Los padres de los niños ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) del Hospital Materno - Infantil denunciaron ayer que las obras en la unidad están causando "graves molestias" a los pequeños que deben soportar "ruidos", "suciedad" y "polvareda", pese a que su estado de salud es muy delicado.

El malestar es generalizado en el servicio en el que se atiende actualmente a una decena de bebés de pocos días de vida con problemas graves que necesitan de un cuidado meticuloso las 24 horas del día. Los padres no entienden por qué los niños no han sido trasladados a otra área del hospital para realizar los trabajos o por qué esta unidad no ha sido aislada convenientemente para evitar perjuicios a su ya de por sí delicada salud.

"Llevan todo el día [por ayer] dando martillazos y han puesto solamente un plástico negro en la puerta que no aísla absolutamente nada", denuncia un padre cuya hija pesó apenas un kilo cuando nació y que está pendiente de ser nuevamente intervenida.

Por su parte, fuentes de la gerencia del hospital explicaron ayer a este periódico que se trata de unas obras de pinturas y remozamiento que finalizarán previsiblemente a finales de enero. La dirección reconoció que las obras pueden generar algunas molestias, pero que son necesarias para mejorar la calidad asistencial y el confort de los pacientes y sus familias. Además, defendió que "la seguridad, aislamiento y asistencia están aseguradas", y que los trabajos cuentan con la supervisión del centro.