Emilio Gómez: "Es necesario que sitios como el Club acojan el folclore"

Yo era publicista de Ópticas Jaén en aquellos tiempos, le llevaba la radio, prensa y televisión, entonces propuse a su dueño, Tatín Jaén, un programa semanal en el Club Prensa Canaria, y en aquel tiempo el director era Luis León Barreto. Pero primero Alfonso O'Shanahan, director de Radio Canarias-Antena 3, fue el mentor del programa también. Yo hacía uno en esa emisora y Alfonso habló con Luis. Entonces Tatín promocionó y mantuvo económicamente el espacio durante dos años, hasta que vino una crisis del negocio y se vino un poquito abajo. Yo he seguido 21 años ya por amor al arte sin cobrar nada, tanto yo como todos los grupos que van por allí.

Ya van 832 programas y con un poder de convocatoria notable. Según Ángel Tristán, actual director del Club LA PROVINCIA, no baja de 170 personas de media cada viernes. ¿Cuál es la pócima mágica?

La autenticidad del programa, la calidad de lo simple, que muchas veces no nos damos cuenta que en lo simple está el mérito. El público es muy cercano a los artistas, que son casi desconocidos, porque en nuestras televisiones programas a nivel regional donde se da a conocer el folclore, como Tenderete, Noche de Taifas, Parranda Canaria, casi siempre va la misma gente, unos privilegiados, y no saben que en la Isla en concreto, hay una serie de grupos, voces solistas e instrumentistas extraordinarios. El mérito de Parranda también es que la entrada es gratis, y el día de la semana es muy bueno, viernes de 20.30 a 21.30 horas, se convierte en un punto de encuentro de matrimonios, de amigos, para después salir a cenar por ahí.

Además de todas las edades, no sólo de gente mayor.

Niñas de siete y ocho años, y alguna de ellas se ha acercado al micrófono para decir '¿se puede contar un chiste?', y lo cuenta fuera de lo previsto. Y también yo no hago una audición previa a la gente que va a actuar. La persona que me llama, sea director de grupo o un cantante solista o poeta, le doy entrada inmediatamente ateniéndome a la fecha libre del calendario, luego si se estalla, como yo digo, es su problema. El público en definitiva será el que decide lo que le gusta o no.

De hecho usted afirmó que Parranda

Sí, ha habido grupos, por ejemplo, Los Muchachos de Agaete, Savia Nueva, que empezó siendo un grupito pequeño y se convirtió en un grupo bastante famoso y su director puso un estudio de grabación, San Antonio Norteño, un grupo de Chile que canta mexicano y sus primeras actuaciones en la Isla fueron en Parranda, y ahora ya es muy conocido aquí, también en Tenerife, Lanzarote, en todo el Archipiélago. Este programa tiene una virtud, por ejemplo, cuando un grupo lleva meses y meses ensayando dos veces a la semana y no sale a ningún sitio porque no les llaman, se aburren mucho, entonces en Parranda se explayan y se dan a conocer.

También tienen hueco músicas populares de Latinoamérica como Trío Boyran, Los Tres Reyes, Los Tres Caballeros, Aries, entre otros. ¿Cuáles encandilaron al público?

Eso es como el que tiene varios hijos y te preguntan cuál es el más guapo. Todos me parecen estupendos. Yo interiormente tengo mis preferencias, pero no seré yo quien se las diga a nadie, porque la gente va con todo el cariño, ese cariño de los grupos es el que me permite tenerlos a mi disposición en cualquier momento para que vayan, pero son muy buenos. Hemos hecho también monográficos dedicados a Carlos Gardel, programas de rancheras del grandísimo autor mexicano José Alfredo Jiménez, dedicados a Agustín Lara, a Néstor Álamo, a Herminia Naranjo, que en paz descanse, otra gran autora canaria.

Acerca de la música vernácula, ¿siguen siendo Los Sabandeños y Los Gofiones los únicos grupos canarios que no han pisado el escenario del Club LA PROVINCIA?

Sí.

¿Por qué?

Porque no me atrevo a llamarlos. Soy un poquito cortado.

¿Por ser nombres consagrados y por miedo a su reacción?

