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Entrevista. Dibujante

Miguel Gallardo: "Mi familia en Canarias es la base para los cómics que he hecho sobre mi hija María"

"El cómic está dando sus primeros pasos y para contar algunas cosas necesita un lenguaje nuevo", apunta el artista

Miguel Gallardo.

¿Qué diferencia hay entre María cumple 20 años y María y yo?

Los dos están abordados de la misma manera, como un diario, lo que pasa es que María cumple 20 años no es la típica segunda parte. Cuando hice el primero María tenía 14 años y ahora tiene 20. Ya ha pasado la adolescencia, es una persona adulta, tiene más autonomía, más independencia y lleva otra clase de vida. Hay algunas cosas que han cambiado y otras no.

¿Cree que aún no se ha reivindicado las posibilidades que ofrecen los cómics para abordar temas como el autismo?

El cómic es un lenguaje que está todavía dando sus primeros pasos y para contar según qué cosas se necesita un lenguaje nuevo. María y yo no fue exactamente un cómic porque había ilustración y texto, aunque viñetas también, pero lo hice en un lenguaje muy simple y claro para que pudiera llegar no sólo a la gente del cómic, sino a todo el mundo: gente mayor, niños, etc.

Sin embargo, ahora, este nuevo título, María cumple 20 años,

Este sí se puede entender como cómic, pero es muy claro y sencillo, tiene muchas páginas sólo ilustradas para que se lo pueda leer todo el mundo, para que llegue al mayor número de personas.

Precisamente, gracias a María, su relación con Canarias se ha convertido en muy intensa.

Yo me casé con la madre de María en el año 1988, y la conocí en un taller de cómics que hice en el año ochenta y pico. Fue en el Centro Insular de Cultura durante una semana impartiendo cómics. Estaba el dibujante Javier Pulido entre mis alumnos. No es que tuviera intención de volver a las Islas, pero ahí está mi vida muy relacionada con Canarias. Ahora soy uno más de la familia de la Isla. Viajo con una media de 20 viajes cada año.

Es curioso que tanto este cómic, como en el anterior título sobre María, estuviese trufado con todo tipo de personajes.

Las familias son muy grandes ahí en Canarias y hay muchos primos y tíos. Parte de la comunicación con María es que yo le hago dibujos de toda la lista de nombres que ella hace y ella las hace muy grandes con gente de Canarias.

¿Cómo hay que enfrentarse ante la situación de tener un hijo con autismo?

De entrada es un mazazo para todo el mundo. Nadie en su entorno comprende lo que está pasando. Las primeras opiniones de los familiares es "bueno, no te preocupes, esto pasará, esto no es nada", y tú te encuentras más solo que la una. Y luego todos los padres con un hijo con discapacidad física tienen que pasar por unas fases que van de la negación a encontrar culpables en algún lado, luego llega el buscar información urgentemente, buscar contactos, etc., hasta el final que tienes que hacer un periodo de duelo. Y finalmente llega la aceptación que requiere mucho esfuerzo, imaginación, etc., porque lo que más cuesta en ese trastorno es la comunicación. Y si la de padres a hijos es difícil de por sí, aquí es mucho más complicada.

¿Y le ha resultado especialmente laborioso hacer una aproximación en el cómic?

Yo tengo ventajas porque soy el padre de María y sé de qué van las cosas. Esa es un poco la diferencia entre María y yo y el documental que se ha hecho. Que aquí sacamos la vida normal cotidiana.

¿Se siente cercano a algún estilo a la hora de dibujar?

Mi estilo es que no tengo estilo. La última novela gráfica que hice fue María y yo hace ocho años. Cada vez que hago algo es una obra personal. Y yo aplico el estilo que mejor va a esa obra. El estilo de Makoki era underground, pero hice un libro sobre mi padre, El largo silencio, que bebe más de las fuentes de Spiderman que de otras. María y yo ha bebido de las fuentes de estar dibujando todo este tiempo para María. Y una de las cosas que ha cambiado María en mi vida es mi forma de dibujar. María es una jefa muy exigente. Me he tenido que acostumbrar a un dibujo muy rápido, muy claro y muy comunicativo. Entonces me he ido sacando vicios de encima y el dibujo ya no es una cosa bonita para enseñar a los demás, sino que es una herramienta de comunicación que a mí me parece muy importante.

Usted siempre ha publicado en editoriales independientes como La Cúpula, De Ponent o Astiberri. ¿Cree que en otros sellos no habría podido trabajar con total libertad?

Yo me dirijo siempre a editoriales que me den absoluta libertad. A mí no me interesa sacar un cómic y dar el pelotazo, o inventarme algo que sea lo más sensacional, sino me interesa contar mi historia y contarla a mi manera. Y para eso necesito un entorno agradable que he encontrado en esas editoriales que has nombrado.

María y yo se convirtió en todo un fenómeno editorial en su momento, traducido a nueve idiomas. ¿Qué supuso en su vida?María y yo

Gracias al cómic y a la película me paso más tiempo viajando fuera de casa. Estoy dando vueltas al mundo todo el rato. Ahora acabo de volver de un festival de Suiza y me voy a Atenas dentro de un mes. Lo que le ha dado María a mi vida ha sido todo bueno.

¿Tiene pensada alguna idea para una próxima obra?

Como básicamente siempre hago lo que quiero, espero a que me salga la idea. Pero estoy trabajando mucho en el tema de la discapacidad de forma educativa, y a partir de lo que hice el año pasado con el libro Viñetas de vida en el que participábamos nueve dibujantes. Yo fui a República Dominicana y a partir de ahí me interesa el reportaje de cómic también.

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