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La Escuela de Arquitectura deja su sello en la regeneración espacial de Shanghái

Universidad

La Escuela de Arquitectura deja su sello en la regeneración espacial de Shanghái

La Universidad de Tongji premia los proyectos de dos alumnos de la ULPGC para rehabilitar una de las comunidades urbanas con mayor densidad poblacional

La Escuela de Arquitectura de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha dejado su sello de calidad en los planes de regeneración espacial de la ciudad de Shanghái, en China, a través de la participación de sus alumnos Jorge Yeray García y Betty Emter, y del profesor Jin Taira, en un encuentro internacional organizado por la Universidad de Tongji. La participación de los estudiantes de la ULPGC se saldó con sendos premios a los proyectos que presentaron para rehabilitar una de las comunidades urbanas con mayor densidad poblacional de la ciudad china.

Jorge García y Betty Emter fueron seleccionados junto a otros 28 alumnos de diez países, para participar en el taller de verano internacional que celebra cada año la prestigiosa Escuela de Arquitectura y Planificación Urbana de la Universidad de Tongji, en Shanghái, y que en esta edición llevó por título Vitalidad e Inclusión: La regeneración de las comunidades urbanas con un nuevo paradigma espacial. También eligieron a cinco profesores internacionales, entre ellos el profesor Jin Taira de la ULPGC, para tutorizar a los 30 estudiantes, que fueron organizados en cinco equipos para trabajar en torno a un mismo tema. Tras un taller intensivo, se realizó un concurso entre todos los proyectos presentados.

"El taller se trasladó a una de las zonas que está sujeta a la mayor transformación de Shanghái, al otro lado del río Yangtsé, unos terrenos en los que quedan reminiscencias de principios del siglo XX, donde la gente vive en condiciones difíciles, en viviendas con una altísima densidad, de 6 u 8 metros cuadrados por persona, y conviven con edificios de apartamentos o torres", explicó Taira, profesor del Departamento de Arte, Ciudad y Territorio de la ULPGC. La misión de cada grupo de estudiantes era presentar un proyecto para la rehabilitación de dicha zona. "Los chicos tenían que lidiar con marcadas diferencias sociales y económicas entre los habitantes, porque el distrito tiene planificado un planeamiento para esta zona que pretende destruir todo y levantar un complejo más contemporáneo. Ellos debían buscar una respuesta alternativa a ese cambio radical", apuntó el especialista.

El alumno de 24 años de la ULPGC, que actualmente prepara el proyecto fin de carrera, Jorge Y. García, formó parte del equipo premiado por el mejor trabajo sobre sensibilidad de la comunidad (Best Award for Community Sensitivity).

"Cuando fuimos a la zona me sorprendió las duras condiciones en las que vivían, aunque dentro de lo malo habían cosas muy positivas, como el uso de la calle, ver como la gente participaba en la vida comunitaria. Dentro del proyecto valoramos eso, porque no queríamos destruir todo y construir de nuevo, que era lo que se pensaba hacer, nosotros propusimos mantener los lugares que estaban en buenas condiciones, rehabilitar otros y los edificios que peor estaban los reinterpretamos de otra manera, tres operaciones que podían extrapolarse a otras zonas similares de Shanghái", indicó el joven que compartió grupo junto a dos estudiantes de China, dos americanos y un alemán.

La clave de su propuesta fue la inclusión social, dado que el proyecto planteaba mantener la densidad poblacional. "El planteamiento de ellos era quitar a la gente y moverlas a torres, pero nosotros propusimos mantenerlas, porque llevan allí toda la vida. Incluso tuvimos la oportunidad de charlar con ellos, y nuestro primer objetivo era mantenerlos allí, además de potenciar más el uso de la calle, crear nuevos espacios, edificios comunitarios, lugares donde reunirse, pequeñas plantaciones o huertos...", indicó Jorge Yeray García.

Betty Emter Medina, junto a sus compañeros de grupo, un alemán, un americano y tres chinos, apostó por la sostenibilidad medioambiental de la zona para su proyecto, con el que obtuvieron el premio al mejor diseño (Best Award for Design Aspiration). "Intentamos mantener la tipología tradicional, y la parte más moderna la aprovechamos para ver como podíamos crecer, aumentar un poco la densidad, y también incluir mucho espacio verde, parques, eco-torres... Fuimos menos conservadores, pero aún así intentamos mantener lo más tradicional, y lo demás sustituirlo por otras soluciones sostenibles para la recogida de agua, la polución del aire... Le dimos un enfoque más ecologista y medioambiental", indicó la joven, que también trabaja en su proyecto fin de carrera.

Dos proyectos muy valorados que operan de maneras diferentes sobre un territorio tan desconocido y diferente para los alumnos canarios como es Shanghái, de ahí el valor del premio, como reconoce su profesor Jin Taira. "El trabajo de Jorge opera sobre componentes de carácter social, juega entre la preservación arquitectónica del territorio y la social, y ese es uno de los grandes valores contemporáneos, el urbanismo participativo es una de las líneas en las que se está moviendo nuestra profesión. Mientras que el de Betty ahonda en otra de las líneas más importantes en las que se está trabajando en la actualidad, el urbanismo ecológico, y aporta muchos aspectos positivos sobre cuáles son las dinámicas ecológicas del territorio y la importancia de tener estrategias resilientes sobre el mismo. Es un honor tener alumnos de esta Escuela que sean seleccionados en una de las mejores universidades de China en Arquitectura, que hayan hecho un papel reseñable y que se lleven esa experiencia con ellos. Ese es el premio real de esta aventura", concluyó Taira.

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