El cine está alterado tras desvelarse un fraude con la recaudación de varias películas. Un maquillaje de la venta de entradas y, por tanto, el número de espectadores, que sería beneficioso para conseguir subvenciones. Ayer se imputó a Enrique González Macho y al productor Enrique Gil por la película Rosa y negro. Según diversas informaciones, el productor y empresario obtuvo 731.900 euros del Ministerio de Cultura.

Sin embargo, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el 7 de diciembre de 2011 que la citada cinta recibió 758.675 euros, de ellos 58.675 por ayuda general y 700.000 por ayuda complementaria. La película estaba producida por la empresa Producciones Cinematográficas Flamenco Films al cien por ciento, costó 2.338.290 euros rodarla, la inversión del productor subvencionado fue de 2.142.486 euros y la recaudación subvencionable, 2.051.567 euros.

Se pide una multa de más de setecientos mil euros y seis meses de cárcel. El exdirector de la Academia había dicho, no obstante, que su distribuidora y exhibidora cinematográfica no han cometido "ninguna irregularidad" para la obtención de subvenciones. "No he comprado en mi vida una entrada", manifestó González Macho.

Una de las películas señaladas en el denominado fraude de las taquillas es Los muertos no se tocan, nene, producida por Juan Gona. Aunque, según se dice desde el entorno de la producción del filme, rodado en el plató de Gona en Argame (Morcín), los responsables de la película serían ajenos a tal fraude, que tendría que ver más con otras vertientes del sector, afirman. "Nada que ver, es un tema que responde más a las salas", explicaron las mismas fuentes, que añadieron que desde la producción del citado filme "nada se sabe de este asunto". También señalan que lo mezclan con otras películas y otros directores, caso de José Luis Garci, con los que no hay ningún tipo de similitudes.

Los muertos no se tocan, nene fue un homenaje a Rafael Azcona, una película coral en la que participaron grandes actores del cine español, como Carlos Iglesias, Silvia Marsó, Tina Sanz o María Galiana, entre un largo reparto.