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Sanidad

Dos décadas en el SCS y en la calle

Después de años trabajando, los auxiliares de enfermería están indignados porque su experiencia laboral queda condicionada a la nota de un examen con "irregularidades"

Auxiliares de enfermería del complejo hospitalario Insular Materno - Infantil, ayer, en la puerta del Materno, en protesta por el examen de la OPE. JUAN CARLOS CASTRO

Preguntas no incluidas en el temario, cuestiones correspondientes a la categoría de enfermería, mismo tipo de examen para personas sentadas al lado, móviles sonando en pleno examen. Las quejas sobre la prueba para auxiliar de enfermería, celebrada el pasado sábado en toda la comunidad canaria, son numerosas.

La indignación y frustración de los examinados es generalizada, no en vano, muchos de ellos, con una amplia experiencia, se juegan la continuidad en su puesto de trabajo dentro del Servicio Canario de Salud (SCS). El resultado de esta prueba, de carácter obligatorio para todos los que quieran trabajar como auxiliar de enfermería en el SCS, determinará quiénes accederán finalmente a las 913 plazas de la convocatoria correspondiente a la Oferta de Empleo Público de 2007.

La nota del examen representa un 60% de la puntuación total de la oposición, mientras que el resto corresponde a la formación y la experiencia laboral. Por tanto, depende en gran parte de la nota que los opositores pueden conseguir una plaza como auxiliar de enfermería en el SCS, quedarse sin ella (los que se encuentran actualmente trabajando), o pasar a una bolsa de empleo.

Por su parte, la Consejería de Sanidad defiende que "en relación a la correspondencia de las preguntas con el temario y al nivel de dificultad, el Tribunal Coordinador confeccionó el examen conforme al temario recogido en las bases". El retraso en la llegada de las oposiciones, para la que todavía quedan algunas categorías pendientes, provocó que la prueba fuera multitudinaria, ya que se sumaron a los interinos o suplentes de esta categoría, todas las personas que optan a una plaza desde fuera del SCS.

En el Archipiélago fueron finalmente unas 12.300 personas las que se presentaron, de las 17.800 solicitudes formuladas al proceso, lo que supone un 69% de participación, según datos de Sanidad. Algunos llevan más de 20 años trabajando en el SCS y se ven ahora en la calle por unas preguntas más propias, según denuncian, de un examen de enfermería que de uno de auxiliar de enfermería. "Después de 22 años trabajando como auxiliar de enfermería, me quedo ahora sin nada por culpa de un examen lleno de irregularidades", denuncia Felisa Navarro, profesional del Hospital Insular, que recuerda que han pasado 13 años desde las últimas oposiciones convocadas.

Mina Alemán, que lleva 14 años en el complejo hospitalario, denuncia que los trabajadores se sienten "estafados" e "indignados" después de tanto tiempo esperando y estudiando para estas oposiciones. "Esto ha sido un maltrato psicológico antes, durante y después del examen", asegura.

Cuando acabó el examen, los opositores le enseñaron las preguntas a compañeros enfermeros y médicos, y "o no sabían responderlas o tenían dudas en las respuestas". Algunas de las cuestiones que han sido impugnadas por los trabajadores son porque, a su entender, no corresponden con su categoría, como las relacionadas con fármacos o técnicas invasivas.

El descontento empezó nada más empezar el examen, que constaba de 160 preguntas. En algunos centros "sólo se repartió un tipo de examen" (el A) de las cuatro opciones que había, aunque los examinados se encontraban "prácticamente pegados".

El segundo "palo" llegó al echar un primer vistazo a las preguntas: las 10 primeras del examen tipo A "no se correspondían con el temario". Además, se incluía una quinta casilla (a, b, c, d y e) cuando sólo había cuatro opciones posibles por cada pregunta, lo que supuso "numerosos errores" entre los aspirantes.

El descontento ya venía de antes con unas bases en las que se prima la nota del examen sobre la experiencia laboral. Un malestar que se plasmó en la creación de la plataforma Por una OPE más justa que ha recogido hasta el momento unas 30.000 firmas.

Fuentes de Sanidad explicaron ayer a este periódico que las bases establecen tres días para impugnar las preguntas, activándose en caso de anulación las de reserva (son 150 preguntas más 10 de reserva).

Este proceso conlleva, en primer lugar, la recepción de dichas impugnaciones que pueden presentarse en diversos registros, incluyéndose los peninsulares, por lo que tienen entrada al menos 20 días. Por tanto, "hasta no saber el número de reclamaciones no será posible estimar una fecha de publicación del resultado del examen".

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