"Si le pones sentido a tu imaginación, tú puedes ser un crac". Así de claro se lo dijo Jordi Cruz en uno de los primeros programas. Gracias a esa inventiva y a sus buenas maneras con los fogones, Manuel Esteve ha ganado la segunda edición de MasterChef Junior y ha dejado con la boca abierta y salivando a toda la audiencia.

El precoz talento de este niño de once años de Puçol (Valencia) ha conquistado los paladares del jurado y un premio de 12.000 euros, que quiere invertir en la remodelación de la cocina de su casa.

Manuel está todavía en fase de asimilación: "Estoy súper contento. Están todos mis amigos felicitándome". El viernes vio el programa en su casa y fueron todos los amigos a verlo. Y, claro, les cocinó algo. No era para menos.

En la gran final de esta semana, en la que se midió a Martina, el valenciano preparó un primer plato con una tosta de queso, mermelada de tomate, sardinas y paté de oliva; all i pebre como para el principal; y, de postre, un canelón de calabaza relleno de chocolate blanco y avellana.

"El entrante y el postre son de un amigo mío que es cocinero con una estrella Michelin, pero porque él quiere, podría tener muchas más. El all i pebre fue porque mi abuela lo hace los sábados y me gusta mucho".

Fue una gala final con tintes épicos, sobre todo cuando, presa de los nervios, a Manuel comenzó a sangrarle la nariz. "Lo pasé muy mal, fatal. Pero luego me fui cogiendo, me tranquilicé y me puse a cocinar bien".

Así lo reconoció el jurado, que se quitó el sombrero ante el elaborado menú de Manu. En especial Jordi Cruz, con quien se adivina una conexión especial. "Jordi es el que más me gusta. Los tres son súper buenos, pero me gusta mucho cómo cocina y cómo es él en persona", describe el pequeño Manuel, cuyo peinado ha causado sensación.

Sobre sus predilecciones en la mesa, no tiene dudas. "Mi plato estrella es el tartar de atún. Es un plato rápido y fácil pero que está my rico". Por contra, "las alubias no me gustan mucho. Las cocino poco".

Aunque todavía es pronto para ello, Manuel también piensa en el día de mañana. ¿Le gustaría ser el Ferran Adrià del futuro? "Me encantaría serlo, me gustaría mucho".