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Entrevista

Gonzalo Marrero: "Los datos económicos favorables no afectan a la gente en extrema pobreza"

"Hay mucha gente trabajando para dar clases de español a emigrantes o distribuir ayudas en comedores", manifiesta el Director de Cáritas Diocesana en Canarias

Usted acaba de ser nombrado director de Cáritas en Canarias, pero creo que su vinculación con la institución ha estado presente desde hace tiempo.

Siempre he trabajado como voluntario de Cáritas, pero tras dejar mis obligaciones en la Universidad, el obispo Francisco Cases me nombró director en sustitución de Pedro Herranz el pasado 7 de julio. Hemos llevado la situación discretamente hasta el 31 de agosto. Y como los voluntarios no percibimos retribución económica , lo lógico era esperar. Previamente había ocupado los cargos de director general de Universidades y viceconsejero de Educación.

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención al tomar las riendas de esta institución?

Cáritas es una institución compleja. Actualmente tiene 120 trabajadores, 1.500 voluntarios, y atiende a 45.000 personas en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura. Cuando yo entré como voluntario empecé a ver más de cerca la pobreza, la marginación y la exclusión. Me encontré cara a cara con las personas que están excluidas de la sociedad. Lo que más me ha gustado es que he visto un conjunto de personas que trabajan con mucha dedicación y de forma muy eficiente. En Cáritas tenemos los servicios centrales, pero luego existe un trabajador social en cada arciprestrazgo, por lo que tenemos 22 trabajadores sociales que dinamizan sus proyectos para poder llevar esta maquinaria adelante.

¿Ha cambiado el rostro de la pobreza en los últimos años?

Pues sí, ahora se dan casos que antes no eran tan frecuentes. Nos encontrarnos con frecuencia a matrimonios o jóvenes, de entre 30 y 45 años, con uno o dos niños pequeños que no tienen ingresos. Suelen ser familias desestructuradas, donde la mujer se ha quedado con los hijos, personas que vivían en una situación de relativa comodidad antes de la crisis, con un salario de mil y algo euros cada uno, y que pagaban el agua, la luz, el teléfono, la letra del coche, etc, y tenían un nivel de vida aceptable. Ahora, con la crisis, se han quedado los dos sin trabajo. Y estas personas si encuentran que las prestaciones económicas del Gobierno tienen una fecha de caducidad, y en el momento en que dejan de percibir estas prestaciones se convierten en jóvenes sin recursos de ningún tipo que acude a nosotros.

¿Cómo surge Cáritas?

La primera Cáritas fue fundada en 1897 en la ciudad alemana de Colonia por el sacerdote Lorenz Werthmann, ya que Alemania se ha caracterizado por estructuras avanzadas de acción y ayuda social. Surge como una confederación caritativa y humanitaria financiada y perteneciente a la Iglesia católica que agrupa 165 organizaciones nacionales de asistencia, desarrollo y servicio social. Cáritas se dedica al combate contra la pobreza, la exclusión, la intolerancia y la discriminación. Ayuda a personas con menos recursos a participar en los asuntos que afectan directamente sus vidas además interceder por ellos en los foros nacionales e internacionales. También ayuda a personas en riesgo de exclusión social, dándoles hogar por un tiempo, alimento y brindando servicios básicos de salud y desarrollo personal.

¿Cómo es el funcionamiento interno de la institución?

Cáritas surge como una estructura para articular la acción social de la iglesia. Esto cristaliza en que se genera una organización, una Cáritas nacional en cada país. Y en España surgen 68 Cáritas diocesanas articuladas en una red de 5.000 Cáritas parroquiales. De alguna manera era organizar y reorganizar la acción social de la iglesia cogiendo como núcleo la parroquia, el arciprestazgo, y la Cáritas nacional. Estas Cáritas, tanto parroquiales como arciprestales o nacionales, empiezan a tener una interacción entre ellas y empieza la Cáritas internacional que coordina todas las nacionales y decide las grandes acciones d e la iglesia a nivel mundial. En España Cáritas adquirió mucho prestigio por el gran apoyo de la iglesia católica y el impacto social de los grupos cristianos de base.

¿Cómo se produjo la fundación de la institución concretamente en España?

En España, en 1942 se inicia el secretariado nacional de Caridad y en los años 60 el plan de la comunicación cristiana de Bienes y aparecen una serie de personas como Ramón Echarren, que estudio sociología en Lovaina y como obispo de Canarias impulsó y dinamizó Cáritas; y otros sociólogos que habían estudiado sociología fuera de España. Ese grupo, además de organizar y coordinar las Cáritas nacional, empieza a estudiar la realidad social del país, que cristaliza en un informe que se elabora cada cinco años, el informe Foesa para articular el estudio de la sociedad española.

Un soporte importante para cubrir sus objetivos son los colaboradores. ¿Cuál es el perfil de este tipo de personas?

