Obtener una "foto fija" del estado de los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal tratada con medicamentos biológicos, cuánto de eficaz es el medicamento y cómo este reacciona en el cuerpo del paciente; esos son los objetivos del estudio observacional llevado a cabo por el doctor Daniel Ceballos, especialista en aparato digestivo del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín. Este servirá de base para desarrollar protocolos para un mejor manejo de este tipo de medicación.

Entre un 15 % y un 20% de los pacientes con enfermedad de Crohn y con colitis ulcerosa acaban precisando medicamentos biológicos -fármacos de alta complejidad y eficacia- cuando los anteriores tratamientos ya no surten efecto. Estos medicamentos, en un porcentaje que oscila entre el 10% y el 30%, pueden producir alteraciones potencialmente significativas, como la pérdida de respuesta al tratamiento o las reacciones adversas, debidas sobre todo a la aparición de anticuerpos frente al biológico.

Sin embargo, las analíticas convencionales no pueden describir el efecto exacto del tratamiento sobre el organismo. De ahí, la necesidad de establecer un sistema de medición que proporcione esta información, con el fin de adecuar la medicación a la situación individual del paciente.

En este proyecto, 96 pacientes participaron en el estudio observacional inicial. Para cada uno de ellos se recogieron unas 300 variables y se obtuvieron 25.000 datos. Gracias a esta investigación se ha desarrollado un sistema de determinación de niveles de fármacos, empleando la conocida técnica Elisa de determinación de niveles, gracias a unos kits comerciales específicos para la determinación de dos medicamentos: infliximab y adalimumab.

Una de las conclusiones de este estudio es que la colitis ulcerosa tiene una probabilidad de intensificar el tratamiento biológico más frecuente y más precoz que la enfermedad de Crohn.