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Música

"Creamos un sonido nuevo, entre el rock y la clásica"

"Quería componer cosas diferentes y no quería estar en una banda comercial. Por eso deje Scorpions", confiesa Uli Jon Roth, exguitarrista de Scorpions

El músico Uli Jon Roth, ayer, en la Plaza de la Fuente Luminosa de Las Palmas de Gran Canaria. JOSÉ CARLOS CASTRO

¿Qué repertorio de temas incluye Scorpions Revisited?

Nos centramos en la primera época del grupo, que es en la que yo participé y de la que comparto la autoría de las canciones. La verdad es que está siendo un viaje muy interesante porque dejé de tocar esta música durante muchos años. Un amigo mi sugirió la idea, porque Scorpions ya no toca estas canciones. Entonces pensé que era un idea extraña, pero después pensé que podía ser genial. Empezamos con el tour y estamos disfrutando mucho de esta experiencia. No importa donde, al público le encanta escuchar estos temas.

Usted sentó en ese periodo las bases del estilo neo-clásico en la guitarra de rock. ¿Cómo valora este rol que se le ha concedido?

Pienso que es verdad, aunque no es algo en lo que piense demasiado. Pero es cierto que en aquellos años creamos un sonido nuevo o una nueva aproximación a la manera en que se tocaba la guitarra. Y pienso que eso se convirtió en una gran influencia para otros.

¿Cómo desarrollo su estilo?

Es un contexto extraño. La mitad de mi experiencia se basaba en el rock más habitual. Es decir, a través del blues, The Beatles, Eric Clapton y Jimi Hendrix. Pero yo estoy enamorado de la música clásica. De hecho mi primer instrumento fue la trompeta y aprendí a leer música antes de empezar con la guitarra. A mí me encanta la música clásica y de alguna manera nació ese sonido a partir de la combinación de estos dos mundos. Yo no conocía a ningún guitarrista que estuviera tan metido en lo clásico como lo estaba yo. Aprendí mucho de los grandes compositores y de conciertos de violín. De alguna manera, yo quería trasladar ese lenguaje musical al mundo de la guitarra eléctrica y al género en el que me encontraba, que era el rock. Así nació esta combinación extraña, con toques de Hendrix, Bach y Beethoven. En algún lugar a medio camino me encontré a mí mismo. Tenía un sonido en la cabeza y logré proyectarlo.

¿Suponía elevar el rock a un concepto musical más culto?

Eran dos mundos separados. Le hablo de un momento en que el heavy metal no existía. Lo llamábamos rock melódico. A mí, en realidad, nunca me ha gustado lo primitivo en la música y el rock, en ocasiones, era demasiado crudo. Yo prefiero el sonido Beatles, por ejemplo; más refinado y sofisticado, pero también energía. Por eso, quería que mi música fuera refinada al tiempo que enérgica y eso solo puedes conseguir con la guitarra eléctrica. Yo quería que fuera algo más, algo distinto. Y así ocurrió.

¿Cómo recuerda esos cinco años con Scorpions?

Solo tengo buenos recuerdos. Especialmente de los primeros cuatro años. Fue emocionante para todos. Aprendimos sobre la música y el negocio que la rodea. Pero en el quinto año reconozco que creció mi descontento. Yo quería escribir una música diferente, pero era algo que en la evolución de Scorpions hubiera estado fuera de lugar. Sentí que ya no quería estar en una banda con ese carácter tan comercial. Quería ser más libre en lo musical y por eso dejé el grupo.

¿Pero sí que tenía un rol protagonista en la composición?

Nosotros compartimos la composición pero en el último año había empezado a componer para mi banda, Electric Sun, y estaba más interesado en este proyecto que en el de Scorpions. Era más libre y psicodélico. Era una propuesta mucho más orientada a la guitarra. El último disco de Electric Sun, que se llamó Beyond the Astral Skies, sí tenía un toque de rock sinfónico. Los primeros eran muy distintos a todo lo que se hacía en aquella época.

¿Cómo valora el hecho de tanto usted como Scorpions lograran una carrera tan sólida sin ser norteamericanos o ingleses?

Estoy bastante orgulloso. Es parte de mi pasado y de lo que soy. Y me he dado cuenta de que es algo especial. Reconozco que no lo pensé en su momento. Yo dejé el grupo y pasé muchos años sin pensar en Scorpions. No estaba interesado en mi pasado. Pero, con el tiempo, mucha gente me ha venido con los discos, con mucha emoción y me he dado cuenta de su importancia. Y al volver a tocar esta música en directo siento el impacto que causa. Y eso es algo muy especial.

Usted diseñó su propia guitarra, Sky Guitar. ¿Qué buscaba?