Entre las personas que colaboran con Cáritas tenemos gente de todo tipo. Hay profesionales como abogados que nos ofrecen sus servicios dos horas de un día a la semana y que ahora estamos agrupándolos ya que todos se conocen y, entre ellos, se distribuyen mejor el trabajo. Luego están los donantes entre los que tenemos los de la parroquias y los anónimos. Entre los anónimos hay sistemáticos que va desde personas que donan dos euros al mes hasta otras que donan cantidades más importantes o hacen algunas aportaciones económicas importantes. Por tanto, las personas que colaboran pertenecen a todo el rango social: desde la que tiene recursos a las que sólo cuentan con lo básico.

¿Cree que la sociedad española, en general, es ahora más solidaria con las personas más desfavorecidas?

He comprobado que, cada vez más, en esta sociedad, estamos pasando de hablar de la pobreza y la solidaridad a comprometernos con lo que podemos. Hay mucha gente trabajando como voluntarios para dar clase de español a emigrantes, o para distribuir las ayudas en el comedor, o en las Cáritas parroquiales en el reparto de ropa, etc. Y lo que estamos viendo es un incremento del voluntariado que se está uniendo desde el punto de vista económico. De este modo, también estamos pasando de una caída de los fondos públicos a la acción social, a un incremento de los fondos de personas particulares o de pequeños colectivos que aportan trabajo, dedicación o recursos de tipo particular, ya sea a través de una bolsa de alimentos hasta ropa que se puede utilizar, o con sus recursos económicos

¿Cómo ayuda Cáritas a una persona que llega en una situación desesperada en el aspecto tanto físico como psicológico?

En Cáritas atendemos a todas las personas que llegan en una situación de necesidad. Tienen que pasar un protocolo de atención, lo ve la trabajadora social, se lava su ropa, se ducha y participa en las comidas. A algunas personas eso no le gusta, pero nosotros creemos que Cáritas tiene la responsabilidad de ayudar a estas personas no solo en la alimentación y el vestir, sino también en la limpieza personal, que es un elemento clave.

¿Suele haber casos de personas en situación de pobreza que rechazan la ayuda de Cáritas?

Suelen ser personas que están enganchadas en el círculo de la droga y, cuando hablas con ellos, su principal objetivo es conseguir los diez euros para la papelina. Nosotros no podemos obligar a nadie venir a Cáritas, pero si se lo podemos recomendar. Tenemos una sociedad que ha sido muy permisiva con el tema de las adicciones, hay grupos sociales que se lucran con la venta de drogas y donde más lo notamos es en los más desfavorecidos. Estas personas a veces están tan deterioradas que responde de otro modo a las ayudas que les damos desde Cáritas.

¿El trabajo de la institución está dividido por sectores?

Sí, hay servicios específicos que están derivadas por zonas. En el comedor de La Isleta están derivadas todas las personas que viven por esa zona del puerto. Lo mismo sucede con el comedor de Santo Domingo. E incluso en el mes de agosto cierran los comedores de la ciudad, pero permanecen abierto los 365 días al año los servicios centrales en los que siempre sirven las comidas de desayuno, almuerzo y cena. Todos los días con unos horarios específicos. Incluso hay personas que son adictos a la atención que le presta Cáritas.

¿Cómo ve la situación de los refugiados que intentan entrar en Europa en estos momentos?

Las migraciones es un tema complejo. En este momento tenemos en Europa un discurso de que hay que acoger, pero no acoger. Una cosa es predicar y otra dar trigo y Europa no está cumpliendo sus responsabilidades de acoger a los refugiados, máxime cuando las armas que se utilizan en esos conflictos bélicos son facilitadas y vendidas por esos países europeos. Ahora dicen que van a empezar a acoger, pero no es de recibo que Jordania, que es un país pequeño, esté acogiendo más refugiados de esa guerra que toda Europa junta. Europa está volviendo a ser, cada vez más, la Europa del capitalismo financiero y los mercaderes. y se está olvidando de la solidaridad.

¿Existe en Cáritas alguna línea de trabajo en este sentido en estos momentos?

La prioridad de Cáritas española, que está en coordinación con las Cáritas de estos países, más la de los países que están acogiendo más inmigración en estos momentos, es atender a estos inmigrantes. Pero el problema es que tenemos que trabajar con fondos propios, porque estamos atendiendo a una población que no existe, porque es una población sin papeles. Y, por tanto, no podemos pedir ningún tipo de ayuda para atenderlas porque no se puede justificar ya que estas personas de cara a la administración no existen. Esta es la hipocresía de nuestra sociedad. Cuando yo fui viceconsejero me encontré con cosas increíbles. Una de ellas era ver una familia que vivía en un municipio de Gran Canaria, pero que no existía de cara a la administración, pero que, sin embargo, tenían dos hijos en edad escolar que sí estaban matriculados en la escuela y asistían a ella. Hay, por tanto, que buscar una alternativa de que si se acoge a población inmigrante, los estados tienen la obligación de buscar vía para que estas personas no estén en situación irregular, ya que no pueden salir a la calle porque no tienen ni siquiera documentación.

