La rehabilitación y ampliación del Castillo de La Luz, obra de los arquitectors Fuensanta Nieto de la Cierva y Enrique Sobejano García, ha merecido una mención especial por parte del jurado del Premio de Arquitectura Española 2015, que otorga el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España.

En esta edición, el proyecto ganador fue fue la rehabilitación del Antiguo Hospital Militar en el Campo del Príncipe para la Escula Técnica Superior de Arquitectura de Granada, del arquitecto Víctor López Cotelo.

Junto a la obra del Castillo de La Luz, también fue acreedora de una menció el Efificio de seis viviendad de realojo en el casco histórico de Pamplona, de Carlos Pereda Iglesias y Óscar Pérez Solanes. La entrega de estos premios tendrá lugar el próximo día 15 de julio, a las 19.30 horas, en el madrileño Auditorio de la Fundación ICO.

Según afirman los propios arquitectos en el texto de explicació de su proyecto, "más que reconstruir o rehabilitar el Castillo, lo habremos vaciado, nos habremos limitado a hacer visible su pasado esperando que el edificio, independientemente de las futuras colecciones que a él se incorporen, se exponga ante todo a sí mismo y a su propia historia".

Esta obra abrió el camino al desembarco de la Fundación Martín Chirtino en el histórico inmueble, que alberga la colección permanente del escultor que forma parta de la exhibición de su fundación,

A pesar de este reconocimiento de la calidad arquitecyónica de la obra, sus artífices han tenido algún contreatempo respecto a ella, como cuando el pasado mayo el entonces alcalde capitalino, Juan José Cardona, ordenó iniciar el corte de la valla de acero cortén que rodeaba el Castillo de La Luz, según el proyecto de los dos arquitectos.

"Hay una agresión directa al proyecto y tenemos la propiedad intelectual del mismo", advirtió entonces Fuensanta Nieto, quien consideró que "los proyectos se conciben como un todo. Claro que se puede modificar, pero de una forma coherente y razonada. No creo que esta sea la forma de hacer las cosas. Después de catorce años trabajando en la rehabilitación del Castillo, creo que por lo menos nos merecíamos una llamada de teléfono para informarnos" de que se iba a retirar.

Hay que tener en cuenta la complejidad que supuso un proyecto y un a obra de estas características, que tiene que tener en cuenta el embate del tiempo en una doble dirección. Como explicaron los propiis arquitectos "el paso del tiempo no solo ha afectado significativamente a su uso y conservación, sino también a su entorno más próximo: la antigua fortaleza de costa que quedaba rodeada de agua en pleamar, se ve hoy envuelta por las edificaciones del Puerto de la Luz y el avance de la ciudad hacia la Isleta".