La festividad de la Virgen de la Candelaria reunió ayer en el municipio tinerfeño a más de 20.000 personas, cifra que se ha incrementado de forma notable con respecto a años anteriores. El acto principal de las fiestas en honor a la Morenita tuvo lugar a media mañana, cuando partió una procesión con el traslado del escudo de la villa hasta la basílica de Candelaria, donde el obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez, celebró la eucaristía. La lluvia respetó la celebración del día grande de la villa mariana y unos 250 deportistas se lanzaron desde La Victoria a recorrer los 21 kilómetros que les separaban del santuario. "El miedo nos esclaviza a todos", señaló Bernardo Álvarez durante su homilía. Algunos pensaron, en verdad, que el miedo esclaviza más a unos que a otros, aunque cada cual carga con los suyos. El prelado nivariense, al referirse a la crisis, vino a decir que no hay mal que por bien no venga: "Hemos de aprender a integrar la crisis, porque si la aprovechamos nos purifica". En fin, los hay que prefieren purificarse sin crisis. Amén.