Entonces, el trabajo de Cáritas, en este tipo de casos, es claramente limitado.

Sí. Nosotros los identificamos, pero no estamos para cubrir la labor que realmente pertenecen a las de las Fuerzas y Seguridad del estado. Para eso la sociedad tiene unas herramientas que, desgraciadamente, no tiene Cáritas. Ahora trabajamos en países como Grecia, Portugal, Siria o Afganistán.

¿Y es mucha la población inmigrante que acude a ustedes?

Sí, a las distintas Cáritas del estado, porque ya van quedando muy pocas ONG que dispongan de fondos propios y no pueden atender a estas personas porque tienen que pedir ayuda a las instituciones para atenderlos.

¿Han podido comprobar si son ciertas las estadísticas que maneja el gobierno sobre una mejora de la situación?

La macroeconomía, ciertamente, apunta a una serie de mejoras, pero que no llegan a las personas que nosotros atendemos, que suele ser una gente de pobreza extrema y los informes recogen que, en las clases socialmente más desfavorecidas, no se está notando ninguna recuperación. El marginado que no tenía trabajo, que es más del 50% de los que atendemos desde antes de la crisis, cuando se empiece a superar la crisis, tampoco va a obtener otro trabajo. Sí es verdad que nos estamos encontrando que a las personas a las que estamos dando una formación están encontrando trabajo en estos momentos de forma más rápida.

¿Qué ejemplos podría destacar en este sentido?

A principios de verano clausuramos un curso de cocina, otro de restaurante-bar y otro de limpieza de pisos y habitaciones, que lo hicieron 90 personas. Pues, tras su finalización, 51 de las 90 personas que lo hicieron se quedaron a trabajar en el mismo sitio en el que estuvieron haciendo las prácticas, lo que quiere decir que está mejorándola inserción laboral. Sin embargo, también hay que decir que el mercado laboral de Canarias está exigiendo cada vez un poquito más de formación para incorporarte al mercado laboral. Si no tienen un mínimo de formación no te puedes incorporar a prácticamente ningún puesto de trabajo. La persona necesita conocimiento, experiencia y motivación.

¿Hay barrios donde haya más gente que acude a Cáritas?

Tenemos un nivel alto de necesidad en Jinámar, en el cono-sur, Tamaraceite, o el sector de la Isleta-Puerto. Y el resto se mantiene con los números que hemos estado acostumbrados a tratar durante los últimos cuatro años. Sin embargo, las pobrezas se concentra en esas zonas.

Creo que también tienen un centro en Las Palmas en donde acogen a los sin techo.

En la parroquia de Santo Domingo tenemos casa Mafasca que es también una residencia, y a las personas que no tiene hogar, mientras tengamos plaza, las recogemos allí. Te llegan personas que acaban de salir de la cárcel, que son de otro isla, de la Península, etc, y que aquí no tiene a nadie. Con Cáritas garantizamos que puedan tener un techo en un tiempo de transición en días, semanas o meses. Después, si la persona sigue sin tener un lugar en donde acogerse, asumimos a veces el alquiler de la vivienda, y el agua o la luz. En el Área con Personas sin hogar trabajamos con personas que además de carecer de una vivienda digna se encuentran en una situación de desestructura, ya que pueden padecer adicciones o problemas de salud física y mental, y no cuentan con una red de apoyo familiar o social. El Centro de día le proporciona atención psicosocial y educativa, alimentación e higiene, o actividades lúdico-formativas y ocupacionales. Tenemos el servicio alojativo de Casa Mafasca. Y realizamos acompañamiento a iniciativas parroquiales o arciprestales para personas en esta situación.

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de cara la sociedad canaria?

Estamos en una sociedad en la que todo nos parece negativo. Pero hay que decir que en estos años de crisis, la sociedad canaria ha sido solidaria y se han incrementado las donaciones de colectivos, de personas particulares de distinto rango que está haciendo que disminuya la financiación pública y aumente la privada. Por tanto, la sociedad canaria es consciente de que hay gente que lo pasa mal y que hay que echar una mano. Las dos Cáritas de canarias tenemos los mismos datos en ese sentido.

¿Y qué mensaje enviaría a la sociedad canaria?

El que Cáritas está abierta para cualquier persona que quiera colaborar con lo que desee, o lo que pueda. La persona que quiera tener una actitud colaboradora puede hacerlo con un euro, una hora de trabajo o una ayuda puntual para una tarea concreta. Y Cáritas les pide a las instituciones públicas que, con el drama de la inmigración que tenemos actualmente, y el derecho a la sanidad universal, sean generosas, pero no sólo con declaraciones públicas de que tenemos que acoger a los inmigrantes y defender el derecho universal a la sanidad, sino dando pasos concretos. Y ahí tiene el apoyo no solo de Cáritas, sino de todas las ONG que existen en Canarias.

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