Los dos primeros conciertos de la OFGC han tenido una feliz coincidencia: el auténtico éxito de dos artistas canarios, ya que al de Iván Martín la semana anterior, se le sumó el viernes último el de Nancy Fabiola Herrera, a quien conocíamos cantando ópera, y que en Lied nos deleitó con una actuación en el bello miniciclo de Ravel, Shéhérazade, sencillamente inolvidable, pues a su ya probado dominio de toda la técnica del canto, con su exquisita línea, legato y su bello timbre unió una expresividad adecuada a cada una de las tres chansonnes: anhelante en Asie, dubitativa en La flûte enchantée y optimista en L'indifférent. Su éxito, compartido justamente con el joven director liriano Álvaro Albiach, desató una inacabable ovación del público.
Tras una bella y muy expresiva versión de la Bacanal de Sansón y Dalila, de Saint-Saëns Nancy volvió para deleitarnos con Mon coeur s'ouvre à ta voix, que hubiese desarmado a todo una legión de Sansones y que el público premió, recibiendo dos regalos: el Cumpleaños feliz (¡Felicidades Nancy y que cumplas muchos más¡) y la Habanera de Carmen, llena de arte y picardía. La racha de buenos artistas canarios continúa y aún quedan algunos.
Terminó el concierto con una colorista y muy exacta versión de Scherezade, op. 35 de Rinski-Korsakov, muy popular en otros tiempos con una interpretación muy rítmica y orientalista y que sirvió para demostrar la calidad individual de todos los miembros de la Orquesta a los que hizo saludar el director, al que nos gustaría volver a ver en programa más variado, pues éste ha sido la primera entrega de varios programados en esta temporada y que festivamente podríamos titular Saint-Saëns y sus paisanos.
