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"Vivir tantos juntos da trabajo pero es muy divertido, aquí no te aburres"

María del Mar y John conforman una familia numerosa con los cinco hijos que ambos traían de matrimonios anteriores

La familia al completo durante unas recientes vacaciones en Asturias. LP/DLP

A esta historia sólo le falta el guionista de Hollywood capaz de convertirla en película de éxito. Treinta años después de conocerse en el colegio y compartir aula y pandilla, María del Mar y John se reencuentran y descubren lo que ella ya intuyó tanto tiempo atrás, que están hechos el uno para el otro. Tras unos meses de tanteo y relación, deciden dar el gran paso e irse a vivir juntos con sus respectivas proles. Entre los dos suman cinco hijos de anteriores relaciones, que ahora conforman junto a ambos una gran y bien avenida familia. Una familia numerosa que dura ya tres años. "La experiencia es muy buena. Lo pasamos muy divertido. Puede tener su parte difícil en lo económico y supone mucho esfuerzo, pero no te aburres", explica ella.

Todo empezó en el colegio León y Castillo algún día de 1982. La grancanaria María del Mar Vidal tenía entonces trece años y se tropezó un día en clase con un chico nuevo, recién llegado de Nueva York, que se incorporaba al centro educativo: John Espinoza. Según recuerda ahora entre risas, causó más impresión él en ella que ella en él. "Para mí fue mi primer amor, aunque yo para él no", afirma.

El caso es que ambos agotaron en la misma aula las etapas de la Educación General Básica, y de allí al Instituto de La Isleta. Compartían entonces amistades y actividades. "Fuimos compañeros, teníamos ese grupo de amistades que empezábamos a ir al cine juntos, la pandilla de doce o trece años. Nos hicimos amigos", evoca John.

Luego, como ocurre con tantos compañeros de la infancia y adolescencia, cada cual tiró por su camino, fue perfilando su vida y se perdieron de vista. María del Mar se casó con un asturiano y a Asturias se fue a vivir. En el Principado nacieron sus dos hijas mayores (Yaiza, hoy con 20 años) y Elena (que ya tiene 18). John, por su parte, tuvo también dos vástagos, Nico (19 años) y Anne (16), fruto de un matrimonio con una alemana: "Yo me quedé aquí y me casé. Aquí nacieron los dos retoños."

Todo se deslizaba sobre los raíles de lo previsible. Pero hace ocho años María del Mar decidió volver a la Isla. Su matrimonio había hecho aguas y entendió que nada hacía ya en tierras asturianas. En Gran Canaria concibió un tercer hijo. "Tengo otra relación mientras estoy aquí y nace Daniel, que hoy tiene ocho años", explica María del Mar. Mientras tanto, John se había divorciado de su esposa.

Todos estos avatares parecen ir preparando el terreno para el reencuentro que tenía que ocurrir, como si en algún lugar estuviera escrito que John y ella iban a cruzar de nuevo sus trayectorias.

La culpable fue en una de estas quedadas de antiguos alumnos que pueden ser de lo más divertidas o de lo más tediosas, según se den. John lo explica: "Los dos nos estábamos separando. De buenas a primeras pasó la reunión de los antiguos compañeros de EGB, de la clase nuestra. Allí empezamos a ponernos al día, comenzamos a hablar, porque había pasado mucho tiempo".

María del Mar era consciente de las dificultades que tendría acoplar esas dos vidas, cada una ya con una amplia trayectoria, pero de momento iban paso a paso: "Eran dos familias distintas, pero nuestros hijos ya tenían alguna cosa en común. Por ejemplo, Yaiza y Nico se habían conocido, el año anterior a nuestro reencuentro, en el Festival Manga de Infecar".

Tras ese primera toma de contacto, comenzaron a programar actividades todos juntos. "Poquito a poco comenzamos a hacer excursiones, nos llamábamos para hacer un asadero o ir a la playa. Y los niños congeniaron muy bien. Hasta el punto de que seguimos juntos. Nos conocemos de toda la vida, así que no podemos mentirnos el uno al otro", explica ella.

El acercamiento también dio buenos frutos por parte de los niños. "Empiezas a hacer planes juntos, vienes, vas. Los cinco niños hicieron piña en seguida, como si se hubiesen criado juntos, y es muy bonito verlos", asegura John.

Finalmente decidieron irse a vivir juntos, al domicilio que John tiene en El Carrizal, pero ultiman ya la mudanza a Las Palmas, donde trabajan ambos. "Este es uno de los problemas de las familias reunificadas como la nuestra, cada una de las partes tiene un piso con unas dimensiones y una hipoteca, pero cuando nos queremos ir a vivir todos juntos esas casas se nos hacen muy pequeñas".

Viven juntos con cinco jóvenes que aún estudian, pero no han logrado aún formalizarse todos como familia numerosa, aunque María del Mar y sus tres hijos sí tienen reconocida esta categoría. John no es ciudadano comunitario, pues aún tiene la nacionalidad estadounidense, y sus hijas la tienen alemana, lo que complica un poco todo este engorro administrativo. "Si fuera comunitario tendría las cosas más fáciles. Mi matrimonio fue con una alemana, no con una española, así que no tengo la nacionalidad española. Ahora mismo es como si estuviera en el año 1982, recién llegado y solicitando los papeles". En todo caso, deberán inscribirse como pareja de hecho o matrimonio para poder acceder a este status, algo que planean hacer desde que arreglen la documentación de John.

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