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Entrevista. Humorista

Andreu Buenafuente: "El humor es como el gas, se adapta a cualquier circunstancia y ambiente"

"Con el IVA más de una vez pensé ¿y yo por qué sigo?, pero todavía continúa emocionándome", afirma el showman

Andreu Buenafuente. EFE

El showman catalán ultima los preparativos de un festival cómico ideado por su productora, El Terrat, que reunirá la próxima semana en Cataluña a él mismo, Berto Romero, Faemino y Cansado, Els Joglars, Leo Bassi y Javier Coronas, y en el que se leerá un manifiesto de Darío Adanti, fundador de la revista Mongolia, sobre los límites de la corrección dentro del humor. Andreu Buenafuente advierte en esta entrevista contra la ola de corrección y las "reacciones exageradamente puristas", pues "si sometemos al humor a tanta presión nos lo acabaremos cargando".

¿Cree que el público puede estar más predispuesto al humor en las noches veraniegas, cuando habitualmente se está más relajado?

Si alguna cosa tiene el humor es que es como el gas, se adapta a cualquier circunstancia, ambiente, presión o situación. Hay buena comedia tanto en un club pequeño lleno de humo como en un escenario grande. Lo que resulta emocionante es tener la infraestructura para poder llenarlo de comedia. Que un espacio junto al mar, con una grada impresionante de casi dos mil personas, acoja comedia en lugar de música, como es habitual, es algo que a mí me llena de felicidad.

Además usted tendrá otros proyectos en los que se haya involucrado...

Yo no paro nunca, no puedo parar, es una cosa patológica, pero además me he creado unas dinámicas que me hacen imposible parar, excepto algún día aislado. Esto es un drama personal, pero no tanto, porque me gusta mucho lo que hago. Ahora estoy ensayando una película que rodaremos en agosto con Berto Romero, por lo que será un verano muy atípico, pero también muy bonito porque para mí es un reto hacer la película, que dirigirá Dani de la Orden, un director joven que ha hecho dos películas y luego volveremos a televisión en octubre, haremos radio... Nosotros no podemos parar, el cómico tiene que estar activo continuamente, yo lo creo así.

¿Se siente como uno de los exponentes de lo que se ha denominado humor catalán

Lo del humor catalán tiene mucho de presuntuoso, es como decir 'nosotros hacemos humor con una DO'. Hay un lugar de nacimiento que sí marca un poco las coordenadas, y luego vas a mar abierto y tu estilo lo vas haciendo día a día.

¿Y existe una escuela Buenafuente

No, esto también sería muy presuntuoso. He tenido la suerte y quizás también un cierto olfato de rodearme de gente muy buena, y luego un punto de generosidad de nuestra marca para decir: cuando haya alguien bueno entre nosotros y tenga un proyecto, lo apoyaremos. Es una manera de hacer y ahora tengo como una etiqueta de "el que saca gente". Es un sambenito que es muy agradable, pero que también me crea una cierta presión y angustia. Pero siempre estamos buscando gente, lo llevamos en el ADN.

¿Cuál es el secreto para mantenerse tanto tiempo en el mundo del humor y seguir interesando al público?

El secreto de mantenerse es que te emocione lo que haces. En los tiempos actuales de confusión, problemas económicos, bajadas de presupuestos o este IVA vergonzoso que tenemos en la cultura, a veces piensas: '¿y yo por qué sigo?' Y es porque aún te gusta y te emociona, y cuando entro en el plató y suena la sintonía noto algo en el estómago, o cuando vas a un teatro la gente te da una energía especial. Cuando esto lo tienes dentro es vírico, y dicen que cuando no lo sientes es el momento de dejarlo.

Ha publicado libros de humor y ahora acaba de lanzar No entiendo nada

Yo en todo momento estoy haciendo cosas, estoy dibujando, es mi manera de entender este oficio. A veces te envalentonas y enseñas lo que haces, y la editorial Random House me animó a tirar adelante, lo que fue un regalo para mí.

Recientemente ha surgido un debate sobre los límites del humor, especialmente del humor negro y su repercusión al propagarse en las redes sociales. ¿Cuál es su posición al res- pecto?

Evidentemente, hacer bromas sobre el nazismo no tiene ninguna gracia, es más, soy muy beligerante y realmente me exaspera el nazismo, pero también me parece una exageración que una red social tumbe la carrera política de alguien que hace un chiste y no calcula el impacto en Twitter. Si haces un poco de arqueología y escuchas chistes antiguos, bueno, ahora te meterían en la cárcel. Y es verdad que hay cosas xenófobas y machistas que sí que son vergonzantes, pero también debe haber una cierta libertad y frescura del humor. Hace poco, el cómico norteamericano Jerry Seinfeld publicó un artículo en el que se quejaba de una ola de corrección que va contra el humor. Los que estamos en las cocinas del humor nos damos cuenta de reacciones exageradamente puristas y dices: hombre, no sometamos al humor a tanta presión, o nos lo acabaremos cargando.

¿Cómo compagina su profesión con su actividad empresarial al frente de El Terrat?

Eso me lo pregunto yo cada día. Yo renuncié conscientemente a trabajar en otras empresas para irme gestionando a mí mismo. Cuando las cosas iban muy bien en los años noventa esto era un regalo, pero ahora es una responsabilidad y me lo tomo así. No quiero dar lecciones de ética ni de nada, pero debo estar a la altura de las circunstancias y para mí es bonito estar aquí remando e impulsar proyectos. Yo creo que no sabría trabajar para nadie, pero ser dueño de tu propia libertad es también ser esclavo de tus propias responsabilidades.

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