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Entrevista. Escritor

Marc Serena: "A gays y lesbianas en África se les da el mismo trato que a los terroristas"

Su libro retrata la situación real en el continente africano de los colectivos homosexuales y transexuales

Marc Serena, autor de '¡Esto no es africano!', en una imagen tomada en la sabana africana. LA PROVINCIA / DLP

Durante dos años recorrió África para retratar la realidad de gays, lesbianas y transexuales en el continente, trabajo que publica en '¡Esto no es africano! De El Cairo a Ciudad del Cabo a través de los amores prohibidos'. ¿Qué sensación le queda? ¿Cuántos países recorrió?

En el libro aparecen personas de 15 países hablando del mayor tabú que existe ahora mismo en África. Si ya hablar de sexo es difícil en ese continente, aún lo es más hacerlo de la homosexualidad, que está prohibida por ley. En Mauritania, por ejemplo, hay pena de muerte por ser gay y penas de prisión por ser lesbiana. Se les da un trato de terrorista, ahora mismo son las personas más perseguidas del continente, por extraño que pueda parecer que alguien pueda sufrir por su forma de ser o de amar.

¿Existe la misma situación de peligro en todos los países que visitó?

África es un continente con una gran diversidad y riqueza, también en lo que a su sexualidad se refiere. Hay grupos étnicos donde una mujer se puede casar con otra mujer de manera tradicional, o incluso con más mujeres. Hay lugares con leyendas preciosas para explicar la transexualidad, o rituales de iniciación donde se invita a los chicos a tener sexo? El problema es que actualmente hay una epidemia de homofobia muy violenta.

¿A qué cree que se debe semejante visión de las personas gays, lesbianas, transexuales y bisexuales por parte de sus conciudadanos en África?

Las leyes que persiguen en África con penas de prisión o de muerte son, en muchos casos, de la época colonial. Es el estado el que da pie a que existan juicios que vulneran los derechos más fundamentales, como el de la igualdad o de la intimidad? A partir de aquí, todo el mundo se atreve. Los medios de comunicación señalan, las escuelas ignoran, la iglesia aviva el fuego, la policía tortura y extorsiona? Y nuestros gobiernos y ONG miran hacia otro lado. Es así de sencillo y de duro.

¿Qué actitud tienen las autoridades en el continente ante este problema?

Hay de todo, desde casos como Sudáfrica, donde existe el matrimonio igualitario y leyes muy avanzadas gracias a gente como Nelson Mandela o Desmond Tutu. Pero también existen países que recientemente han aprobado leyes muchísimo más duras como Gambia, Nigeria, Uganda? El libro ¡Esto no es africano! es también una montaña rusa de emociones; en el fondo, creo que sirve para hacer un viaje de norte a sur del continente a través de unos ojos nuevos, a partir de una de las caras menos vistas.

¿Cuál o cuáles han sido las historias que más le impactaron?

En ¡Esto no es Africano! De El Cairo a Ciudad del Cabo a través de los amores prohibidos aparece lo que en realidad se vive en los cabarés de música raï, en Argelia; la prostitución masculina en Marruecos; las bodas ilegales de Costa de Marfil; un imán sudafricano abiertamente gay; la vida de una chica intersexual ugandesa? Cada página de este libro impacta, al menos esa es mi opinión. Este es un libro que no me hubiera podido inventar, no tengo una imaginación tan retorcida.

¿Son perseguidos homosexuales, transexuales, bisexuales y lesbianas por igual tanto en países musulmanes como en los cristianos?

Sí, es así. Habrá opiniones para todo, pero desde mi punto de vista el problema no es la religión sino su facciones más radicales. El islam tolerante, que había en el norte de África hasta hace poco, ha sido sustituido por un islam muy radical, financiado por Arabia Saudí. Lo mismo sucede en países del este de África, dónde la extrema derecha americana está expandiendo sus iglesias más reaccionarias a golpe de talonario. En medio de esto, China está acaparando los recursos naturales del continente, colonizando como Europa lo hacía hace unos años, pero más discretamente, sin querer imponer valores, preocupándose únicamente por el dinero, actuando como una inmensa multinacional.

¿Cree que Occidente tiene conciencia de la realidad de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales en su país? Se lo digo porque ahora hay cierto malestar en la comunidad LGTB con la imagen de los jóvenes gays lanzados de un campanario en Irak, por parte del auto- denominado Estado Islámico, pero no se he visto una respuesta internacional a la altura.

Lo que me sorprende es cómo todo este dolor parece ajeno, o quizás es que no sabemos lo que realmente está pasando. Si supiéramos cómo están sufriendo muchas personas en África creo que tomaríamos cartas en el asunto. Me da mucha rabia que la gente vaya diciendo que está al lado de los más débiles y, que en verdad, no sea así. Cuando ya llegamos al nivel de que hay un grupo de carnaval que encuentra divertida una canción llena de insultos? No sé, ésta situación me desespera.

Por último, hablemos del documental sobre el universo transexual que ha grabado en el Archipiélago de Cabo Verde. ¿Cuándo se se rodó, cómo surge la idea y cuál es la fecha previsible de estreno?

África no admite generalizaciones y Cabo Verde es un ejemplo de esto. Es un país menos corrupto y con medios de comunicación más independientes que muchos países europeos. También existe una igualdad de género y, gracias a la situación que gozan sus mujeres, existe un gran respeto por sus mujeres trans. Es una isla de tolerancia y todo un ejemplo. Estoy trabajando desde hace dos años en un documental para contarlo, otra vez con mis ahorros. Ojalá algún día se pueda proyectar en Canarias, que me haría mucha ilusión porque también hay una vinculación con el Carnaval en este trabajo. Si fuera en la televisión ya sería fantástica su difusión. Pero parece que a día de hoy en las teles están interesados en otros contenidos.

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