Precisamente por eso, los veo tan altos, tan lejos, que no me atrevo a llamarlos, y además ellos saben que existe ese programa.

¿Ha habido algún acercamiento por parte de ellos?

Con alguno de ellos tengo mucha amistad y me los encuentro. Algunos miembros de Los Gofiones y también de Los Sabandeños. En este caso tiene una explicación: Los Sabandeños están en Tenerife y aquí Parranda no paga gastos a nadie, ni de transporte, alojamiento, impensable. El director de Los Gofiones sabe que existe el programa y todos porque lo ven en el periódico todos los días.

El no ya lo tiene, no pierde nada en intentarlo.

Ya lo sé, no pierdo nada, el no ya lo tengo. Pero tengo mi pequeño amor propio y se trata de que sabiendo que hay un acto cultural semanal en el Club gratis hace infinidad de años, me extraña que no hayan ido por allí a vernos.

Esta semana ha estado ensayando un recital con la soprano María de los Ángeles Martín y Fabiola Socas Luis. ¿Cómo se ensamblan su guitarra y la lírica?

Es un programa de canciones más populares aquí, María de los Ángeles canta María de la O, un tema antiguo medio lírico muy bonito, Angelitos negros, que es un bolero, y Obsesión, un bolero que dieron a conocer Los Panchos.

¿Cómo se siente acompañándolas con la guitarra?

Muy a gusto, la guitarra es mi íntima, mi incondicional amiga. Desde que tengo 15 años, es la cosa que más quiero en el mundo. Mi madre me compró una guitarrita barata en una ferretería.

¿Toca algún otro instrumento?

No, incluso no he querido tampoco, porque pienso que coger otro instrumento es una infidelidad a la guitarra, porque el tiempo que le dedique, parece que se lo estoy quitando a la guitarra, que es tan completa y tan bonita.

¿Prefiere las isas, las malagueñas o las folías, o las tres?

La folía es tan especial porque es propia, no ves nada parecido fuera de las Islas. Porque las malagueñas tienen un poco de reminiscencia y la isa también. Ahora hay isas muy tristes, siendo en tono mayor, tienen una tristeza implícita, muchas veces en los giros de la música, para eso el genial Ignacio Ferrera, que en paz descanse.

¿Cómo ha sido la evolución de su 'hijo cultural' en estas dos décadas tanto en forma como contenido?

Sí, ha evolucionado. Empecé queriendo hacer un magacín con entrevistas, y a lo mejor me tragaba casi medio programa con una. En una ocasión fue Fernando Jiménez, el que fuera presidente del Cabildo de Gran Canaria, y dije "esto es perder el tiempo". Fue el que auspició la primera Escuela de Folclore en Las Palmas de Gran Canaria y me avisaron para que fuera yo el profesor de guitarra. Entonces el formato del programa no era el mismo, eran entrevistas y la música se llevaba muy poco espacio, y poquito a poco se fue dando forma al programa y ya la parte musical es la que ocupa el 80% y 10% para los chistes, los comentarios, y otro 10% para la poesía.

De hecho el humor es una de las mejores medicinas, que también tiene protagonismo en sus sesiones de los viernes, con numerosos artistas, como Félix Barrio y Miguel Cecilia, entre otros. ¿Quién dibujó más sonrisas entre el público?

Sí. La poesía es la que ocupa mayoritariamente el rincón, pero hay semanas que es el rincón de la cocina, una receta, o el rincón de la obra nueva, de un escritor que publica un libro. Pero antes tengo un espacio pequeñito alternando con las canciones de los grupos, y yo con mi guitarra y canto un bolerito de Los Panchos, una canción antigua, o una composición propia, y después viene la sonrisa el humor, tres, cuatro o cinco chistes, durante tres o cuatro minutos.

¿En qué línea va ese humor: irónico, mordaz, crítico con el poder?

Lo único que no es pornográfico, no es cochino, porque eso no me gusta, no es que yo sea un puritano, es que no es elegante, lo chabacano no me gusta. Creo que hay chistes buenísimos: políticos, sociales, de marido y mujer, de los niños en colegio, los mismos gomeros.

Esa mezcla de música y humor gusta a la gente, ¿verdad?

