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Congreso Internacional de Computación Eurocast 2015

Científicos de Tallin crean un robot con aletas para la arqueología subacuática

El prototipo del Centro de Biorrobótica de Estonia, inspirado en el movimiento de la tortuga, puede llegar a zonas inaccesibles para un buzo y consume poca energía

El robot tortuga presentado ayer por los investigadores de la Universidad de Tallin en el Real Club Club Náutico. QUIQUE CURBELO

La piscina del Real Club Náutico de Gran Canaria fue el escenario ayer de una demostración del primer robot submarino con aletas destinado a la arqueología subacuática, presentado en el marco del Congreso Internacional de Computación Eurocast 2015, organizado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Universidad de Linz y el Museo Elder, sede del foro científico.

El prototipo, diseñado por investigadores del Centro de Biorobótica de la Universidad de Tallin que dirige María Kruusmaa, fue presentado ayer dentro de la sesión científica que coordina el investigador de la ULPGC, Darío Sosa, sobre tecnología marina.

"Pese a que el desarrollo robótico subacuático actual está enfocado a la industria del petróleo o la militar, este proyecto busca por primera vez cumplir las demandas de la arqueología subacuática" informó la profesora Kruusmaa.

Este robot de última tecnología, dispone de cuatro aletas y está inspirado en los movimientos de las tortugas, que les permite aumentar su autonomía y disminuir el consumo energético para desplazarse, siendo toda una pequeña revolución para facilitar los hallazgos en arqueología subacuática.

"Es un robot de inspiración biomimética, que intenta copiar el movimiento en este caso de las tortugas con el fin de poder maniobrar con mayor cuidado en zonas de interés arqueológicos subacuáticos sin dañar las ánforas y otros objetos de valor. Los robots de última generación permiten moverse casi como reptiles tetrafibios, dando vueltas sobre su eje, grabar vídeos y hacer otras aplicaciones", indicó la investigadora de la Universidad Tecnológica de Tallin.

El proyecto se enmarca dentro del programa ARROW', financiado por la Unión Europea con el objetivo de impulsar el desarrollo de tecnología para ayudar a los arqueólogos subacuáticos.

Frente a otros robots diseñados, el nuevo prototipo incluye una maniobrabilidad muy alta y diferente a los robot submarinos estándar de hélice. Bautizado como U-CAT, el robot presentado ayer es de inspiración biomimética.

"Los llamados robots biomiméticos, están basados en animales y plantas, son una tendencia creciente en la robótica en la que tratamos de superar los cuellos de botella tecnológicos mirando soluciones técnicas alternativas que proporciona la naturaleza", explicó María Kruusmaa. "Actualmente los robots submarinos son explotados en su mayoría en la industria de petróleo, gas y en defensa. Estos robots son demasiado grandes y también demasiado caros para ser utilizados para el buceo en el interior de restos de naufragios. Éstos son explorados actualmente por los buzos, pero este es un procedimiento costoso y requiere mucho tiempo y, a menudo, demasiado peligroso para los profesionales que se comprometen. U-CAT ha sido diseñado con el propósito de ofrecer una alternativa económica a los buceadores humanos".

El U-CAT, mide apenas 70 centímetros de largo, y dispone de cuatro aletas que le permiten moverse en cualquier dirección de manera suave para no enturbiar el agua durante la operación. Además, su reducido tamaño y el carecer de una correa de sujeción lo convierten en un aparato muy maniobrable que puede introducirse en rincones y recovecos para inspeccionar espacios marinos confinados, como los barcos naufragados. Lleva a bordo una cámara con la que puede tomar imágenes de vídeo que, más tarde, permitirán a los investigadores reconstruir las zonas del interior y de destino que les resulten de interés para su seguimiento.

"Este tipo de robot pueden acceder a un barco a muchas zonas donde ni siquiera un buzo puede entrar", sostuvo la investigadora de la Universidad de Tallin.

Otra característica interesante del proyecto es que no requiere cables que lo conecten a la superficie, lo que le entrega más libertad para entrar en espacios previamente no accesibles. El desarrollo específico de la investigación de este robot, que puede sumergirse autónomamente a una profundidad de 200 metros, tiene un presupuesto asignado de 300.000 euros, aunque se engloba dentro de un proyecto global de tres millones de euros.

Los nuevos diseños de robot acuáticos, caracterizados por imitar el aleteo de los peces por lo que consume menos energía y requiere menos propulsión, permiten otras aplicaciones como la motorización medioambiental o rescate, entre otras tareas. La investigación es pionera porque no existe en el mercado un robot con el control biomimético como el incluido en este proyecto.

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