Antes de morir en prisión, en un texto dedicado a su hijo, Miguel Hernández anotó al inicio del cuento que "los gorriones son los niños del aire". Esa escena, que el escritor -condenado por el franquismo- plasmó sobre el papel, empieza a ser un viejo recuerdo en Europa: durante los últimos 30 años el 63 % de los ejemplares de esa especie han desaparecido. "El dato es una sintomatología", explica Federico González Moreo, biólogo especializado en aves, quien añade que "son animales muy vinculados a la actividad humana, por lo que esas cifras certifican un empeoramiento de nuestro entorno".

Con estas estadísticas en la mano, la Nature Forever Society de la India -junto a otras organizaciones- puso en marcha una iniciativa para declarar el 20 de marzo como Día Internacional de gorrión. "El objetivo es visualizar el problema", recalca González Moreo, "porque son aves que ni están en un régimen de protección ni son muy vistosas. Por eso se ponen en marcha este tipo de iniciativas, junto a programas de conciencia ciudadana, para que entre todos ayudemos a este pájaro a sobrevivir: si nuestra casa, por ejemplo, tiene unas características apropiadas (con una azotea o una terraza) se pueden instalar cajas para que aniden".

Explica González Moreo (Mallorca; 1980) que "no se sabe realmente por qué" la población de gorriones se ha reducido de manera tan severa en Europa durante las últimas décadas. "Hay cinco especies", detalla el biólogo antes de señalar que "dos de ellas, el gorrión común y el gorrión molinero, que son las más vinculadas a la actividad del ser humano, son al mismo tiempo las que han sufrido una mayor pérdida de ejemplares. Las causas pueden ser muchas: el uso de pesticidas en la agricultura, el despoblamiento del campo o la contaminación de las ciudades seguro que han ayudado".

Informe

La Sociedad Española de Ornitología (SEO/LifeBird) ha ofrecido esta semana un informe en el que liga la muerte de gorriones con la pérdida de calidad de vida del ser humano. "Son dos especies que están muy ligadas", apostilla González Moreo. "La pérdida de hábitat por el despoblamiento del campo", enumera, "la falta de alimentos por la aparición de especies invasoras como la cotorra argentina o la intensificación de pesticidas están vinculadas a este fenómeno".

Frente al bajón en el número de gorriones comunes y molineros, el biólogo balear destaca que otras dos especies han ganado ejemplares: "el moruno y el chillón, que son más independientes y no están tan apegados a la actividad humana". "El moruno, que es el más numeroso en Canarias", destaca, "ha ganado presencia en la Península porque ha ocupado espacios de otras especies". Sobre la quinta especie, el gorrión alpino -que vive a partir de los 1.800 metros- el biólogo advierte que "hay datos que certifican que empieza a sufrir el cambio climático al empezar a ocupar zonas de más altitud".

La pérdida de zonas verdes en las ciudades, la contaminación, la competencia de especies invasoras -que pugnan por la misma comida y los mismo lugares para anidar- o la presencia de depredadores como las ratas y -en menor medida- los gatos han generado un declive global de la población de este pájaro, en la Península, por encima del 15 % desde 1998; y del gorrión molinero, que presenta una caída del 6 %. González Moreo desconoce los números concretos de Canarias, pero subraya que "el problema es evidente y es de todos porque indica que nuestro entorno no es del todo saludable".

Algunas de las soluciones propuestas por SEO/LifeBird para paliar la reducción de gorriones en las ciudades están al alcance decualquier ciudadano, como la creación de pequeños nidos y comederos en zonas residenciales, la promoción de los espacios verdes y un control para las especies exóticas invasoras.