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Salud

El alcohol en menores de edad repunta en Canarias por el consumo en atracón

Las consultas en atención primaria a jóvenes de 15 a 17 años aumentan a 40 casos cada 10.000

Un grupo de jóvenes toma bebidas alcohólicas en una calle de la capital grancanaria. LP/DLP

El consumo de alcohol por menores de edad en el Archipiélago repunta, aunque de manera leve, por la introducción de la modalidad del atracón o binge drinking, procedente de países europeos, según advierten desde la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias.

"El perfil de los jóvenes es el consumo grande en periodos cortos, botellones y atracones", resume Nicolás Amador, psicólogo clínico y técnico superior del área de Drogodependencias del Servicio Canario de la Salud (SCS). Aunque "el atracón no tiene demasiada importancia en Canarias", Amador admite la penetración de la ingesta más extrema a lo largo del último lustro "por influencia del turismo y de las redes sociales, porque tenemos cierto complejo con Europa y vamos copiando modelos, ya sean positivos o negativos".

Las cifras del SCS revelan la estabilidad en las consultas de urgencias prestadas por los centros de atención primaria a menores de 14 años o edad inferior con problemas de alcohol durante los dos últimos ejercicios. De los más de 233.000 exámenes realizados al colectivo en 2015, 14 se relacionaron con la bebida, lo que supuso un índice de 0,6 casos por cada 10.000 consultas, idéntica tasa a la registrada entre enero y octubre del pasado año, cuando se atendieron a más de 194.000 adolescentes y 11 presentaron problemas con el alcohol.

Sin embargo, la atención primaria del SCS contabilizó un aumento en la franja de 15 a 17 años en el mismo periodo, cuando se anotaron 206 consultas por alcohol en 2015 sobre un total de casi 54.000 y 200 en los diez primeros meses del pasado ejercicio entre cerca de 50.000 visitas a urgencias. Pese al aparente descenso en términos absolutos, los casos cada 10.000 pacientes crecieron de 38,6 a 40,7, y sin contabilizarse todavía los dos últimos meses de 2016.

Además, los datos del Servicio de Drogodependencias, dependiente de la Dirección General de Salud Pública del SCS, sobre menores en tratamiento por problemas con el alcohol confirman la tendencia, aunque con matices. Si bien el número de jóvenes sin mayoría de edad atendidos descendió de 5 a 3 casos entre 2014 y 2015, repuntó a 4 menores el pasado año, sin alcanzar todavía el nivel del primer ejercicio de referencia.

Además de la imprecisión estadística por magnitudes casi testimoniales, Amador apunta a otro argumento para evitar una interpretación benevolente de las cifras: "El alcohol es lento en la generación de la dependencia, por eso hasta 15 o 20 años de consumo no se acude a tratamiento". Es decir, los datos sanitarios solo muestran los casos graves de un problema mayor, la punta del iceberg.

Un panorama amplio se observa con la Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España (Estudes), elaborada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad desde 1994, aunque las cifras del pasado año no se presentarán hasta después del verano y los últimos datos disponibles del sondeo bienal corresponden a 2014. Tras presentar al alcohol como "la sustancia psicoactiva más extendida entre los estudiantes de 14 a 18 años, con diferencia", Estudes reveló que el 74% del colectivo en Canarias consumió bebidas alcohólicas en alguna ocasión y el 61% admitió su ingesta en los 30 días anteriores a la encuesta, realizada con la colaboración de los gobiernos autonómicos y del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

No obstante, la prevalencia del alcohol en el Archipiélago se situó por debajo del conjunto del Estado, donde el 78% reconoció consumir la sustancia alguna vez y el 68% en el mes anterior. "Tenemos todos los factores de riesgo para obtener peores resultados, mejor clima y más turismo o multiculturalidad, así que algo bien se está haciendo, quizá la familia pesa más aquí y funcionan los programas públicos de prevención", valora el psicólogo del SCS antes de augurar, de nuevo, menores índices que los nacionales en el próximo estudio.

Canarias también se colocó bajo la media estatal en borracheras (alrededor del 40% frente al 50% en alguna ocasión) y atracones (25% frente al 32% en el mes anterior). Estudes considera consumo en atracón la ingesta de cinco o más vasos de bebidas alcohólicas en un intervalo aproximado de dos horas y desde el SCS matizan que se diferencia del botellón en el objetivo, ya que el binge drinking pretende en exclusiva el emborrachamiento en el menor tiempo posible frente a la intención de beber para divertirse de la otra modalidad.

El atracón alcohólico entre menores de edad centró la atención pública el pasado noviembre por el fallecimiento de una adolescente de 12 años en un descampado de San Martín de la Vega, al sur de Madrid, tras caer en coma etílico durante un festejo de Halloween. "En Canarias no ha habido muertes, afortunadamente, pero sí bastantes menores con intoxicaciones etílicas en los carnavales, que desgraciadamente se han convertido en un botellón oficial", lamenta el psicólogo de Drogodependencias antes de informar del aumento de los controles policiales en las Islas a raíz del deceso de la menor madrileña.

Sin embargo, la respuesta legal, con inspecciones o sanciones, no basta para abordar un problema complejo con múltiples dimensiones, de la individual a la colectiva o de la educativa a la sanitaria, cuyas soluciones integrales deben involucrar al conjunto de la sociedad, tanto a los menores como a los adultos, ¿o no bebemos todos?

Retrasar la edad y aprender a beber

  • La sociedad y la cultura normalizan el consumo de alcohol, una droga legal. Nicolás Amador, psicólogo clínico del área de Drogodependencias del Servicio Canario de la Salud (SCS), apuesta por "retrasar la edad de inicio en el alcohol y, al mismo tiempo, formar en el consumo responsable". Según la última encuesta del Ministerio de Sanidad, los menores de edad suelen empezar con las bebidas alcohólicas en Canarias a los 14 años, similar a los 13,8 de media en España, con una mayor prevalencia generalizada entre el sexo femenino. "Las mujeres toman más drogas legales, antes estaba mal visto, pero el avance en igualdad acarrea que copien modelos masculinos", añade Amador. Desde el Gobierno de Canarias, en colaboración con las corporaciones locales (cabildos y ayuntamientos) y las organizaciones no gubernamentales, se desarrollan numerosos programas de prevención entre los menores, pero las actuaciones públicas resultan insuficientes sin el compromiso de los padres. La educación no comienza en la escuela, sino en la familia, también con el alcohol.

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