiene una película pendiente de estreno.

Sí, Sexo fácil, películas tristes, que irá al Festival de Málaga. Es una película de Alejo Flah, un guionista y director argentino, y precisamente cuenta la historia de un guionista [Ernesto Alterio] que intenta escribir una comedia romántica en un momento complicado de su vida. La película se desarrolla en Buenos Aires y en Madrid, que son las ciudades donde se ha rodado. Los chicos guapos protagonistas son Marta Etura y Quim Gutiérrez, y Carlos Areces y yo somos los respectivos amigos, aún más guapos.

Sobre todo él... Con Carlos Areces repite.

Sí, había trabajado con él y es una diversión absoluta, una fiesta, así que me lo he pasado pipa.

¿Y su personaje?

Muy divertido. Es un personaje con muchos colores, una mujer alocada, muy pizpireta, parlanchina, disparatada... Y teniendo en cuenta que yo soy especialista en hacer de novia o exnovia seria, sosa. Aunque también es verdad que me gustan esos personajes que no son los que provocan el chiste, sino los que lo acompañan; no sé nada de fútbol, pero algo así como el jugador que da el pase de gol.

¿Y cuándo cree que le tocará rematar a usted?

Yo estoy abierta a todo lo que salga. Para ejemplo, la presentación de una gala en Las Ventas.

¿Qué pasa con Retorno a Lilifor

Es la última temporada de Muchachada Nui. No sé, espero que saldrá pronto. Ha sido un trabajo muy divertido, hago de celebrity.

También tiene usted inquietudes creadoras. Ha dirigido microteatro y cortometrajes.

Sí, y este verano dirigí en el Freak Festival mi primera obra, una especie de performance titulada Cuatro confesiones: cuatro textos escritos por cuatro guionistas (Borja Cobeaga, Juan Cavestany, Víctor García León y Daniel Castro) e interpretados por cuatro actores (Manuel Morón, María Morales, Jorge Suquet y Nadia de Santiago). Imagínate, con esos nombres lo único que tuve que hacer fue sentarme y disfrutar. Sí, me gusta mucho dirigir.

¿Mejor cámara o escenario?

Depende. Me divierte la planificación y ese tipo de cosas, pero es cierto que me gusta mucho el trabajo con los actores y con el texto. A veces ayudo a actores a preparar textos, papeles..., eso que ahora se llama coach y suena tan bien.

Hablando de preparación, usted lo hizo en el estudio de Juan Carlos Corazza y en La Cuarta Pared.

Sí, y en algunos otros sitios. Pero mi formación principal ha sido en el estudio de Juan Carlos Corazza. Allí trabajé mucho con Manuel Morón, al que tanto admiro.

¿Cómo enfoca su trabajo?

Confío mucho en el trabajo duro. Y hago mucho trabajo de mesa, porque me gusta llegar muy preparada a los rodajes. Soy de las de rellenar cuadernos con información absurda que luego no uso. La única manera de estar abierta a la improvisación, o a que surjan cosas nuevas, es llevarlo todo muy atado.

Estudió también en La Cuarta Pared. ¿Cómo se relaciona con la del escenario?

Me encanta romperla, porque yo he hecho mucho microteatro y teatro de calle: te exigen estar muy vivo y muy despierto, son un reto.

¿El teatro es más espectáculo o más compromiso?

Tiene que haber de todo. Por supuesto que es entretenimiento, pero a mí me gusta mucho el teatro que te conmueve, que te hace salir distinto a como entraste.

¿Qué relación mantiene con sus personajes? ¿Llega a perder su personalidad en el escenario?

Lo que suele pasarme es que al principio me recuerdan aquel novio, aquella circunstancia. Pero luego viene el proceso de separación, porque de otro modo haríamos siempre de nosotros mismos y eso sería muy aburrido.

O sea, que la interpretación también es catarsis.

Absolutamente. Yo soy muy entregada, o así lo pretendo, y siempre se te mueven cosas por dentro con los personajes. Eso no significa que sufra, en absoluto, ni siquiera durante la acción. Por mucho que tus lágrimas sean verdaderas, siempre está esa consciencia de que todo es un juego.

¿Le gusta que los directores la dirijan o que la escuchen?

Normalmente, me gusta que me dirijan. Porque, claro, lo que decía antes, como yo suelo llevar el trabajo muy mascadito.

De la gente con quien ha trabajado, ¿con quién se queda? Y no los nombre a todos.

Con Borja Cobeaga disfruto muchísimo, es un genio de la comedia. Con Almodóvar hice un personaje pequeñito, pero me crecieron los dientes hasta los tobillos. También hay otros directores con los que me encantaría trabajar, como Carlos Vermut, que ya sé que ahora está muy de moda, pero yo le admiro ya desde sus cortos. También me gusta mucho Juan Cavestany.

¿Y personajes, qué le gustaría hacer ahora?

Teniendo en cuenta que hasta ahora he interpretado personajes comedidos, controladores..., tengo ganas de descontrolar, de explotar.

Ahora rueda Barcelona, nit d'hivern

De momento me conformo con no desmayarme en Las Ventas.

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