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Ciencia

El Gran Telescopio de Canarias intuye al 'Planeta Nueve' más allá de Plutón

El estudio de dos asteroides, con propiedades dinámicas que sugieren un posible origen común, apunta a la existencia de otro cuerpo celeste en el sistema solar

Imagen nocturna del Gran Telescopio de Canarias (Garafía). DANIEL LÓPEZ/EFE

El Gran Telescopio de Canarias (Grantecan) ha intuido, en la inmensidad de la Vía Láctea, un nuevo planeta. En algo tan exacto como la ciencia, la existencia de ese cuerpo celeste se presiente a partir de dos asteroides y sus propiedades dinámicas: toda esa información, junta, sugiere un posible origen común y apunta a la existencia del llamado Planeta Nueve más allá de Plutón.

El sistema solar está formado por ocho planetas -desde 2006 Plutón perdió esa categoría para formar parte del grupo de planetas enanos-, pero ese mismo año los investigadores Konstantin Batygin y Mike Brown usaron las órbitas de los conocidos como objetos transneptunianos extremos (ETNOs, por sus siglas en inglés) para predecir la existencia de una supertierra, en lo que se conoce como la hipótesis del Planeta Nueve. Esa teoría ha sido avalada ahora por un equipo de investigación del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid, a través del Grantecan ubicado en el Observatorio de La Palma para estudiar mediante espectroscopía los asteroides de 2004 VN112 y 2013 RF98.

El centro de Canarias apunta que las órbitas de ambos cuerpos son casi idénticas y sus polos orbitales presentan una separación angular extremadamente pequeña, lo que sugiere un origen común. Además, según interpretan los investigadores en un estudio publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, sus órbitas actuales podrían ser resultado de una interacción en el pasado con el hipotético Planeta Nueve: estos objetos transneptunianos extremos son un asteroide binario que se desligó tras acercarse a un planeta más allá de Plutón.

El trabajo del IAC en esta investigación se remonta a 2000. Ese año, según recalcan desde el organismo radicado en el Archipiélago, se descubrió en el sistema solar el primero de una nueva clase de objetos lejanos, orbitando alrededor del Sol más allá de Neptuno -conocidos como ETNOs-. Sus órbitas, a diferencia -por ejemplo- de la Tierra, están muy alejadas. Nuestro planeta orbita al Sol a una distancia media de una unidad astronómica -UA, 150 millones de kilómetros-) y los ETNOs lo hacen a más de 150 UA. Ese descubrimiento marcó un punto de inflexión en el estudio del Sistema Solar exterior y, hasta la fecha, se han identificado un total de 21 objetos transneptunianos extremos.

Sin embargo, debido a su lejanía y a que la luz que llega de estos cuerpos es muy débil, de los 21 objetos transneptuanianos extremos conocidos, sólo uno, Sedna, había sido observado mediante espectroscopía. Ahora, con la investigación liderada por el IAC se aprecia que los dos asteroidos pueden estar ligados a un plane-ta. Para llegar a esas conclusiones se realizaron las primeras observaciones espectroscópicas de 2004 VN112 y 2013 RF98 en el rango visible en colaboración con los astrónomos de soporte Gianluca Lombardi y Ricardo Scarpa, usando el espectrógrafo Osiris del Grantecan.

La tarea para identificar a los asteroides desde el Roque de los Muchachos, según admiten desde el instituto insular, fue laboriosa. "Al estar tan lejos", recalcan, "su desplazamiento aparente en el cielo es muy lento". A partir de ahí se midieron las magnitudes aparentes (su brillo intrínseco observado desde la Tierra) y, además, recalcularon la órbita de 2013 RF98, la cual estaba pobremente determinada: los investigadores encontraron el objeto a más un minuto de arco de la posición predicha por las efemérides. Es-tas observaciones ayudaron a mejorar su órbita y fueron publicadas por el Minor Planet Center, organismo responsable de la identificación de planetas me- nores (cometas y asteroides), así como de sus medidas y posiciones orbitales.

La investigación del IAC también ha logrado establecer que, en cuanto a sus composiciones, el rango visible del espectro puede aportar cierta información. "Mediante su pendiente espectral", detalla el centro científico, "se sabe si pueden tener hielos puros en su superficie, como es el caso de Plutón, así como carbono altamente procesado. También puede indicar la posible presencia de silicatos amorfos, como en el caso de los asteroides Troyanos de Júpiter. Los valores obtenidos de 2004 VN112 y 2013 RF98 son prácticamente idénticos y similares a los observados mediante fotometría de otros dos objetos transneptunianos extremos, 2000 CR105 y 2012 VP113.

El mismo trabajo subraya que "Sedna, el único que había sido observado espectroscópicamente hasta la fecha, presenta unos valores muy diferentes a los demás de su clase". "Estos cinco objetos", puntualizan desde el IAC, "forman parte del grupo de los siete utilizados para plantear la hipótesis del Planeta Nueve, lo que sugiere que todos deben tener una región de origen común, salvo Sedna, que se cree que proviene de la zona interna de la nube de Oort".

Para validar esta hipótesis, el equipo hizo miles de simulaciones numéricas para ver cómo se separan los polos orbitales con el tiempo. Los resultados de las mismas sugieren que un posible Planeta Nueve, con una masa de entre 10 y 20 masas terrestres orbitando el Sol a una distancia media de entre 300 y 600 UA, podría haber desviado el par 2004 VN112 - 2013 RF98 hace unos cinco a 10 millones de años. De esta forma, consideran en el IAC, se explicaría cómo estos dos asteroides, en un principio girando uno alrededor del otro, fueron separando sus órbitas poco a poco al haberse acercado a un objeto mucho más masivo en un determinado momento.

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