La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Comunicación

La vida entre los horrores de la guerra

Alfonso Armada describe su experiencia como periodista en los conflictos de Bosnia y Ruanda

El periodista y escritor Alfonso Armada, anoche, durante su conferencia en el Club LA PROVINCIA. JOSÉ CARLOS GUERRA

"La principal misión del periodista que acude a una zona en conflicto es conseguir que el lector se ponga en el lugar del otro". Estas fueron algunas de las palabras que el periodista y escritor Alfonso Armada aseguró durante su conferencia Cómo contar la guerra que ayer ofreció en el Club LA PROVINCIA como primera jornada del ciclo Periodismo en zonas de conflicto.

Armada, que es director del suplemento cultural del ABC y autor, entre otros, de numerosos libros de viajes y coberturas de guerra, describió su experiencia en algunos de los países en conflicto en los que ha trabajado. Uno de estos fue Bosnia. "La experiencia en Sarajevo fue como el Madrid de la guerra civil", señaló. "Es el país más abierto del este y tiene un carácter parecido al nuestro". Armada reconoció que "los periodistas esperábamos que nuestros artículos acabaran conmoviendo a los dirigentes de Europa" y se terminara con esta atrocidad. Pero, a pesar de ser una guerra muy bien cubierta, el conflicto se prolongó durante tres años, y sólo tras el asesinato de 8.000 personas de etnia bosnia musulmana en la región de Srebrenica, con la presencia de cascos azules holandeses, es cuando Clinton decide bombardear las posiciones serbias. Pero el resultado ha sido crear "nuevas fronteras con dos entidades que no funcionan".

El periodista reconoció que el de Bosnia fue un conflicto "muy bien cubierto", y más que volcarse en reflejar las atrocidades de todos los días, se centró en la manera en la que los ciudadanos se esforzaban por mantener su rutina. "Yo creía que era más importante mostrar los actos de actividad cívica", señaló, como la proeza de conseguir agua todos los días. Otro de los conflictos que cubrió fue el de la guerra de Ruanda, donde comprobó cómo los grupos de milicias genocidas iban drogados y con todo tipo de artilugios y cómo, viajando con una patrulla italiana para rescatar a unos misioneros, presenció horrorizado los cadáveres de más de mil personas ante la iglesia de un pueblo. Para Armada, uno de los peligros de contar las guerras es donde ponerse límites, y es una distancia complicada, pero, según el periodista, el mejor ejemplo es el libro Hiroshima de John Hersey, que viajó a la ciudad varias semanas después de la bomba atómica y entrevistó a sietes personas que contaban lo que hacían antes, durante y después. "Son testimonios duros contados de forma natural".

Compartir el artículo

stats