El cardiólogo español Valentín Fuster, creador de la polipíldora, medicamento que previene segundos infartos al reunir en una sola dosis todos los componentes que debe tomar un enfermo de corazón, consideró ayer que sería "un absurdo" que este mecanismo se siga viendo como una salvación en 50 años.

"En absoluto me gustaría que en 50 años la polipíldora sea lo que salve a la humanidad, sería un absurdo", declaró a la prensa en Bogotá, donde participó en el III Congreso Internacional de Cardiología, organizado por la Fundación Clínica Shaio. Para Fuster, su creación es "un estadio intermedio a un futuro" en el que espera que, en lugar de tomar la polipíldora, la gente "se cuide desde la niñez y no llegue a tener los problemas que tenemos".

Fuster, director del Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinaí de Nueva York, es presentado como un "líder de la cardiología" que tras décadas de investigaciones y trabajo se muestra convencido de que es mejor inculcar desde la infancia una vida sana y evitar infartos que tratarlos a posteriori. "La enfermedad cardiovascular es una epidemia, y el problema principal de la epidemia es que no valoramos. No tenemos conciencia de vulnerabilidad, con lo cual seguimos nuestra vidas diciendo 'a mí no me va a ocurrir'", aseveró el cardiólogo.

Para avanzar en la prevención, Fuster trabaja en un programa de concienciación infantil que incluye a 100.000 niños en varios países y que empezó hace seis años en Colombia, de donde surgió "el modelo". El proyecto se desarrolla en escuelas para enseñar a los menores a cuidarse a través de ejercicio físico y una buena nutrición, lecciones que, según estudios, para ser integradas en la vida adulta deben inculcarse entre los tres y seis años. "Ellos tienen que demostrar cuando sean mayores que son distintos a nosotros", destacó Fuster.