Le gusta muchísimo porque son contrastes, es de lo que se trata, para que no sea un recital de un grupo, que ya cuando va por la mitad, ya están medio cansadillos.

En el Club numerosos autores recitaron poemas, como Pedro Lezcano, Agustín Millares, Francisco Tarajano, Toñi Saavedra, María del Pino Naranjo, entre otros. ¿Quiénes le sorprendieron más?

Para mí Diego Velázquez ha sido un descubrimiento, en el sentido de que no es poeta, sino rapsoda, no escribe poemas, sino que los recita, por ejemplo de Rafael de León, al estilo de Antonio Martín, que era un gran rapsoda, salía en el Teatro Cuyás y en el Galdós con una gran capa, maquillado, con botas, y recitaba poemas de Lorca, de Rafael de León, que era un asombro. Y el único que me recuerda a él es Diego Velázquez, tiene una voz gruesa, recia y fuerte. Eso ya se estila poco, es de la década de los 50 y 60 del siglo pasado, quedaban con frecuencia en las emisoras de radio, y teatros, ahora ya no. Hay una señora, Juanita Hernández, una gran rapsoda, que dice el poema teatralizándolo, con mucho dramatismo y pasión, ahora ya es mayor, pero todavía tiene carburante dentro. Fue al Club, pero como espectadora. También tenemos poetas y poetisas que tienen obra propia, escriben sus propios poemas, como Soli Medina y María del Pino Naranjo.

¿Alguna vez se ha planteado llevar a escena grupos de teatro alternativos?

Pero ya se desvirtúa el programa. Yo he llevado a lo mejor un dúo de señoras, un poco de teatro costumbrista, unos diálogos, o un hombre mediando también, un pequeño sketch de ocho minutos, pero se llevan gran parte del programa. Me gusta mucho, pero si hay alguna pieza teatral que dura seis minutos, pues sí, por qué no. Sería con una duración reducida.

¿Hay suficientes lugares como en la ciudad como el Club para acoger el folclore canario?

Hacen faltan muchísimos sitios como el Club Prensa Canaria, y me extraña que Canarias 7 no tenga algo parecido. El único que está haciendo algo los domingos es el Pueblo Canario, que yo sepa. Hacen una actuación de cara al turismo.

¿Piensa que el folclore canario si no se protege y se impulsa, puede desaparecer?

Está más que preservado, está creciendo cada vez más, es increíble, yo que soy bastante mayor, antiguamente había nada más que dos o tres grupos, y ahora hay dos o tres en cada barrio, y asociación de vecinos. Miles de grupos, desde el norte hasta el sur, desde el este al oeste de la Isla. Afortunadamente el folclore canario se mantiene más vivo que nunca, y también hay que dar las gracias a Los Sabandeños, al César lo que es del César, en primer lugar por cronología, y en segundo, a Los Gofiones. Tengo un disco pequeño, de 45 revoluciones de Los Sabandeños, como oro en paño. Antes se avergonzaba la gente de tocar la guitarra, un médico, abogado, sin embargo, ellos cogieron médicos, albañiles, abogados, fontaneros, los mezclaron a todos, veintitantos tíos a cantar, fue un éxito rotundo.

También Mary Sánchez ha visitado su programa en numerosas ocasiones. ¿Qué papel ha jugado y sigue jugando en esa preservación de las tradiciones?

Muy importante. Estuvo una de las veces en un programa especial dedicado íntegramente a Néstor Álamo. Ella es uno de los escalones del folclore canario, al igual que Los Guaracheros, María Mérida, Los Sabandeños, Los Gofiones. Mary Sánchez ocupa por derecho propio un lugar especial en la historia, en la conservación, y expansión del folclore. Yo tuve la fortuna también de formar parte del grupo de Los Bandama cuando fuimos por primera vez a América y allí grabamos canciones canarias.

¿En qué año?

En 1960.

¿Cómo fue la acogida?

Enorme, increíble.

¿Se lo esperaba?

Algo sí, porque hay muchas casas canarias en Montevideo y Caracas. Cuando vamos para allá, no nos dicen españoles, sino isleños. Hay tantos puntos en común en el habla y la gastronomía.