Uno de los principales problemas en la atención a los menores víctimas de violencia de género es la oposición de los padres agresores. Para facilitar el acceso a los menores a dicho tratamiento, indicado por los profesionales, una de las alternativas es hacer un primer acercamiento a través de los Servicios Sociales.

"Los Servicios Sociales podemos hacer un abordaje más natural, un abordaje que para el padre resulte mucho menos invasivo", expuso ayer Eduardo Cabrera, coordinador de Servicios Sociales del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, que participó en una mesa redonda, junto a la fiscal Beatriz Sánchez y la técnico catalana Georgina Oliva.

Cabrera subrayó que el problema en la atención a los menores víctimas de violencia de género llega cuando el padre deniega su consentimiento. "Si este acercamiento al padre se hace desde el servicio que tiene el rótulo de Violencia de Género, el 99% de los padres como mínimo se van a sentir en una situación de amenaza", aseguró.

En cambio, existe una mayor aceptación si el primer paso lo da Servicios Sociales. "En general, si es a través de Servicios Sociales, los padres sí aceptan que sus hijos sean atendidos", comentó Cabrera que consideró esencial que "todos nos sintamos responsables de los niños y niñas víctimas de violencia de genero".