El Papa alertó ayer del "río de miseria" y violencia que crece en el mundo y pidió vencer la indiferencia y recurrir a "la fuerza de la fe" para abrir "nuevos caminos" que alcancen acuerdos a los que no llegue la política.

En su primera misa del año, el Papa recordó "la multitud de formas de injusticia y de violencia que hieren cada día a la Humanidad", una situación que tildó de "río de miseria".

"¿Cómo es posible que perdure la opresión del hombre contra el hombre, que la arrogancia del más fuerte continúe humillando al más débil, arrinconándolo en los márgenes más miserables de nuestro mundo?", cuestionó.

También se preguntó "hasta cuándo la maldad humana seguirá sembrando la tierra de violencia y odio, que provocan tantas víctimas inocentes".