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Arte

Caprichos de barra de bar

Nueve artistas dialogan en la exposición 'Bar Casa Manolo', que inaugura este viernes la Galería Manuel Ojeda

Caprichos de barra de bar

"Bares, qué lugares", dice la canción Al calor del amor en un bar, de Gabinete Caligari, y título del álbum homónimo publicado por la banda madrileña en 1986. Los bares son punto de encuentro, de interacción y confesiones. Lugares donde los objetos cotidianos, útiles de cocina, platos, tapas y mobiliario adquieren categoría artística. El bar como reclamo para que el público común se acerque a un museo, en este caso una galería privada, y deguste, en sentido artístico, las obras allí expuestas, es el fundamento de Bar Casa Manolo, muestra que inaugura mañana viernes la Galería Manuel Ojeda, y hasta el 17 de julio.

Comisariada por Fernanda Spicoli, este Bar Casa Manolo llega en el año del 30º aniversario de la sala que dirige Manuel Ojeda: tres décadas "despachando arte", desde 1984. Nueve son los artistas que aceptaron la invitación del galerista y la comisaria para crear este "ambiente de tasca informal" y todos los accesorios que se integran en una misma instalación: Ángel Luis Aldai, Ana Beltrá, Margo Delgado, Idaira del Castillo, Juan E. Correa, Elio Quiroga, José Rosario Godoy, Javier Salvadores y Sara Velázquez. "La idea surgió tras el reconocimiento que el CAAM hizo a Manolo Ojeda por los 30 años de de la galería. Y vino el debate sobre qué arte es el que se ve, por qué la gente no se acerca tanto a los museos y mucho menos a las galerías, y se nos ocurrió crear un proyecto que dialogue más con el público, acercanos un poquito, y comprobar que en el arte contemporáneo los creadores conviven con los mismos objetos cotidianos que todos, simplemente los ven de otra manera", explica la comisaria.

En este escenario de bar afloran las distintas estéticas y personalidades de cada uno de los protagonistas. Una conjunción colectiva que no distorsiona las identidades particulares. Los huevos fritos y tortillas en tela y la ropa tendida que cuelga en el segundo espacio, creadas por Idaira del Castillo; la Cortina quita moscas de Juan E. Correa, a modo de pórtico de acceso al bar; las Bandejas en acrílico y aluminio de José Rosario Godoy; las fotografías de Aldai y Quiroga; los aperitivos, botellas y copas en madera de pino de Javier Salvadores; la construcción entre selvática y playera de Ana Beltrá, la terraza de este bar; los frisos y objetos de Margo Delgado; o la tragaperras de estética pop clavada en un lienzo de Sara Velázquez.

Para los artistas, la experiencia es necesaria y ha sido un ejercicio gratificante. "Es una intervención que rompe los esquemas a la vez que invita a la gente a participar. Tu estás jugando con el entorno", explica Ana Beltrá. El concepto de jungla preside su obra y para esta muestra ha construído una hamaca y una sombrilla con estampados, "motivos que se repiten en mi obra", y palmeras pintadas. José Rosario Godoy bromeaba ayer con su aportación. "Quise servir mi trabajo en bandeja". Sus piezas "se han adaptado a este espacio en una instalación conjunta con artistas que conozco".

Por su parte, Margo Delgado, autora del friso azul de la terraza, de los cuadros que reposan en el revistero a modo de "cachito de cielo", y un salero, considera que "acercar el arte al público de esta manera es interesante". Delgado se debe a la luz y al color aunque la oferta de Bar Casa Manolo le llego cuando trabajaba con elementos de cocina. Algo similar le ocurrió al madrileño Javier Salvadores, que armó en madera de olivo una colección de botellas, botellines, sifón, pinchos varios, tapas de aceitunas, mejillones o gambas. Las formas de su escultura se trasladaron "sin copiar" a estos objetos cotidianos. "Es otra diversión diferente", asegura, aunque le costó hacer seis gambas en tres champiñones. "He he tenido que hacer 20 para esta media docena".

Riesgo y originalidad

Idaria del Castillo trabaja con las telas. Suyos son manteles, tortillas y huevos fritos, y en su opinión esta exposición "tiene un punto de riesgo pero es muy original". El escultor Juan E. Correa, igualmente satisfecho con el resultado, decía ayer que "la obra desvela mucho de mi trabajo y me interesa la abstracción de la pieza, es una fracción de este escenario con su propio marco".

Elio Quiroga, autor de varias piezas fotográficas que se presentan como "obras cubistas a partir de un objeto, una especie de bodegón roto", califica de "maravillosa" la propuesta por cuanto "subvierte todo el asunto de lo sagrado del arte y lo convierte en una celebración".

Sara Velázquez, además de actriz y cantante, aporta un lienzo con una tragaperras, y según relata "la propuesta es necesaria porque las obras de arte parecen estar destinadas a salas y museos para un público muy concreto, que siempre suele ser el mismo".

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