A sus 82 años, la actriz Julieta Serrano declaró hace unos días estar feliz de que el Festival de Málaga la haya nombrado como la primera "imprescindible" del cine español, otorgándole la Biznaga de Plata Ciudad del Paraíso, un galardón que se estrena en esta edición y con el que el certamen reconoce a aquellas personas que hacen posible nuestro cine y que, más allá de una retrospectiva, merecen el respeto, la admiración y el reconocimiento. Serrano recordaba con cariño muchos de los títulos en los que ha participado para la gran pantalla, entre ellos que destacó Mi querida señorita, de Jaime de Armiñán, y las primeras cintas de Almodóvar, entre ellas Mujeres al borde de un ataque de nervios y Entre tinieblas.
No debe de ser fácil mantenerse tantos años en una profesión tan inestable.
Pues sí, tienes toda la razón... Aunque tengo que reconocer que he tenido mucha suerte y mucha continuidad en el trabajo.
Aunque este premio es por su trabajo en el cine, reconoce que donde ha sido más feliz es en el teatro.
Porque en teatro he hecho muchas más cosas. En el teatro me han dado más oportunidades que en el cine. En el cine me siento como una intrusa: entro, estoy un tiempo y después desaparezco. Tengo la sensación de haber tenido una carrera esporádica en cine, aunque luego miro las cosas que he hecho y veo que no es así. Cuando me dan un premio de teatro lo considero algo normal. En cambio me sorprende cuando es un premio de cine.
Reconocerá también que más difícil mantenerse en la pantalla, sobre todo siendo mujer.
Sí, es más difícil. Cuando hice Mi querida señorita, con Jaime de Armiñán, todo el mundo me auguraba un carrerón de cine, tanto por mi físico como mi manera de trabajar. Pero no fue así. Creo que faltaban personajes femeninos en el cine español de entonces.
¿Y cree que siguen faltando?
Sí, aunque hay un poco más. El cine está hoy más abierto a la problemática femenina.
Algo de esos augurios sí que se cumplieron, porque después llegó Almodóvar, que la convirtió en un icono gracias a esa escena de las pistolas.
Sí. No hace mucho un compañero me regaló un cuadro que compró en una tienda con esa imagen. Y en internet venden camisetas en las que salgo con las dos pistolas.
¿Cómo vivió el despegue internacional de Pedro Almodóvar gracias a Mujeres al borde de un ataque de nervios
Lo vivimos con mucha alegría. Fuimos a Hollywood, a la meca del cine. Era sorprendente. La repercusión que comenzaba a tener Pedro era enorme. Nos reíamos muchísimo.
Pero al principio no todos entendían su cine.
No, no, no. Decían que era un bobo y un grosero maleducado. Yo siempre pensaba: "Os vais a arrepentir de lo que decís, porque tiene mucho talento".
¿Se acostumbra uno a digerir las críticas?
Cuando recibes una mala crítica en teatro, te hace más daño porque al día siguiente tienes que hacer la función. Aunque a veces la crítica te hace mejorar y reparar lo que está mal. En cambio, en el cine eso no es posible porque el cine no se puede tocar. De todas formas, siempre es el tiempo el que pone las cosas en su sitio.
También ha trabajado mucho en televisión. Parece que no le dice no a nada.
Lo mejor es estar abierto a todo y arriesgarse. Si luego sale mal, pues no pasa nada. Tampoco se acaba el mundo.
Lo que está saliendo bien es el cine español, que después de unos años malísimos parece despuntar.
Hemos pasado una época malísima. Pero creo que la crisis ha hecho que la gente reaccionara. La gente joven ha reaccionado a este ensañamiento político que han tenido con nosotros. No tenemos los medios económicos suficientes, pero sí que tenemos un gran talento. Los equipos de trabajo son fantásticos. Y ellos han sido los que han hecho que el cine continúe. Hoy en día tenemos una generación de actores y actrices extraordinarios.
Almodóvar capitaneó el cine de la Transición. Desde entonces hemos sido gobernados por el PSOE y el PP. ¿Cree que en las próximas elecciones cambiará esta alternancia?
Creo que es muy bueno todo lo que está pasando en el sentido de romper el bipartidismo. Y que existan más posibilidades. Lo que pasa es que la izquierda está más fragmentada y la derecha es más compacta. Pero es estimulante lo que está pasando. No sé a dónde nos va a conducir todo esto, pero creo que las cosas se están moviendo. Y eso es siempre bueno.
Aunque la causa de este movimiento es una política vergonzosa...
Es terrible. No tiene nombre. En otro país, muchos de estos imputados ya habrían dimitido de sus cargos políticos. Ahora parece que estar imputado es normal.
