En los 100.000 metros cuadrados donde se despliega la feria Mobile World Congress no sólo hay sitio para vender las bondades de un futuro 5G, mostrar brillantes smartphones curvados y relojes inteligentes, oír a Zuckerberg, ir de procesión con traje de chaqueta oscuro y sufrir un aire acondicionado que transmuta el dulce clima mediterráneo en temperaturas de invierno nórdico.

Buceando más allá de los flashes y los anuncios amplificados a bombo y platillo se puede acceder a propuestas curiosas, ambiciosas, extrañas e incluso emocionantes que permiten al visitante mirar este MWC con otros ojos.

La más llamativa es Runcible, un teléfono circular que se inspira en brújulas y relojes de bolsillo y aspira a ser el antismartphone, porque no agobiará al usuario con notificaciones o vibraciones. Equipado con Firefox OS, su pantalla tiene un diámetro de 78 milímetros y una densidad de 244 píxeles por pulgada, su parte trasera es de madera y tiene cámara en el centro.

Sorprende, por su precisión, la tecnología de la compañía danesa The Eye Tribe: ha creado un dispositivo -que cuesta 99 dólares y se puede usar con tabletas o televisores- que detecta la actividad de los ojos y permite navegar e interactuar con las pantallas mediante la mirada.

Reconocimiento del ojo

La vista empieza a ser tendencia en esta industria. Fujitsu ha creado una tecnología de reconocimiento del iris que permite desbloquear el teléfono o acceder a una cuenta con la mirada. Cómoda de utilizar y aplicada en una cámara infrarroja, la compañía japonesa afirma que es diez veces más precisa que la detección de la huella dactilar.