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Entrevista. Escritor

Rivero: "Ante una situación de miedo, nada mejor que el sentido del humor"

El autor grancanario publicó su último libro 'Vivir del cuento: cuentos y anecduentos' que presentó en el Club La Provincia

El escritor Luis Rivero Afonso en el Club LA PROVINCIA. JUAN CARLOS CASTRO

¿De dónde ha surgido la idea de escribir esta obra?

Los libros tienen su llamada. A veces se escribe por necesidad y otras por compromiso. En esta ocasión me lo pedía el cuerpo y tengo que reconocer que me divertí de lo lindo. Comencé a escribir lo por su segunda parte, y terminé en 2012, así que lo concebí cuando arreciaba la crisis. Veo que la gente está muy cansada de estar recibiendo pésimas noticias y agradecen leer algo más relajante. Estoy contento de haberlo escrito, pero si además logro arrancar una sonrisa, o mejor aún, una carcajada, me sentiré muchos más satisfecho, porque ese era el objetivo.

¿Tiene una voluntad no sólo de entretener sino de hacer reír?

El libro tiene un trasfondo ideológico que responde a una enseñanza de Stuart Wilde, recogida en una frase muy sencilla pero a la vez muy profunda, que dice: "la seriedad es la enfermedad del ego", por lo que no conviene tomarse la vida demasiado en serio. El miedo es un elemento muy extendido, el que trabaja tiene miedo a perderlo, el parado tiene miedo a quedarse sin comer, tenemos miedo a que mientras viajamos la erupción de un volcán de nombre impronunciable corte el tráfico aéreo y nos veamos atrapados en un aeropuerto europeo varios días. Ante esta situación de miedo generalizado no hay nada mejor que el sentido del humor, la ironía y la risa, porque no hay algo más incompatible que tener miedo y reírse. Frente al miedo, que es un elemento tangible, especialmente hoy día, cuando este estado de miedo generalizado es explotado por los medios para extender el catastrofismo, estos tres elementos son una tabla de náufrago que impide que nos ahoguemos en el drama. Es algo normal porque en las situaciones más tristes se agudiza el humor. Si preguntamos a la gente cuando han oído los mejores chistes, muchos coincidirán que en un velatorio, porque en la tragedia no se pierde el sentido del humor sino que se potencia. El sentido del humor, la ironía y la risa son elementos transgresores contra los jinetes del Apocalipsis.

Su libro está dividido en dos partes, los cuentos y los anecduentos ¿Qué son estos últimos?

Todo el mundo sabe lo que es un cuento, y en cuanto a los anecduentos que forman la segunda parte del libro, es un neologismo creado ad hoc, resultado de la contracción de anécdota y cuento. Surge poco antes de publicar la obra, cuando entregué el manuscrito a un escritor y me dijo que la segunda parte no estaba compuesta por cuentos, porque no se ajustaban a las características que los diferencian de otros géneros narrativos, sino que eran anécdotas escritas como cuentos. Esta crítica me dio la idea de titularlos anecduentos, una especie de híbrido entre la anécdota y el cuento, inspirándome en el ejemplo de los articuentos de Juan José Millás. De todos modos tenemos que partir de la base de que supuestamente existe un único criterio para definir lo que es el cuento, lo cual descarta todo aquello que no se ciña estrictamente a esa definición. En el libro me he atrevido a cuestionarlo, con toda la modestia y con todo el atrevimiento, por lo cual transgredo las normas.

En los cuentos usa más expresiones dialectales.

En la primera mitad apuesto decididamente por la normalización dialectal del español de Canarias. Si leemos autores latinoamericanos vemos que su español está salpimentado de expresiones del habla de sus países, sin embargo observamos que aquí muchos escritores no hacen lo propio. Es algo que parte de la educación primaria, porque en las escuelas todavía persiste la tendencia de corregir a los alumnos en su habla, cuando utilizan canarismos aunque estos no supongan ningún error gramatical. Como escritor canario, trato de expresarme en mi español natural, ya que al haberme criado en un ambiente rural lo hago con total naturalidad en este registro. Pero en el libro, cuando el narrador o el escenario no es insular se expresa de otra manera, por el contrario, cuando los cuentos están ambientados en el pasado, el habla se vuelve más local. Apoyo la normalización dialectal del español de Canarias, lo cual es el discurso de la Academia Canaria de la Lengua.

Otra diferencia entre las dos partes es que los anecduentos están teñidos de erotismo

Más bien hablaría de picardía, porque el erotismo tiene una seriedad de la que la picardía carece, a pesar de que participa del erotismo, porque lo exhibe con humor, con picardía, como el propio nombre indica. Lo pasé muy bien escribiendo esta segunda parte, surgió de manera espontánea, los temas y personajes nacieron al azar. Pude haber dividido el material de las dos partes en dos libros deiferentes, pero al final decidí dejarlo así.

Se refiere a una técnica sexual caribeña, el cocomordán, lo que le convierte en uno de los primeros autores españoles que escriben sobre ella, a pesar de que ha hecho correr ríos de tinta en Latinoamérica.

Sí, y es sorprendente porque el cocomordán existe en otros países con nombres diferentes.

Dos cuentos La luz de Mafasca y La luz de Mafasca El rancho de ánimas

Efectivamente, es un tema que me interesa desde hace mucho tiempo y que he investigado durante años. Muchos testimonios de personas que aseguran haber visto la luz de Mafasca se han terminado convirtiendo en cuentos, por eso los escépticos critican el nivel de verosimilitud de estos testimonio. En realidad debemos comprender que la verosimilitud tiene que ver con aspectos subjetivos como la credibilidad del testigo o la cerrazón mental del lector, que puede considerarlo posible o meros cuentos chinos.

Tengo que preguntarle si estos relatos son reales.

Lo esperaba, porque es algo que me preguntan mucho. El elemento de la voz del protagonista como narrador o testigo directo, no es un recurso elegido sino narrativo. La figura del narrador no tiene que coincidir necesariamente con la del autor. De este modo, el lector se queda ante la duda de si el relato es real o ficticio. En la mayor parte de la obra me he inspirado en la realidad, pero creo que se debe jugar y dejar en la incertidumbre al lector. Otro recurso es el de utilizar personajes arquetípicos fácilmente reconocibles, de tal modo que haya algún conocido que pueda casar con ese personaje de ficción.

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