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'Goyas' para el Sur de la Isla

'El Niño' se alza como la segunda película más premiada con cuatro estatuillas

Toni Novella (izquierda) y Edmon Roch (derecha) reciben el Goya a la Mejor dirección de producción por 'El Niño'. LP/DLP

El duelo de thrillers que protagonizaron La isla mínima y El Niño en la 29º edición de los Premios Goya se dirimió a favor de la magnética cinta noir de Alberto Rodríguez, que arrasó con 10 galardones frente a los cuatro premios técnicos que obtuvo el filme de Daniel Monzón en torno al narcotráfico en el Estrecho. Aunque el triunfo absoluto de La isla mínima satisfizo todos los pronósticos y el elenco de la película más taquillera de la historia del cine español, Ocho apellidos vascos, logró alzarse con tres estatuillas, El Niño cierra el 2014 como la película más ambiciosa del año en España.

Con un plató erigido en más de 200 localizaciones entre el norte de África, Gran Canaria y Andalucía, la trama de El Niño se interna en una espiral de persecuciones de vértigo en lanchas y helicópteros que reescribe a través de la cámara la ruta del narcotráfico. A lo largo de las 11 semanas que duró el rodaje, que incluyó 14 días en alta mar, el equipo recaló durante varias semanas en Gran Canaria para filmar en alrededor de 20 escenarios isleños, como las naves industriales de El Rincón, Pasito Blanco, Jinámar, el Hospital Negrín, el sur y la capital grancanaria. Además, una de las secuencias más vibrantes de la película, que refleja un accidente en helicóptero en pleno Atlántico, se filmó en la infinity pool del Hotel Lopesan Costa Meloneras, que redujo las dificultades de rodar en el mar. Por estas múltiples razones, la Academia reconoció la compleja labor de producción que exigía la película y concedió el Goya a la Mejor dirección de producción a Edmon Roch y Toni Novella por su trabajo en El Niño. La cinta también obtuvo los premios a Mejor sonido, efectos especiales y canción original por Niño sin miedo, de India Martínez.

Una película segundona

Con todo, el presupuesto de El Niño se cifró en sólo seis millones de euros y su director, Daniel Monzón (Celda 211), siempre evocaba en sus entrevistas que "en los festivales de cine nadie se cree el presupuesto que manejamos; es milagroso lo que hemos hecho". La cinta obtuvo una recaudación en taquilla de 16 millones de euros y se coronó como la segunda película más vista del año en España, después de Ocho apellidos vascos, cuya cifra ascendía a los 56 millones de euros de recaudación.

Sin embargo, aunque El Niño también fue la segunda película más nominada con un total de 16 candidaturas, esto es, una menos que su rival en el género policíaco, La isla mínima barrió con los grandes premios en una ceremonia donde Andalucía fue la comunidad protagonista de la noche. Además de la cinta ganadora, cuyo plató natural fueron las marismas del bajo Guadalquivir en la España de los 80, el malagueño Antonio Banderas recibió el Goya honorífico, toda vez que el sevillano Dani Rovira se hizo con el premio a Mejor actor revelación, además de estrenarse con nota como maestro de ceremonias. En el cómputo final, El Niño resultó la segunda película más premiada en la 29º edición de los Goya, aunque todos se circunscribieran a categorías técnicas.

En este sentido, al margen de la producción grancanaria de la cinta de Monzón, la representación canaria en esta edición de los Goya no obtuvo ninguno de los galardones a los que aspiraba; ni siquiera la reconocida figurinista Tatiana Hernández, que concurría en la categoría de Mejor vestuario por El Niño. No obstante, Hernández ha estado nominada en este apartado en otras cuatro ocasiones y obtuvo la estatuilla en 2011, por el diseño de vestuario de Lope.

Por su parte, el grancanario Octavio Guerra concurría en la categoría de Mejor corto documental por La máquina de los rusos, que elaboró a partir de imágenes familiares en súper-8, mientras que el cineasta tinerfeño Víctor Moreno competía a Mejor documental por el polémico Edificio España, metáfora fílmica de la España del ladrillo que el banco Santander censuró durante meses. Pero ni Guerra ni Moreno lograron hacerse con la estatuilla, al igual que la actriz lanzaroteña Goya Toledo, nominada por su papel de reparto en Marsella, no tuvo oportunidad de pronunciar que "a la tercera va la vencida", pero tampoco es baladí que el mejor año del cine español estuvo plagado de rodajes en las Islas.

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