Yo no estaba satisfecho con modelos clásicos como Les Paul o Stratocaster. Mi manera de solear está más orientado al mundo clásico y necesitaba un mayor rango y alcance. La guitarra tiene la cobertura de un chelo, pero yo buscaba algo más cercano al violín y este diseño me permite llegar a las notas más altas con facilidad. Ese fue el concepto inicial, y después evolucionó para convertirse en un instrumento innovador, con grandes y pequeñas ideas que iba integrando. Quería la guitarra definitiva; al menos para mi manera de tocar. Y cree una guitarra totalmente nueva y solo para mí. Me permite hacer tantas cosas increíbles. En directo, me da alas, tanto para solear, como para todo tipo de sonidos y efectos.

¿Después pasó por una etapa dedicada a la música clásica?

Bueno, con Scorpions tocaba una Ramírez, porque de joven tocaba la guitarra clásica. Pero la dejé porque me destrozaba las uñas. El año pasado retomé la clásica. Incluso ahora me atrevo con el flamenco. De hecho, hemos diseñado dos guitarras Sky para flamenco. La sacaré en el concierto por primera vez. Será su estreno. Es una guitarra de ocho cuerdas.

Uno de sus mayores colaboradores fue Jack Bruce, conocido por Cream. ¿Cómo lo recuerda?

Era más que un colaborador. Era mi amigo. Le admiraba y le quería como ser humano porque era único. Tenía un gran talento y sentido del humor. Tocamos juntos muchas veces y vivimos muchas aventuras fuera del escenario. Pero la primera vez fue en un concierto sobre Hendrix para la televisión alemana. Fue especial. Jack tocó cinco temas y estuvo increíble. Logró que fuera un concierto único.

¿Y qué opina de Hendrix?

Jimi es, sencillamente, uno de los artistas más grandes de todos los tiempos. Y cuando digo esto incluyo a gente como Beethoven y Miguel Ángel. Para mí está al mismo nivel. He estudiado arte y se de lo que hablo. Jimi era un genio y se expresaba de la misma manera. Lo hizo, además, sin ningún tipo de formación, porque la mayoría de grandes artistas tuvieron grandes maestros. Jimi no. Él creo algo increíble, nuevo y diferente. No habrá nunca otro Jimi Hendrix. Inventó un nuevo estilo y todavía no lo han superado. Lo que hacía era sencillamente perfecto. Por completo.

También ha tocado con muchos de los que se consideran virtuosos, como Steve Vai o Joe Satriani. ¿Qué le parece el estilo?

Valoro toda la promoción y el desarrollo del instrumento. Es gente que ha aportado cosas nuevas. Steve Vai, Satriani, Malmsteen, Jeff Beck... Son todos distintos y han aportado muchas cosas nuevas. También Michael Schenker y Ritchie Blackmore. Y eso es importante para el instrumento.

¿Cómo fue su relación con Michael Schenker?

Muy buena. Le conozco desde que ambos éramos adolescentes y lo considero uno de los mejores guitarristas de la historia. Así lo escribiría en mi libro de la música.

¿Quién más sale en el libro?

Jimi Hendrix, Eric Clapton, Django Reinhardt, Paco de Lucía, Jeff Beck, Michael Schenker, Ritchie Blackmore, David Gilmour, Mark Knopfler. ¿Me olvido de alguien? Yngwie Malmsteen...

¿Robert Fripp?

Fripp es tan absolutamente diferente a todo y a todos que casi diría que no es un guitarrista. Es un músico que ha inventado su propio estilo y su sonido. Es más. Es muy extraño y extraordinario. Debe ser muy difícil ser Robert Fripp. Es un innovador y un creador.

¿Cómo le gustaría a usted aparecer en el libro de la música?

Me gustaría ser recordado como alguien que contribuyó con algo nuevo y diferente. Alguien que respetó y amó la música y no abusó de ella por motivos erróneos. Para mí la música es sagrada y procede de una realidad más elevada. Tengo mi propia visión de lo que significa. Viene de dios y es, básicamente, lo más importante de la existencia.

Explíquese, por favor.

Las música estaba en el origen de la existencia, mucho antes de que apareciéramos nosotros. Ya estaba ahí. El universo es música. Todo está compuesto por frecuencias musicales y todo está conectado. La música nació con el Big Bang y por eso las leyes de la física son tan parecidas a las de la música. Y los seres humanos tenemos el gran regalo de sentir las matemáticas de la música. Las entendemos desde la lógica y desde el corazón. Y la combinación de ambas son dos alas que hacen que el mundo gire. La música tiene que apelar a la cabeza y al corazón. Y mis ideas e inspiración no vienen de mí. Yo soy el receptor. Vienen de algún lugar elevado. Mi trabajo es recibirlas, dejar que crezcan en mi interior y hacerlas audibles al resto.

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