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Entrevista. Cantautor

Luis Eduardo Aute: "Lo único que permanece en el tiempo es la cultura, lo demás cae en el olvido"

"Vivimos en un mundo cada vez más feo, pero intento, dentro de eso, reivindicar ese valor que es la belleza", apunta el artista

El cantautor Luis Eduardo Aute. LA PROVINCIA / DLP

Su libro infantil El Giralunas

Pues surge de una canción muy antigua, que escribí hace bastantes años, creo que sobre comienzos del 2000. No recuerdo con nitidez cómo surgió la idea de este giraluna díscolo, que no quería hacer lo que hacen los demás hermanos girasoles al caer el sol y prefiere quedarse mirando al cielo, por si sucede algo. Pero me pareció una idea muy interesante para desarrollar una reflexión sobre la necesidad de tener una mirada personal, un criterio propio, y mantener la curiosidad ante el entorno que nos ha tocado vivir, hacia los misterios que construyen esto que llamamos vida.

¿Cuánto hay de este girasol disidente en su manera de mirar el mundo?

Desde siempre me he sentido un poco "giraluna" en este mundo de dóciles obedientes que no tienen una perspectiva personal sobre su entorno y sobre la realidad que les ha tocado vivir. Pero creo que no lo soy solamente yo; creo que los artistas, en términos generales, son todos un poco giralunas, porque cada uno intenta aportar su mirada personal sobre la realidad. Los artistas son los disidentes, los giralunas.

Usted transita por los terrenos de la poesía, el arte, la canción y el cine. ¿El encuentro de todas estas disciplinas subyace en la indisciplina?

Claro, ese es su sentido. Es que el artista es una persona que, en general, tiene una mayor sensibilidad sobre la vida y sobre el sentido de la vida. En este sentido, valga la redundancia, su necesidad de proponer esa visión personal suele ser siempre crítica con la realidad. O casi siempre.

¿Cómo mantiene vivas todas las artes que maneja? ¿Para aislarse de una, se sumerge en otra?

Con la curiosidad. Digamos que con la curiosidad infinita por alcanzar más conocimiento y, al mismo tiempo, por expresar lo que pienso y lo que siento en ese momento. Tampoco trabajo de una manera planificada, más bien, a veces, paso de una actividad a otra, hasta que puedo verme de repente con varias cosas a la vez. Pero eso es lo que me mantiene vivo.

Giralunas es un desfile de versiones de sus canciones más míticas, Al alba, Pasaba por aquí o Giralunas Al alba, Pasaba por aquíAleluya nº7

Entiendo que el sentido de hacer una versión de una canción es olvidar su versión original y hacerla tuya, de manera que esa canción sea más de quien hace la versión que del autor. Desde mi punto de vista, una versión debe ser una recreación. Por eso, quise que estos músicos en Giralunas prescindieran por completo de la versión original y recreasen esas canciones desde sus propias coordenadas creativas. Lo cierto es que yo no me escucho nunca, no me pongo mis discos. Sólo puedo escuchar una canción mía cuando la canta otro y, cuanto más distinta es la versión, mejor, porque así la escucho desde fuera como una canción que no es mía, sino que ha escrito otra persona. Así es como único resisto esa experiencia.

Sin embargo, sigue escribiendo canciones.

Y pienso que cada disco que saco será el último. Siempre pensé que mi sitio en la música era algo pasajero, un accidente. Al fin y al cabo, todo lo es.

El mediometraje Vincent y el Giraluna

Yo creo que, en la historia, lo que permanece es la cultura. A lo largo del paso del tiempo, los líderes políticos y los grandes poderosos caen en el olvido y lo que realmente construye el alma y la historia de un país son sus artistas. Quien viene a España va al Museo del Prado a encontrarse con Velázquez, con Goya o con Zurbarán. Cuando va a cualquier país, lo descubre a través de sus monumentos y sus artistas. Para mí, España es Cervantes, Machado, Lorca, Falla. Lo que infunde una personalidad auténtica a un país es la cultura. Lo demás cae en el olvido, con el paso del tiempo.

Uno de sus "poemigas" dice "España de mis amores, cuánto te odio". ¿Cree que España es un país talentoso, pero condenado a la estupidez?

Pues un poco, sí. Esas serían las dos Españas: "Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón". Aunque yo creo que no son dos Españas, sino muchas Españas. Yo, personalmente, hay una España que repudio por completo, que es la famosa España de charanga y pandereta, la España mediocre, casposa. Y sin embargo hay una España apasionante, que es la España que va desde Velázquez hasta Buñuel, pasando por Calderón y Lope. Esa España me apasiona, la España de la Ilustración, la que valora el talento, y no la estupidez, que hoy tiene categoría de academia.

Ahora que hay tantos medios y plataformas de acceso al conocimiento, ¿nos dejamos absorber por el consumismo y el mínimo esfuerzo?

Depende de qué es lo que uno busque. Por ejemplo, si me preguntas por la búsqueda de la felicidad, yo creo que todos intentamos ser felices e intentamos recorrer los caminos que nos lleven hacia esa ilusión. Pero creo que ese recorrido está muy distante de los medios que nos están metiendo por los ojos constantemente, como por este fácil acceso a cosas a través de la tecnología, tanto a la información como al entretenimiento vacío. Creo que es un error, es decir, creo que el conocimiento no es consumir a través de los dispositivos tecnológicos la máxima información. Al fin y al cabo, la información, es poder, pero la sobredosis de información puede no tener nada que ver con la inquietud cultural. Creo que la felicidad debería ser lo contrario, navegar hacia dentro para tener más conocimiento, profundizar en el conocimiento, que no equivale a consumir información. En este sentido, creo que el conocimiento sí puede producir una cierta sensación de felicidad. En mi caso, la felicidad está más próxima a la curiosidad, a la reflexión, a acercarme al conocimiento para poder forjar un criterio propio, lejos de la vía de la sobredosis de exposición o de información.

Dice que, con el paso del tiempo, el conocimiento se traduce en escepticismo, pero que el suyo es un escepticismo activo.

Pues sí, yo creo que el pesimista es el que iza la bandera blanca y dice: Ya no hay nada que hacer. El escéptico es más incrédulo, pero es militante. El escéptico no se abandona a la indiferencia absoluta, sino que sigue trabajando; con muy poca fe, pero activo. En el mejor de los casos, con algo de humor.

No cree en Dios, pero sí en la causalidad frente a la casualidad. ¿El arte es su vehículo para darle un sentido a la vida?

Pues yo creo que sí. En el lenguaje está todo el conocimiento, o casi todo, es decir, el lenguaje es el todo: tanto encierra, como propone, de manera que da forma sobre la existencia. Y cualquier lenguaje que se utilice par analizar y reflexionar sobre la realidad que nos ha tocado vivir está dentro de la creación y ese es el sentido que puedo darle a esto que es vivir.

Pese a todo, ¿sigue reivindicando "la belleza", como dice su canción que comienza con "Enemigo de la guerra/y su reverso la medalla"?

Pues, ¿tú qué crees? Vivimos en un mundo cada vez más feo. Pero un mundo que es, además, más feo en todos los sentidos: éticamente, socialmente y políticamente. Creo, absolutamente, que estamos perdiendo la sensibilidad hacia la belleza, pero yo intento, dentro de lo que puedo, reivindicar ese valor en desuso, que es la belleza.

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