La población activa con estudios superiores en Las Palmas está por debajo de la media de Canarias y Europa; y su sobrecualificación es superior, alcanzando el 53% frente al 46% del conjunto del Archipiélago y 35% de España. El alto nivel de sobrecualificación no se traduce en empleo. Esta es una de las principales conclusiones del Estudio sobre la Demanda de Educación Superior en Las Palmas encargado por la Fundación Universitaria (FULP) y desarrollado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
El presidente de la Fundación Universitaria de Las Palmas, Carlos Estévez Domínguez, fue el encargado de presentar ayer los resultados del informe que analiza la demanda de la Educación Superior desde la visión de los individuos, las familias y las empresas, en un acto en el que estuvo acompañado por el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, José Regidor, y el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, Agustín Manrique de Lara.
Estévez destacó dos aspectos del estudio, por un lado que evidencia un desajuste de competencias para crear un sistema eficiente de inserción laboral de los titulados superiores (universitarios y de FP superior); y por otro, un alto potencial de colaboración de las empresas para facilitar el aprendizaje en el lugar de trabajo.
Si bien en los últimos 25 años se ha pasado del 3,5% de ocupados con estudios universitarios al 14%, el estudio detecta escasez de mano de obra con competencias adecuadas al mismo tiempo que una sobrecualificación de los trabajadores para los puestos que ocupan .
Otro aspecto a tener en cuenta es que la inserción laboral de los egresados se alarga a tres años, "como consecuencia de la crisis", indicó Estévez; y que el mayor déficit de empleo se da en las áreas de Humanidades. Un aspecto positivo es que la educación superior es moduladora en las desigualdades de género a la hora de contratar.
La percepción, por parte de los egresados consultados, que finalizaron sus estudios superiores hace dos años, es que hay elementos poco prácticos en la enseñanza, y reconocen que hay un déficit en la formación de capacidades emprendedoras y en otras lenguas. Ocho de cada 10 necesitan formación adicional en el puesto de trabajo.
Las familias opinan que todo el esfuerzo realizado para favorecer los estudios superiores ha merecido la pena, y mantienen su apuesta por la educación superior. También reconocen que, una vez titulados, han de continuar con la formación complementaria y están dispuestos a ayudar a ello.
Las empresas, por su parte, expresan su disposición a colaborar para una mayor formación en el puesto de trabajo; y a participar en los planes de estudio. Manifiestan su apuesta "firme y decidida" por los titulados superiores, a los que considera "éticamente sólidos".
Finalmente, el presidente de la FULP destacó el compromiso por la formación complementaria de todos; y en particular, el compromiso de la empresa con la formación en el puesto de trabajo.
"Nos encontramos en una situación en que gracias al marco institucional, al clima propicio que hemos extraído de las opiniones de estos tres estamentos, estamos en presencia de un horizonte muy esperanzador, que se puede simplificar en una colaboración necesaria y potencialmente muy productiva entre la universidad y el mundo empresarial", concluyó Estévez.
El rector de la ULPGC hizo hincapié en que la formación incide de manera directa en el empleo, "a mayor formación mayor es el nivel de empleabilidad", y citó como ejemplo que el número de doctores en paro es muy bajo en comparación con los licenciados. "Esta distancia se hace aún más evidente en el caso de las personas no cualificadas. La formación es importante no sólo por el título que te capacita para cubrir un puesto, sino también porque te permite adquirir los conocimientos adecuados".
Regidor aconsejó que a la hora de elegir un máster, es determinante analizar lo que ese conocimiento va a aportar a la carrera profesional. "La empleabilidad depende de que el matrimonio entre la universidad y la empresa funcione. Los estudiantes deben estar preparados para innovar porque el empleador necesita que le aporten nuevos elementos que le permita que su empresa de un salto cualitativo. Con la implantación de Bolonia estamos preparando nuevos títulos que se adaptan mejor a las necesidades de la empresa. Ambas partes debemos ser generosas", concluyó.
