Todo sucedió de forma repentina, Cristóbal Rodríguez Quintana estuvo con su hermano Antonio el pasado sábado en el partido entre la Unión Deportiva Las Palmas y la Sociedad Deportiva Eibar. Ambos son amarillos de corazón y terminaron disfrutando con el agónico triunfo. En la mañana del pasado lunes inesperadamente Cristóbal nos dejó.

Ahora descansa en paz quien fuera gran empresario y mejor persona. Había superado de forma satisfactoria un reciente operación y días atrás sus familiares y amigos le homenajearon con una entrañable fiesta-sorpresa por su 75 cumpleaños.

Fue un luchador nato en el mundo empresarial y a través de los años construyó un edificio central en Salinetas, pasando a la jubilación y dejando el camino abierto a sus familiares más directos. Su compromiso con los empleados fue absoluto incluso en los años de la gran crisis económica. Aguantó el tirón sin despidos y a ninguno le faltó siempre el monumental baúl en vez de cesta de Navidad.

Vivió para su familia, para potenciar su empresa y para sus amigos, siendo fiel a los diarios desayunos en las cafeterías de las calles de Triana o Rafael Cabrera. Amante de la música fueron numerosas las fiestas de confraternidad con sus familiares y amigos más cercanos y su permanente presencia en los Festivales de Ópera y Zarzuela.

El sepelio en el Cementerio Católico de Las Palmas fue todo un acontecimiento. No faltó nadie y sus empleados y amigos hicieron un pasillo con el medio centenar de coronas desde la llegada del féretro hasta el nicho familiar. Una oración y una emotiva canción en su honor honraron su despedida.

Este viernes día 11 de noviembre será el funeral a las 19.00 horas en la parroquia de San Pedro en La Isleta.

Nos quedan su esposa Dolores Hernández 'Choly', sus hijos, Cristóbal 'Tote', Guillermo 'Willy', María y Víctor pero nos faltas tú, querido Cristóbal.